la mañana era fría, un aire inundaba a todo Carelle, un sol poco brillante se podía observar en el cielo, aquello parecía ser un mal presagio - y valla que lo era -. Entre toda la gente que habitaba en ese lugar, solo había una que sabia lo que se avecinaba, Danila, aquella mujer había sentido, visto y oído lo que sucedería, tena un plan, eso era cierto, tenia que proteger a Sara, eso era un hecho, pero sobre todo tenia que asegurarse que Alice jamas volviera, o al menos, no volviera por un largo tiempo.
con mas prisa que nunca la joven se dirigió hacia donde se encontraba el prometido de la princesa, le contó lo que había sentido y hecho el día anterior; Adonai no presento ninguna emoción, sabia de lo que era capaz la chica que tenia frente a el, así que no le sorprendió el relato de Danila.
el corazón de Adonai latía muy deprisa, sentía a lo lejos aquella presencia perteneciente al ser mas malvado que había conocido en toda su vida, Alice. Conocía muy bien esa sensación al estar junto a ella y en ese instante no dejaba de sentir un escalofrió interno.
dentro de las paredes húmedas de una cueva alejada del castillo, Alice se dispuso a salir para encontrar a Adonai, seducirlo y luego acabar con el amor puro que le tenia a Sara, esta vez sin contratiempos y sin tardanza. Una vez llegado el mediodía Alice encontró a Adonai a orillas del mar, como la ultima vez, se acerco sigilosamente y le saludo, el joven suspiro de forma tranquila y respondió al saludo.
Sara también había salido de los muros del castillo y habiéndose dirigido a la orilla del mar, vio, con aquellos profundos ojos, lo que ninguna chica enamorada quisiera ver, ahí estaba Alice abrazando a su prometido, parecía que entre ellos había mas conexión que entre el cielo y el mar, trato de ser fuerte, pero no pudo, las lagrimas comenzaron a fluir y su corazón comenzó a romperse en mil pedazos.
Danila observaba desde el cielo la escena, aun no era tiempo de llevar a cabo su plan, sin embargo al ver a Sara descendió y tomo su forma humana.
– no llores princesa.– dijo Danila tocando el hombro de Sara.
Ella alzo la mirada y vio a su amiga con la mirada puesta en Alice.
–¿que planeas?– pregunto Sara.
–planeo desaparecer junto a Alice.– respondió la joven y sonrió de manera triste.
Sara no dijo nada, pero en su interior lloraba amargamente, Danila tendió su mano y Sara la tomo, juntas se dirigieron hacia donde se encontraba Adonai.
Alice se separo de el y sonrió de forma espectral.
– miren a quien tenemos aquí – dijo Alice. – una princesa y una paloma.
las dos chicas solo intercambiaron miradas, Alice se enfureció la simple presencia de Danila hacia que se irritara.
nadie de los presentes se podía imaginar que entre aquellas dos almas se desataría la mas grande batalla que se pudieran imaginar, una de ellas defendiera a toda costa la vida y el futuro feliz de la que llamaban princesa y la otra lucharía por hacer infeliz aquella vida.
poco a poco el viento se hacia mas gélido y el aroma impregnado en el viento anunciaba muerte, desesperación, batalla, sangre y destrucción.
¿como podría evadir el cruel destino que ella misma había creado?, Danila había arrancado una pagina que había ya sido escrita y con sus propias manos estaba redactando de nuevo un sin fin de posibilidades para que aquella historia tuviese otro final.
la verdad era inesperada e irracional, Danila sabía que su mayor enemiga posiblemente tenia un haz bajo la manga, pero si Alice tenia una trampa, Danila tenía dos...