—Hola mami, ¿Como la pasaste hoy?— Mejor mi niña, gracias a Dios— ay princesa pero que bonita estas. ¿Qué te hiciste? — Bueno mamá, me hicieron un ambulancia de la moda — ¿y eso porque mi niña? — Porque a partir de mañana, debo ir con uno de mis jefes, a algunas reuniones con clientes y mi jefa quieres que luzca bien, porque dice que represento a la empresa— Bueno mi niña, pero tenían buena materia prima, lo que hicieron fue resaltar tu belleza, hija — Ay mamá, usted me ve con ojos de amor ¿y mi hermano, donde anda? — Acaba de irse a la universidad, esta muy contento, niña. Gracias a que lo estas ayudando, para terminar su carrera — Lo hago con gusto, mamá — Poco a poco, todo irá mejorando y saldremos adelante, ya usted verá— Si mi, amor. Oiga y aquí debe haber gastado mucha plata, ¿Como hizo? — La señora Natasha pago y yo le pagare a ella, poco a poco, madre.
— Dios bendito, esa señora es un alma santa. La tendré en mis oraciones.
— Sí, mamá ella es muy buena. Lástima, que no todos sean así en ese lugar —¿Por qué lo dices mi niña? — Por nada mamá, por nada— Vamos te ayudo a arreglar todo esto, para que luego cenemos juntas — Gracias, mamá.
—Buenas noches, familia — Buenas noches, niño. Llegas a tiempo para la cena— Sí, de hecho tengo mucha hambre — Alonso y yo, caminamos juntos a la mesa, para encontrarnos con Natasha, quien nos espera allí.
—Hola, Santiago— Hola, cuñada — María, nuestra ama de llaves nos sirve la cena y empezamos a compartir, sobre nuestras actividades del día.
—Santiago, se me olvido informarte que Dania, estará acompañándote a las reuniones, ella es una chica miy capaz, tiene estudios en logística, una maestría en administración portuaria, es poliglota, muy capaz y sumamente ordenada, estoy segura que harán un gran equipo — Sí, ya me dí cuenta que habla un perfecto francés — Ah sí, y eso ¿como fue? — Alberto, me hizo un comentario sobre ella en Francés y yo le respondí en el mismo idioma, luego nos dimos cuenta que nos entendió — ¿Espero no hayan dicho nada malo de ella? .Dice mi cuñada — Alberto la llamo Linda y me pregunto, que yo pensaba. Le dije que me parecía linda, pero corriente. Nada fuera de lo común— Bendito, en serio dijiste eso, contesta Natasha — Pues sí — Santiago, esa chica usa todo lo que gana en su mamá que esra enferma y en ayudsr a su hermano a terminar la Universidad, por eso no la ves vestida, como el resto de las mujeres que trabajan con nosotros, ir al salón de belleza es un lujo que ella no puede pagar. Dios y yo que la envié hoy a que pulieran su imagen de mujer ejecutiva, seguro pensara que mi decisión, tuvo que ver algo con tu comentario desagradable. Dios que vergüenza, espero no lo haya tomado a mal.
—Santiago, esmérate un poco en conectar tu cerebro con tu boca. Dice Alonso — Yo, no tenía idea — No todos nacemos, con los mismos privilegios niño. Dice mi hermano — Santiago, por favor intenta no humillar a Dania, de verdad ella no puede darse el lujo de perder su trabajo, además es una mujer muy profesional. Se que tienes tu forma de ser y no la apruebo, sin embargo la respeto. Pero por favor, permítele hacer su trabajo sin complicaciones.
—Bueno ya bájenle al sermón. Ya entendí, tratare a tu asistente con absoluto profesionalismo — Gracias, dice Natasha — Luego de eso, la cena continúa con normalidad.
—Me levanto temprano, ya que no soy experta en maquillarme, ni arreglarme. Tomo uno de los juegos ejecutivos y lo combino con la cartera y los zapatos tal como me enseñaron, recojo mi cabello en una cola alta y aplico uns capa leve de maquillaje, resaltando mas que todo, mis labios y mis ojos.
—¿Cómo me veo?— Hermosa dice mi mamá— Como una reina, contesta mi hermano — Bueno, ya me voy los veo en la tarde. Los amo, digo dándoles un abrazo a cada uno.
—Llego temprano al trabajo, como de costumbre, la cara de la chica de la recepción al verme me da risa — Mujer, ¿ Que te hiciste? — jajajajaja, nada solo me puse ropa nueva— Pues te ves espectacular — Gracias, eres muy amable.
—Tomo el ascensor y llego hasta el piso donde esta mi cubículo, a esta hora no hay mas nadie aquí.
—Me sumerjo en el trabajo, redactando informes, revisando documentos y el tiempo transcurre sin darme cuenta.
—De momento el timbre del teléfono de mi escritorio empieza a sonar.
—Buenas — señorita Rinaldi, el señor Santiago la esta esperando en el Lobby, dice que tienen el tiempo justo para llegar a la reunión con los americanos — Voy enseguida, digo de forma apresurada. Se me había olvidado por completo que debía acompañar al patán a las reuniones.
—Salgo apresurada de mi cubículo, rumbo al elevador y afortunadamente en menos de dos minutos estoy en el lobby.
—Disculpe la tardanza señor, digo al llegar hacía su lado, esta de espaldas mirando en dirección a la entrada — Descuide, pero apresurémonos para llegar a tiempo, dice mientras se coloca unos lentes oscuros que lo hacen lucir como actor de Hollywood.
—Salimos y en la entrada del edificio se encuentra su chofer, quién abre la puerta trasera del lujoso vehículo.
—Justo cuando Lucas abre la puerta, volteo hacía ella para indicarle que suba primero al auto, hasta ese momento no había reparado en ella, la verdad me quedo con la boca abierta, no se que se hizo esta mujer, pero luce sencillamente espectacular. Ese juego ejecutivo azul oscuro, se ajusta perfectamente a su cuerpo, el cabello en una cola alta, deja al descubierto su estilizado cuello y el maquillaje que usa resalta sus ojos y sus labios. Me he quedado impresionado con su nueva imagen y supongo que Lucas lo notó, ya que hace un carraspeo con su garganta, para sacarme de ese estado. Recobro la compostura y la invito a entrar al vehículo.
Editado: 10.07.2022