Parte 1 Mi Primera Aventura: La Caída de Sara en el Túnel

Sara era una niña de 7 años que vivía con sus padres en una casa en las afueras de la ciudad. Era una niña feliz y curiosa que siempre quería descubrir cosas nuevas. Su gran pasión era la naturaleza y siempre que podía salía a explorar el bosque que rodeaba su casa.

Sara estaba emocionada por la aventura que tenía planeada para ese día. Sus padres habían prometido llevarla a explorar el bosque cercano a su casa. A pesar de que era una niña muy joven, Sara tenía un gran amor por la naturaleza y siempre estaba ansiosa por explorar el mundo que la rodeaba.

Después de un corto viaje en auto, llegaron al bosque y comenzaron su caminata. Estaban recogiendo bayas silvestres y disfrutando de la naturaleza, pero de repente, Sara notó algo extraño. Se dio cuenta de que sus padres la habían dejado atrás y ya no podía verlos en ninguna parte. Empezó a llamarlos y a buscarlos, pero no los encontraba.

De repente, oyó un fuerte ruido y vio un destello de luz en el suelo. Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, Sara se acercó a investigar y cayó en un túnel subterráneo.

Todo estaba oscuro, y Sara no podía ver nada. Trató de llamar a sus padres, pero no había señal en su celular. La pequeña se encontraba en pánico, no sabía cómo salir del túnel. De repente, algo le llamó la atención, una luz brillante que parecía venir de un extremo del túnel. Se acercó para investigar y descubrió un portal. Sin pensar, Sara decidió entrar al portal.

De repente, se encontró en un lugar completamente nuevo. Todo a su alrededor parecía extraño, pero había algo que la asustaba aún más: estaba sola. Empezó a caminar, tratando de encontrar a alguien, pero no había nadie. Se dio cuenta de que estaba atrapada en ese lugar desconocido, y la única opción era explorar y tratar de encontrar una salida.

El camino por delante era incierto y peligroso, pero Sara no se rindió. Continuó caminando y explorando, intentando encontrar una salida del túnel. A medida que pasaba el tiempo, se dio cuenta de que no estaba sola en el túnel. Había criaturas extrañas que la acechaban y la seguían. Sara estaba aterrorizada, pero no podía detenerse. Sabía que debía encontrar una forma de escapar.

Sara caminó por el oscuro túnel, buscando alguna forma de salir. Su estómago gruñía, recordándole que no había comido en horas.

"Debo encontrar algo para comer", se dijo a sí misma, y siguió caminando. Pronto notó que en el túnel había una gran variedad de flora y fauna que nunca había visto antes. Árboles extraños crecían en las paredes, y pequeños animales corrían por el suelo.

"¿Qué voy a hacer?", se preguntó Sara. "Nunca he cazado antes, y no sé cómo conseguir comida". Decidió que debía empezar por algo pequeño, así que se agachó y se acercó a un pequeño animal que parecía un conejo, pero tenía un pelaje rosa y ojos grandes.

"Mira, eres tan lindo", le dijo Sara mientras intentaba atraparlo. Pero el animal se escapó de sus manos y corrió hacia la oscuridad. Sara suspiró y decidió que debía seguir adelante.

Continuó caminando hasta que encontró un pequeño lago en el centro del túnel. Alrededor del lago, había una gran cantidad de árboles frutales. Sara se acercó a uno de los árboles y tomó una manzana. Era la más deliciosa que había probado en su vida.

Mientras comía, se sentó en el suelo y se miró a sí misma. "¿Cómo he llegado aquí?", se preguntó. "¿Por qué tengo que pasar por esto?".

Pero a pesar de todo, Sara sabía que debía mantener la esperanza. "Tengo que encontrar una salida", se dijo a sí misma. "Y debo ser fuerte, porque sé que algún día volveré a casa".

Sara se encontraba en una de las secciones del túnel que parecía estar más cerca de la superficie. Había estado caminando por horas en busca de una salida, y finalmente la encontró. Un rayo de luz entraba por una pequeña abertura en el techo del túnel, lo que indicaba que había una salida cerca. Pero cuando se acercó, se dio cuenta de que la abertura estaba a una altura que no podía alcanzar.

Sara miró a su alrededor, buscando algo que pudiera ayudarla a subir. Vio algunos arbustos y árboles extraños que nunca había visto antes. Se acercó a uno de los árboles y lo examinó de cerca. Tenía algunas ramas bajas, pero no lo suficientemente fuertes como para soportar su peso.

Decidió buscar otra solución. Miró a su alrededor y encontró algunas piedras y ramas sueltas. Decidió hacer una especie de escalera improvisada. Recolectó las ramas y las ató juntas con un poco de cuerda que había encontrado en su mochila. Luego, las apoyó contra la pared y las aseguró con las piedras.

Con un poco de esfuerzo, Sara logró subir unos pocos metros. Pero la escalera se tambaleó y se rompió, haciendo que cayera al suelo. Se lastimó la rodilla y se golpeó el codo. Sin embargo, eso no la detuvo. Sabía que tenía que encontrar una forma de salir del túnel.

Miró a su alrededor nuevamente y encontró un tronco caído que parecía lo suficientemente sólido como para soportar su peso. Decidió utilizarlo como una escalera. Lo llevó cerca de la abertura y lo apoyó contra la pared. Con un poco de esfuerzo, logró subir unos metros más. Pero entonces, el tronco se deslizó y cayó al suelo, arrastrando a Sara con él.

Sara estaba frustrada y herida. Pero no quería rendirse. Sabía que tenía que encontrar una solución. Miró a su alrededor y vio algunos arbustos con ramas largas y fuertes. Decidió hacer una cuerda con ellas. Las ató juntas y las sujetó a un saliente en la pared. Luego, utilizó la cuerda para subir hacia la abertura.

Después de varios intentos, Sara finalmente logró subir lo suficientemente alto como para alcanzar la abertura. Se deslizó por ella y finalmente salió del túnel. Estaba exhausta y herida, pero también se sentía orgullosa de sí misma por no haberse rendido. Ahora, solo tenía que encontrar una manera de regresar a la ciudad y buscar ayuda.