la unica habitacion que permanecia aun con la tenue luz, se encontraba al fondo del pasillo, dentro de ella se ecuchaban dos voces, como de costumbre Danila y Sara conversaban, de sus vidas, de sus penas, de sus pesares, de aquellas duas que romdaban su mente, de todo cuanto se les ocurria...
a la sombra de la luna, sus voces resonaban en la penumbra, recordando y preguntándose toda clase de cosas, sin embargo había en la mente de Sara una pregunta que no sabia como dar respuesta.
- ¿que tanto me ama?.- preguntó, sin esperar respuesta de su acompañante solto un largo y melancolico suspiro.
- te ama tanto que seguramente daria su vida por ti.- respondió Danila mirando al techo, imaginando y recordando aquellas noches que pasaba con Ethan.
Sara notó que había tristeza en los ojos de Danila, se imaginaba la causa, sabia la razón pero no se atrevía a interrumpir aquellos pensamientos.
la corazonada de Sara no fallaba; Danila pasó largos minitos sumida en sus pensamientos, sin decir ninguna palabra, solo prestaba atención a lo que su mente y corazón lograban decirle, simplemente con aquellos pensamientos que le hacían feliz.
- piensas mucho en el pasado.- Sara afirmo dirigiendo su mirada hacia los ojos de Danila.
- tal vez por qu eme gustaría volver a ser feliz, o al menos volver a verlo.- dijo Danila
- Algún día el otro extremo de tu hilo rojo volverá a ti.
sin pronunciar palabra alguna Danila sonrió melancólicamente, tenia la leve esperanza de volver a encontrarse con el, y aunque no lo amaba como la primera vez, quería por lo menos saber que se encontraba vivo.
por su parte Sara tenia un corazón rebosante de alegría, había escuchado a Danila, tiempo atrás, decir que su destino era estar junto a Adonai, permanecer a su lado; y había oído decir que aquel joven era el otro extremo de su hilo rojo.
- ¿estas feliz?- pregunto Danila.
- si, demasiado feliz, no existen palabras para expresar lo emocionada que estoy.- respondió Sara a la pregunta de su amiga.
- deberías de estar mucho mas feliz por lo que te voy a decir.- agrego la joven con una sonrisa de oreja a oreja.
- te escucho.- Sara estaba nerviosa.
¿seria algo malo?, ¿seria algo bueno?, ciertamente no lo sabia, lo único de lo que estaba consiente era que aquello le causaría una emoción y, como conocía perfectamente a Danila, espero pacientemente sus palabras.
- tu madre, la reina, ha aceptado que Adonai y tu se comprometan para después casarse y ser los herederos legítimos del trono.
- es una broma, ¿verdad?.- pregunto Sara
Danila negó con la cabeza, Sara le abrazo, le abrazo con alegría, emoción y lagrimas dulces que representaban lo bueno que le había caído la noticia a la princesa, por fin iba a ser mas que feliz.
Sara, luego de la noticia, se quedó profundamente dormida; Danila salió de la habitación, tomo su forma característica que le ayudaba a ver desde el cielo lo que pasaba en las calles de Carelle y presurosa busco con la mirada a un joven que, a orillas del mar, pensaba en una chica, en la mas hermosa flor que sus ojos hayan visto jamás.
Danila llego con el característico saludo; Adonai le reconoció enseguida, giro en si para poder verla mejor, Danila se sentó junto a el, le expuso lo que la reina había dicho.
- ¡Danila!, es una excelente noticia.
ella sonrió y se quedo un poco más de tiempo con Adonai, hablando de aquellos pequeños detalles que aun le eran extraños al joven.
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En alguna otra parte de Carelle, el polvo esparcido por el viento llego con prisa a la cueva mas lejana al castillo, ahí, una vez reunido toda la arena, tierra y barro, Alice volvió a levantarse de aquel letargo que Danila le había causado, dispuesta a separar a la joven pareja, y sin deseos de darse por vencida ni ser vencida por la chica misteriosa de Carelle, comenzó a formular un nuevo plan.
con la mirada llena de odio y rencor hacia la felicidad ajena, Alice tenia en mente algunos planes que pondría en practica, esta vez, se aseguraría que Danila no interviniera en sus planes, estaba segura que ahora funcionaria y tendría una victoria más, disfrutaría de las lagrimas de Sara y aconsejaría al joven Adonai a provocar en ella el mas doloroso momento de su, hasta ese instante, corta existencia.
la risa malvada de aquel ser oscuro resonó por todos los rincones de la cueva en donde se encontraba, se había vuelto mas fuerte que la ultima vez.
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un frio interno estremeció a Danila quien volaba en dirección al castillo, se detuvo un instante, analizo los alrededores que su vista podía alcanzar, y comprendió entonces que Alice había vuelto, esta vez con mas poder y mas decisión que la ultima vez que la vio, ese día estaba furiosa y dispuesta a dar su vida para que Sara pudiese ser feliz, pero la vida y el destino aun no podían dejar que muriese en ese momento, aun le quedaba una misión mas que cumplir en aquel reino que le abrió sus puertas y la recibió con calidez.
regreso con prisa y nerviosismo al castillo, se adentro en la oscuridad de su habitación, tenia que prepararse para hacer de nuevo una pequeña intervención; de la estantería que había en sus pequeños aposentos, tomo un libro antiguo lleno de polvo, aquellos papiros no habían sido abiertos por la joven desde que llego a Carelle, exactamente diez años atrás.