Capítulo 1

—Antes de Salir del lugar le marco a Lucas— ¿Donde estas? — Esperando aquí abajo Señor, ni crea que iba a dejarlo solo. Si lo hago corro el riesgo de que su hermano me meta una bala en la cabeza — Salgo del edificio, definitivamente que esta área no es para nada exclusiva, mucho menos es del tipo de lugares que suelo  frecuentar. 

—Llego hasta la calle y veo a Lucas bajar del Maybach negro, para abrirme la puerta trasera. 

—¿Tu me trajiste hasta aquí?, pregunto sin ningún tipo de cortesía — No, Señor —¿Entonces como demonios llegue aquí? — Señor, usted estaba en el club, de repente la pelinegra apareció,  luego de un par de copas en la barra, usted la invito a  bailar. Pensé que iría a su VIP, pero no fue así. Estuvieron en la pista bailando y de un momento a otro salieron apresuradamente del lugar y cuando salí, ya habían tomado un taxi, que los trajo a este lugar. Afortunadamente los pude seguir. Señor creo que debe evitar exponerse así, recuerde lo que le paso a su hermano  — Sí, lo se — Al menos espero que el riesgo haya valido la pena, señor — Solo sonrío, pero no le contesto — Ni se te ocurra, decirle nada a mi hermano y menos a Natasha — Lo siento señor, pero ya su hermano llamo a mi teléfono, cuando se dio cuenta que no llego, mas que todo para cerciorarse de que estuviera bien, pidió que le enviara su ubicación y como comprenderá tuve que enviársela — Demonios, lo tendré detrás sermoneándome de por vida. 
—Mejor evitémonos el drama, llévame al apartamento y de allí voy a la oficina — Como ordene señor.  
—Tengo un lujoso penthouse, que poco uso. Paso la mayor parte del tiempo en la mansión. Me gusta ese ambiente familiar que la llegada de Natasha ha traído. Solo que me conseguí otra mamá, se preocupa mucho por mí. Pero a veces exagera. Soy un hombre no un niño, aunque según ella actúo como tal. 
—El penthouse esta ubicado en un área exclusiva de Roma, es céntrico pero a  la vez un área tranquila. 
—Entramos al lugar, Lucas también tiene su habitación aquí, es mi guardaespaldas personal, así que difícilmente nos separamos. Por lo que le acondicione un lugar para cuanfo me quede aquí.  

—Tardamos más o menos 30 minutos en alistarnos y volver a salir— Lucas, llévame a la oficina y regresa a descansar, no pienso salir de la empresa —Prefiero hacerlo en el vehículo señor — Como quieras, pero cuando te  duela la espalda no me culpes a mí. 

—Llegamos al estacionamiento, bajo del auto e ingreso al Lobby, pocas personas hay llegando a esta hora. La sonrisa y la voz  coqueta de la recepcionista, me recibe — Buen día, señor Ferrara — Buen día, contesto parco— me dirijo al ascensor, que abre sus puertas inmediatamente presiono el botón, recuesto mi cabeza de la pared metálica, necesito una aspirina la resaca me está matando. Justo al momento en que están a punto de cerrarse las puertas,   alguien desde afuera presión el botón provocando que vuelvan a abrirse, en ese preciso momento veo entrar a una mujer, de ojos color miel, piel blanca, cabello castaño mas abajo de los hombros, trae puesta una camisa blanca de mangas largas, con un elegante lazo en el cuello y una falda tubo azul marino, un  olor a vainilla inunda el ascensor una vez ella entra — Buenos días, saluda de manera cordial— Saludo que solo respondo con un movimiento de cabeza. La veo marcar el piso al que va y colocarse en una esquina del elevador. El resto del viaje es en silencio hasta que ella baja, dos pisos antes del de presidencia. Es una chica, realmente hermosa, sencilla, poco sofisticada, pero con una belleza natural que no necesita de mucho para resaltar. 

—Llego hasta mi piso y bajo del elevador, la señora Michell mi secretaria ya se encuentra en su puesto. Buen día, joven— Buen día Michell— Por favor,  necesito 2 aspirinas y un café bien cargado. Suelo ser un hombre poco considerado, pero esta señora es un amor conmigo — Enseguida, joven — Ingreso a mi oficina y me pongo cómodo, a los minutos veo a Michell ingresar con lo que le he pedido. La mañana transcurre tranquila, hasta que mi cuñada irrumpe molesta en mi oficina. 

—¿Estas bien? — Si,  Natasha — Tu hermano esta furioso, ¿ Como te fuiste a meter a ese lugar, pones en peligro tu seguridad?, Santiago — Sí lo se, no volverá a pasar, me pase en tragos— Eso espero — Pareces mi mamá Natasha y para tu información, ya no soy un niño.

 Aunque tu y mi hermano piensen que sí — Entonces compórtate como un adulto maduro, Santiago. Andar paseándote de mujer,  en mujer como  lo hace un mono  de liana en liana, no es el mejor ejemplo de madurez — ¿Y que si lo es tener una relación y casarme?. Porque déjame decirte que no me provoca, que haya funcionado para ustedes no significa que sea bueno para mí. Además que quieres que haga, no me gusta repetir, estoy con una mujer y listo ya pierde el encanto, no es mi culpa, ellas son las aburridas — Pues espero que cuando encuentres a la indicada, no sea ella a la que no le interese repetir, dice Alonso entrando a mi oficina. Haz oído hablar alguna vez del karma — Eso no pasará, no me interesan las relaciones de pareja, ni los compromisos, soy un alma libre— Niño, no te han  dicho que mas rápido cae un bocón que un cojo. 

— ¡No pasará! y deja de llamarme niño. Respondo enojado — En una hora tenemos junta, dice mi hermano. Llega a tiempo y haz algo para mejorar tu cara de borracho amanecido — Ashhh contesto con fastidio.  
—Salgo de mi oficina, rumbo a la sala de juntas. Mi hermano y Natasha ya se encuentran allí, también esta mi  secretaria. Augusto y Soraya vienen llegando igual que yo, así que aprovecho para saludarlos— ¿Solo falta Víctor? .Pregunto al tomar mi lugar — Y ni asistente que no tarda en llegar, le pedí que fuera por una documentación.  

—Hoy tendremos visita dice Alonso, hay algunas personas interesadas en invertir en la naviera — Los conozco, pregunto con algo de curiosidad— De hecho si, se trata de Angelo Ricci y su hijo Alberto— Esbozo una sonrisa, Alberto es mi amigo desde hace años, será divertido tenerlo por aquí.