El Festival se acercaba cada vez más y con él los síntomas del embarazo y mis cambió de humor.
-Todas las malditas mañanas va a ser la misma historia, Facu. ¡Déjame entrar! - Dije golpeando la puerta del baño con todas mis ganas.
-Un momento Barbi, ahora salgo. -Respondió medio dormido.
Estaba descalza saltando de un lado al otro esperando que Facundo saliera del baño y tratando de no hacer un desastre a causa de las náuseas matutinas. Facundo se encargó del desayuno mientras me preparaba para el curso de la mañana
-¿Quieres café? -Me pregunto con su característica sonrisa cuando hace bromas
-Quiero, pero me provoca acidez, así que tómalo tú. -Le respondí con sarcasmo.
Me faltaban apuntes y sabía que él los tenía pero no me los daría. En el aspecto académico éramos muy unidos pero también muy cuidadosos de nuestras herramientas de estudio.
Cautelosamente saque de su parte del escritorio lo que necesitaba y salí para ir a la facultad y luego iría a comprar algunas cosas que faltaban para completar mi regalo para nuestro aniversario.
Repasaba los apuntes, con mi mala costumbre de ir con la música a todo volumen.
Trini estaba detrás de mí, me quitó uno de los audífonos para que conversáramos
-Barbi, te veo algo extraña. Tienes las ojeras por el suelo y estas pálida. ¿Estás
bien?
-Hola Trini. ¿Tan mal me veo? Han sido días difíciles entre los cursos, Facu y el festival. -Dije tratando de evitar comentar el hecho de que debía ir a conocer a mis suegros.
-Te conozco Bárbara y sé que algo me ocultas. Traes una cara como de haber visto un fantasma.
-No exactamente pero tengo que ver a mis suegros en un par de días y eso me asusta mucho.
-Jajaja. ¿Te asustan tus suegros? .Preguntó tratando de contener un ataque de risa
Mensaje recibido: "Amor ¿Has visto mis apuntes del curso de hoy? Tengo que ir primero allí y luego al teatro." (Facundo)
Mensaje enviado: "Emm... Si los tomé esta mañana, cuando nos veamos te los doy, te amo."
Tras varios días de caos en casa por el festival, este fin de semana iríamos a ver a los padres de Facundo, no había escapatoria y debía enfrentar mi miedo.
El sábado por la noche Santiago y Giulia nos esperaban con la cena y lo que según Facundo sería un cálido recibimiento.
-Hijo. ¿Cómo vas con la universidad? Vimos el magnífico cierre del festival -Preguntó Santiago desde la sala.
-Papá, no vine a hablar sobre la universidad y el festival. - Respondió mientras se enfadaba.
Comenzando la cena sentía que yo sería el blanco de todas las preguntas y en mi mente trataba de armar una respuesta que no dejara espacio a ninguna crítica de parte de ellos, Giulia trataba de no meterse mucho en la conversación de su marido y su hijo así que comenzó a preguntarme algunas cosas
-Barbará ¿Cuánto hace que conoces y estás con mi hijo?
-Hace un año. Somos compañeros de clases.
Santiago interrumpió la charla con un comentario inoportuno
-¿Así que ambos estudian lo mismo? Así traen un hijo al mundo, para que nosotros como abuelos le demos de comer.
-Papá, ahórrate el comentario. Nosotros veremos cómo salir adelante. Además Tim nos apoya. -Dijo Facundo tratando de que su padre no me dijera nada más.
La cena transcurrió en un clima tenso y no estaba muy segura de querer volver ver a mis suegros por un largo tiempo.
Al terminar salimos a caminar por el parque de la ciudad. Era la medianoche del día de nuestro aniversario y aunque habíamos intercambiado regalos, el más importante lo esperábamos ansiosamente.