Saturn [# 1 Cerises] Nueva Version

• 10 - Del presentimiento de perder •

Es normal perder a las personas que amamos, sino ¿cómo sabríamos lo importantes que eran?

El extraño caso de Benjamín Button (2008)

 

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25 de julio 2014

Nueva York, EE. UU.

— Me alegra que hayas venido — comentó Sophie, a la vez que intentó levantarse de su asiento para saludar al recién llegado, pero este se lo impidió.

El hombre tomó la mano de Sophie y dejó un beso cortés en esta.

— No me agradezca, no podía decirle que no a usted, me da muchísimo gusto verla — respondió y tomó asiento frente a la mujer.

— Tanto tiempo, ahora estás hecho todo un hombre. Me alegra verte, muchacho.

— Usted siempre tan linda, no pensé volver a verla después de tanto tiempo.

— Yo no pensé que mi niña recibiría notas tuyas, a pesar del tiempo.

El hombre, quien estaba por sorber un poco de la bebida que se le había entregado, detuvo sus movimientos y rápidamente fijó su mirada en Sophie, que sonreía con diversión.

— ¿Cómo…? — intentó preguntar, siendo interrumpido por la mujer.

— ¿Que cómo es que lo sé? Sophie rio levemente —. Tu pulcra caligrafía es inconfundible, tu forma de expresarte, el sentimiento que resguarda cada una de tus palabras, a Lorena, solo tú has sido capaz de provocarle sonrisas sinceras, sentimientos plenamente conscientes, el único problema es que…

— Está cegada por lo que siente por Nicholas — complementó él, sintiendo una pequeña punzada en el corazón y agachando su cabeza.

Sophie lo miró con ternura, estiró su mano hasta tomar la barbilla de aquel hombre y le hizo volver a levantar la cabeza.

— Ella está agradecida con Nick, lo ama, sí, pero no de la forma en que ella cree.  

— Ni si quiera se acuerda de mí, por ello no puede descifrar que soy yo el que le envía las notas. ¿Cómo esperaré que me ame?

— Tal vez su mente aun no procesa que ya te conoce, pero el corazón, ese está más que claro, sabe quién eres, sabe lo mucho que te ama. El día que su mente se una por completo con su corazón, comenzará el mejor de sus tiempos.

— ¿Cómo está tan segura?

— A ti te amará de forma consciente como siempre lo ha hecho, contigo descubrirá lo que es un amor de pareja, amor real.

— No estoy seguro Sophie, no lo puedo estar.

— Yo sí, porque conozco a Lorena y porque sé que, dentro de tu inseguridad, está ese hombre decidido a llegar hasta el final de todo.

Ambos se sonrieron.

— Ahora, tengo que hablar contigo, de algo delicado…

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1 de agosto 2014

Nueva York, EE. UU.

 

Regularmente se comenta que la muerte es un proceso duro de vivir, sin embargo, existen personas que ven la muerte y el proceso de duelo, como un ingreso a una nueva etapa de la vida y el inicio de un crecimiento personal.

En sí, el duelo es la respuesta emocional que se tiene al experimentar una pérdida.

Para los que ya han vivido un proceso de duelo, el revivirlo es enfrentarse nuevamente a aquellas heridas del pasado, que, si bien se ha sabido vivir con ellas, el experimentar nuevamente un evento relacionado a la muerte es como reabrir y profundizar dichas heridas.

Cuando una persona experimenta una pérdida, suele ser envuelto en millones de sentimientos, tristeza, negación, depresión, impotencia, enojo, culpa.

Lorena vivió por primera vez el proceso de duelo cuando perdió a sus padres, en ese tiempo, tuvo que aprender a aceptar la realidad de haberlos perdido cuando más los necesitaba, adaptarse a la ausencia física de estos y encontrar una nueva forma de conexión con ellos.

Una mañana más, era recibida por la gran manzana, inicio del mes de agosto, época en la cual el clima suele ser grato para la ciudad, sin embargo, este día en específico se sentía, ¿cómo definirlo?, ¿triste?, ¿sombrío?

Lorena despertó, como todos los días, escuchando el molesto sonido de su alarma, pero algo diferente sucedía, nana Sophie no había entrado a iluminar el espacio donde ella dormía, las persianas permanecían completamente cerradas y el entusiasmo de aquella mujer, era ausente.

Lorena detuvo el molesto sonido de su móvil, se sentó a la orilla de su cama, miró a su alrededor en busca de cualquier pequeño indicio de que Sophie había pasado por ahí, pero simplemente no halló nada.

Extrañada, salió de su habitación, en busca de alguna respuesta.




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