Sárkány Vol ll: Babilonia La Grande

Capítulo 12: Las Puertas del Infierno

Cercanías del Lago Potomac, Estados Unidos de América.

El cadáver de Hyldegarde “Gabriel” Jormungandottir aún seguía expuesto en esa cruz que salía de su mansión, mientras los de la Luna de Mayo y las tropas americanas seguían presenciando ese macabro espectáculo presidido por el hombre que estaba justo en el techo de la mansión, acompañado de aquella figura femenina de rojo.

-¿Zaldusar? –Pregunta Eis, confundido y molesto-

-Kaiser –Amaya decía con una tonada seria y nerviosa al mismo tiempo-… hace un momento sentía una energía en extremo opresora, pero ya se fue… no lo sé… era muy grande, y muy tenebrosa.

-¿Entonces sí es el Dragón Negro? –Pregunta Kaiser también en voz baja-.

-Realmente no lo sé… pero sentí nauseas al tenerlo cerca… es una sensación horrible, y solo en dos ocasiones he tenido ese malestar.

-¡¿Quiénes exactamente son ustedes, y qué es lo que quieren?! –Kaiser ahora se dirige a los dos individuos-.

-Simple: venimos a abrir las puertas del infierno, venimos a purgar a la humanidad con el fuego negro; llenarla con la pureza de la oscuridad y preparar el camino para el nuevo mundo que nuestro señor tiene planeado.

-Es la misma pinche cantaleta que he escuchado de parte de Veyper –dice Kaiser un tanto fastidiado-. ¿No tienen originalidad?

-No nos malinterpretes, y te pido por favor que no nos compares con ese pobre remedo de serpiente. Nosotros no buscamos ser vengadores de los males que los gobiernos causaban, no buscamos ser redentores, ni tampoco ser un “mal necesario” en favor de un grupo u otro; nosotros buscamos la erradicación de la decadente sociedad actual, aquella que decide quien es bueno y quien es malo… y eso aplica tanto para ambas caras de la moneda, mi estimado Kaiser, y para eso, estamos dispuestos a convertirnos en el “Gran Adversario definitivo” de la humanidad que ha sido adoctrinada. Aquellos iluminados que sean capaces de rendir pleitesía a nuestro señor, al Tighearna, serán aquellos que serán salvos… los demás, perecerán; dotados o no.

-En resumen: quieren imponer su voluntad a base de muerte, terror y destrucción –Romeo responde-.

-Cerca, pero no del todo, muchacho: Conquista, Guerra, Hambruna y Muerte. Es un proceso que hará que todos esos indeseables que siempre han existido en la historia de la humanidad desaparezcan de esa nueva tierra que pondrá a la raza humana en el pináculo de su evolución; no solo física, sino mental. Un ser humano apto de cuerpo y alma para los retos que están por venir en esta nueva era.

-No es que suene “muy justo” el ser juez y verdugo de la humanidad –Amaya reclama-; tampoco es que suene muy imparcial el decir que la muerte, la guerra, la hambruna y la conquista sean las herramientas para hacer un mundo mejor.

-Ahí es donde estás equivocada, querida –Selymes los señala a todos de manera casi teatral-, eso es lo que ustedes creen que es malo porque así se les educó. Todos quieren ser lo más “buenos” que su propio ser les permite, ya que yo sé muy bien, y mi señor también, que cada uno de ustedes tiene unos bonitos esqueletos en el closet que no quieren mostrar a la sociedad.

-Ya capté su idea, ¿pero por qué tomarse la molestia hasta ahora? –Pregunta Kaiser-.

-Bueno, podría decirse que Hyldegarde sirvió como el Cordero que iba a ser sacrificado; solo hacía falta que la única persona con la que tenía conexión, la actual portadora del Dragón Blanco, hiciera lo inevitable: mostrar su poder al 100%, y así develarnos la ubicación del último Dragón que nos hacía falta. Ya sabemos dónde están todos, y es por eso que podemos comenzar con la cacería. ¡Comenzando por ti, muchacho! -Selymes señala a Romeo, quien definitivamente tenía un rostro nervioso, e incluso podía aceptar que tenía miedo en ese momento. Pero aun así estaba decidido a pelear si era necesario-.

-Si tanto buscas a un Dragón, ¿Por qué no… ?

Kaiser interrumpe a Amaya, colocando la mano en su pecho como una señal de que guardara silencio. Casi al instante, Eis la interrumpe y habla.

-Si crees que así de fácil permitiremos que dañes a Romeo, o a cualquiera de nosotros, parece que te encontrarás con una tremenda decepción.

-En algunas ocasiones la violencia no siempre es la solución: pueden entregarnos a los Dragones que tengan con ustedes; de lo contrario, la señorita aquí a mi lado tendrá que hablar un idioma que yo desconozco por completo.

Mientras esto sucedía, un soldado que estaba oculto entre las tropas de la coalición tomó un intercomunicador, procediendo a entablar contacto con alguien.

Washington D.C.

En una zona atestada de árboles en la capital americana, Noir y Kairos estaban analizando varios mapas, teniendo consigo una radiofrecuencia.

-Entonces el “búnker” del Capitolio tiene diferentes cámaras que dan acceso a unos calabozos; donde se encuentra ella, debe ser el más escondido y el más resguardado. Estoy segura de que es este –Noir señala el mapa-…

-La única forma de acceder ahí sería excavando. No es la manera más práctica, pero sería eso o enfrentarnos a Savijevic, Hickenbottom…

-…o Raine…

-Sí, o Raine. 

Al terminar de decir eso, el israelí recibe una alerta de su intercomunicador, provocando la molestia de su compañera.

-Kairos, ¿sabes que a estas alturas quien puede estar tratando de encontrarnos es para mandarnos a tomar por culo?

-¿Recuerdas al agente del Mosad que te dije que tenía infiltrado con Hutzinger? Bueno, es él. Es de los pocos agentes de los cuales permito que entren frecuencias a mi intercomunicador. Además, ya no tenemos nada que perder –Kairos contesta-… ¿Wulkan?

-Schorr, estoy en el fuerte de Gabriel. Unos individuos que se hacen llamar “Zaldusar” acaban de matarla y también acabaron con gran parte de nuestro personal. Parece que comenzarán a pelear con los de la Luna de Mayo.




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