En Deuteronomio 15, se establece que al final de cada séptimo año se deben cancelar las deudas entre hermanos israelitas. Esto incluye la liberación de los siervos hebreos después de seis años de servicio. Se instruye a ser generosos con los pobres, prestando lo que necesiten sin ser tacaños. Se recuerda que, aunque siempre habrá pobres en la tierra, es importante compartir generosamente. Cuando se libera a un siervo hebreo, se le debe dar un generoso regalo de despedida como agradecimiento por su servicio. Además, se insta a separar los primeros machos de los rebaños y manadas para el Señor, pero si tienen algún defecto, pueden ser consumidos por la familia en lugar de ofrecerlos como sacrificio. Se reitera la prohibición de consumir sangre.