En Números 32, las tribus de Rubén y Gad ven que las tierras al este del Jordán son ideales para sus rebaños y ganado. Le piden a Moisés quedarse allí en lugar de cruzar al oeste con el resto de Israel. Moisés les recuerda cómo sus antepasados desanimaron al pueblo antes, lo que enojó al Señor. Los hombres de Rubén y Gad prometen participar en la batalla antes de establecerse en sus tierras. Moisés acepta, pero advierte que si no cumplen, pecarán contra el Señor. Las tribus de Rubén y Gad, junto con la media tribu de Manasés, reciben la región de Galaad al este del Jordán como su propiedad. Construyen ciudades fortificadas y ganado en la región.