Así que... ¿Enferma?
— Si, en definitiva tienes 40 grados. — Mi hermano me vio y suspiro.
— ¿Cuarenta grados? — Mi hermana le arrebató el termómetro a Lucas y luego lo golpeo en la cabeza.
— Aquí dice 38.5 grados, si tuviera 40 ya estaría alucinando.
— ¿Pues por qué me pides a mí que la tome la temperatura entonces?
— Porque eras el que estaba más cerca.
— Pero yo ni siquiera sé cómo se usan esas cosas tan raras. — Mi hermano vio con obviedad a Esther.
— Pues ya va siendo hora que aprendas porque contigo aquí enfermas seguro y nos morimos.
Yo estaba tirada en uno de los sofás, me habían obligado a salir de la habitación, sobre todo mi hermana porque quería limpiar el mugrero de papeles con mocos que tenía ahí tirados.
Desde ayer en la noche había empezado a sentirme mal pero no pensé que me sentirá tan mal desde la madrugada.
Y ni siquiera me he podido re costar tranquilamente por he mi hermano me tiro del sofá a la primera que me recosté, porque según él no me quería en el sofá en el que él dormía o se le pegaría el resfriado.
Por mi mejor, capaz y así tendríamos más cosas en común.
— Ponle un paño de agua en la cabeza. — Mi hermana le pasó la toallita a mi hermano y yo cerré los ojos.
Aunque casi lanzo una maldición cuando sentí como si en realidad me estuvieran tirando el agua a la cara.
Y antes de que me pudiera quejar yo mi hermana casi casi tiro a Lucas.
— Es que eres idiota. — Me quito el paño de la cara y empezó a exprimirlo, pero a mí me dolía tanto el cuerpo que ni siquiera quería levantarme a gritarle a mi hermano.
Me lo puso bien y empezó a limpiar mientras mi hermano estaba viendo caricaturas en la televisión, creo que veía Scooby-Doo.
— ¿No vendrá mafer a verte? — Mi hermano me volteo a ver o eso supongo porque no tengo deseos de abrir los ojos.
— Me ha dicho que tiene pendientes así que no vendrá.
— ¿Le dices a tu mejor amiga que te sientes mal que casi te estas muriendo y ella viene y te dice eso? ¿No has considerado que en realidad no deberías llamarla mejor amiga? Porque yo jamás dejaría que Esther este medio muerta en su casa sin ir a visitarla.
— Pero si tú vives aquí. — Lucas le dijo en tono obvio.
— Sht, céntrate en ver la tv. — Ella lo señalo y mi hermano sorprendentemente le hizo caso.
— Y tu céntrate en comer tu cereal. — Le dije medio abriendo los ojos y señalándola.
Volví a cerrar mis ojos plácidamente hasta que sentí que me sacudían.
— Oye, Sarah te buscan. — Escuche la voz de mi hermano hablándole suavemente.
— Mhm.
— Ven, debes despertarte.
Y volvieron a sacudirme pero es que en realidad tenía los párpados tan pesados que la idea de abrir los ojos no pasaba por mi mente.
Hasta que me pegaron una gran sacudida que seguro y hasta me movió el cerebro.
— ¿Que?
Mire mal a Esther quien era la causante de la última sacudida.
— Que te buscan, han venido a verte.
Yo alce la cabeza para encontrarme con cuatro pares de ojos viéndome curiosos.
Bueno de hecho uno ya se había desviado hacia una de las inquilinas de este lugar.
— ¿eh? ¿Qué hacen aquí?
— Hemos venido a verte. Queríamos saber que tan mal estas, hemos traído sopa de verduras para todos.
Vi que mateo hizo una mueca al escuchar lo que decía Nadia y me reí.
Era en serio que nada que no tuviera alguna carne no le gustaba. O por lo menos no le apetecía.
— Que bueno que estas bien, por un momento pensé que ibas a morir. — Miguel alzó los pulgares.
— ¿Y tú porque has venido? — Mateo frunció el ceño y lo volteo a ver.
— Porque es mi mejor amiga y me preocupó por ella dahhh.
— ¿Y desde cuando son mejores amigos? — Dijo él.
— ¿Mejor dicho desde cuando se hablan? — Dijo Levi.
— Nos volvimos muy unidos desde que nos conocimos ¿a qué si Sarah?
— Aja, eso. — Dije sin prestarle mucha atención.
— Hasta tenemos un club de lectura. — Miguel los vio.
— Si es genial. — Subí el pulgar.
— No te creo ¿cómo está eso de mejores amigos? — Mateo seguía con el ceño fruncido. — Si apenas se conocen de como dos meses.
— Claro que no, somos amigos de toda la vida ¿verdad Sarah?
— Obvioooo. — Dije yo levantando la mano con un gesto de paz y amor aunque sólo la mantuve arriba como 5 segundos por que luego se me canso.
— ¿Lo ves? Tenemos una conexión tan fuerte que ya somos besties de la vida entera. — Miguel se tiró en un sofá y mi hermana se río.