Saturn [# 1 Cerises] Nueva Version

• Un pequeño vistazo al pasado I •

POR SIEMPRE AMIGOS

Aún más raro que el amor verdadero, es la amistad verdadera.

Jean de La Fontaine.

 

24 de diciembre 1990

Craftsbury, Vermont, EE. UU.

 

En general, se argumenta que la verdadera amistad es aquella que se forja con los años o bien, que sucede por una conexión especial.

Se dice también que esta puede durar años y es un sentir fantástico el saber que se cuenta con una persona que te comprende y que te entiende sin importar qué.

Si, las amistades tienen tiempos maravillosos y existen algunas que son tan bellas y duran incluso más allá de la muerte.

En el condado de Orleans, se ubica la pintoresca ciudad rural de Craftsbury, mismo que resguarda una de las propiedades de descanso de la reconocida familia Wright, una mansión que en el exterior brinda la vista de una cabaña, pero que, por dentro, conserva un diseño moderno y antiguo, paredes de colores cálidos y candelabros dorados que le obsequian el toque de elegancia.

Navidad de 1990, este año la familia Wright había concertado pasar las festividades junto a la familia Williams, esto debido a que el reconocido abogado Tyler Wright y el famoso corredor de bolsa Simon Williams eran fieles amigos desde la infancia.

— ¡Williams! — el señor Wright salió de la propiedad en cuanto escuchó el auto estacionarse y recibió con los brazos abiertos a su amigo.

— ¡Wright, tanto tiempo! — respondió el saludo Williams.

Se fundieron en un abrazo y al separarse, el abogado saludó a Jennifer Williams, esposa de Simon, y posteriormente a la niña que ahora se encontraba en brazos de su padre.

— ¿Y esta hermosura cómo está? Cada día más linda — la pequeña Lorena sonrío sonrojada, causando ternura en los mayores.

En la puerta de la casa apareció Anna Wright la esposa de Tyler, junto a dos pequeños, Nicholas de 6 años y su pequeña Isabella de 4 años.

Abrazos, risas infantiles que mostraban la emoción de los pequeños al encontrarse y finalmente ingresaron todos a la propiedad que los recibió con su ambiente cálido.

— Te extlané mucho Lode — habló un risueño Nicholas.

— Yo igual Nick, pero ahora podemos jugar — la pequeña pelirroja sonrió mostrando todos sus pequeños dientes.

Una de las diferencias que tenían a pesar de tener casi la misma edad, era que a Nicholas aún se le dificultaba pronunciar la letra r. Precisamente el pequeño pelinegro amaba a su amiga porque ella no se burlaba de él como lo hacían algunos de sus compañeros en el kínder.

Nicholas y Lorena, desde que nacieron habían convivido y conforme iban creciendo, se volvían cada vez más unidos.

Los pequeños se alejaron de los adultos, subiendo al cuarto de juegos de aquella mansión. Jugaron, rieron, contaron historias infantiles y al final, se encontraban en una pequeña fiesta de té.

— Oye Lode… — llamó Nicholas.

— ¿Qué pasa Nick? — la pequeña puso toda su atención en él.

— Nunca dejalemos de sel amigos ¿vedad?

La pequeña Lorena lo miró con confusión, frunciendo su ceñito pues no entendía por qué su amigo preguntaba tal cosa.

— Claro que no, seremos amigos siempre — dijo con seguridad y sonrió en grande.

— Te quiedo, de aquí al infinito — pronunció Nicholas.

— Yo también te quiero Nick, más allá del infinito.

Ambos sonrieron y continuaron jugando hasta que sus padres los llamaron para cenar; una cena llena de amor y alegrías como cada año en que sucedía que ambas familias se reunieran.

Lorena y Nicholas sentían alegría de saber que serían por siempre amigos…

 

M.C. 🤍✨




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