Deuteronomio 25 establece normas sobre la justicia y la conducta. Si hay un conflicto judicial, el juez puede ordenar azotes, pero no más de cuarenta, para evitar la humillación. Se prohíbe impedir que el buey coma mientras trilla el grano. Si un hombre muere sin hijos varones, su hermano debe casarse con su viuda para preservar su nombre. Si se niega, la viuda realiza un rito simbólico y la familia del hombre se conoce como "la familia del hombre al que le quitaron la sandalia". Se establecen normas para el uso de medidas justas en el comercio. Se recuerda la maldad de los amalecitas y se ordena su destrucción.