En este capítulo, se relata cómo se llevó a cabo la dedicación del tabernáculo y del altar. Moisés ungió y apartó como sagrado el tabernáculo y todo su mobiliario. Los líderes de las tribus de Israel trajeron ofrendas, incluyendo carros y bueyes, para ser utilizados en el transporte del tabernáculo. Moisés distribuyó estos carros y bueyes entre los levitas para su trabajo. Cada día, durante doce días, un líder tribal presentaba una ofrenda para la dedicación del altar, que consistía en plata, oro, incienso, animales para sacrificio y ofrendas de paz. En total, se donaron doce bandejas de plata, doce tazones de plata, doce recipientes de oro con incienso, doce becerros, doce carneros, doce corderos, veinticuatro toros, sesenta carneros, sesenta chivos y sesenta corderos de un año. Después de la dedicación, Moisés podía escuchar la voz del Señor hablando desde el lugar de la expiación sobre el arca del pacto.