En Números 26, Dios ordena un nuevo censo de hombres aptos para la guerra en Israel. Moisés y Eleazar lo llevan a cabo, registrando a los hombres mayores de veinte años en cada tribu. Se enumeran las tribus y la cantidad de hombres en cada una, sumando un total de 601,730 guerreros. Dios instruye a Moisés a distribuir la tierra entre las tribus según su tamaño, y se decide por sorteo. La tribu de Leví no se cuenta en este censo porque no recibe tierra, ya que su deber es servir en el tabernáculo. Este censo se realiza en las llanuras de Moab, y ninguno de los registrados estaba en el censo anterior en el desierto de Sinaí, excepto Caleb y Josué, ya que Dios había dicho que los demás morirían en el desierto debido a su desobediencia.