En Números 31, Dios ordena a Moisés vengar al pueblo de Israel de los madianitas por llevarlos a la idolatría. Moisés envía 12,000 hombres para la batalla, liderados por Finees. Derrotan a los madianitas, matan a los reyes y a Balaam, y capturan mujeres y niños. Moisés se enoja porque dejaron vivas a las mujeres, ordenando matar a los varones y a las mujeres que tuvieron relaciones, pero dejar vivas a las vírgenes. Después de purificar a los soldados, distribuyen el botín: la mitad para los que lucharon y la otra mitad para el pueblo. Se separan las porciones para el Señor y los levitas. Moisés recibe el oro como ofrenda al Señor de los generales y capitanes, y lo lleva al tabernáculo como recordatorio de la lealtad de Israel a Dios.