• 11 - El duelo •

La única forma de superar el dolor es pasando por este.

Desconocido

En la vida, cada persona vive el proceso de duelo de forma única, algunos transitan por cada una de las diferentes etapas de forma continua, y otros, tienden a avanzar, pero en algún punto, retroceder. En sí, el tiempo que dura cada etapa, es relativo a la persona, al valor de su pérdida, la conexión con esta, entre otros aspectos, que provocan que el duelo no cuente con un tiempo exacto de vivencia.

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1 de agosto 2014

Nueva York, EE. UU.

Negación

La etapa de la negación es una reacción de efecto inmediato al momento de sufrir la perdida, es como si se experimentara irrealidad e incredulidad, acompañada de un tornado de emociones.

En palabras sencillas, es el momento en que nos negamos a aceptar el peso de la verdad y la realidad.

Para algunas personas esta etapa se presenta de manera muy sutil, pero para otras, recibe una gran importancia.

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— ¡Desfibrilador!

La maquina fue manejada por los presentes en aquel espacio, enfermeras y médicos se movían con rapidez, intentando devolverle la conciencia a Sophie.

Sin embargo, uno de los presentes, negó hacía aquel hombre que, con desesperación, buscaba devolverle la vida a aquella mujer. Había cumplido su promesa, hizo todo lo que estaba en sus manos, pero lo inevitable llegó y fue que ella dejara de respirar y que su corazón, dejara de latir.

Con pesar soltó la máquina, reposó su frente en el pecho de Sophie y negó con la cabeza; segundos después, dirigió su vista al reloj de aquella fría sala de urgencias y pronunció:

— Marquen la hora de la muerte, once horas con cincuenta y cuatro minutos, de la mañana.

Sin poder más, salió del lugar rumbo a uno de los consultorios, incapaz de enfrentarse a Lorena para darle la lamentable noticia.

Su compañera lo vio salir, suspiró con pesar mientras se desasía de su mascarilla, guantes y bata quirúrgica, y caminó por el largo pasillo hasta que abrió las puertas que daban entrada a la sala de espera.

— Familiares de Sophie Alder — llamó en voz alta.

— Aquí doctora — respondió de inmediato Lorena, levantándose de su asiento y acercándose con ojos llorosos a esta —. ¿Cómo está mi nana? ¿Puedo verla?

La doctora pasó saliva al ver a Lorena y luego de unos segundos, respiró profundo para contestar.

— Lo siento mucho, la paciente venía en estado crítico, hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos, pero lamentablemente, falleció.

— No — susurró — ¡NO, ESO NO ES CIERTO! ¡ELLA ESTA BIEN, ESTA BIEN! — tomó su cabeza negando frenéticamente.

Hanna intentó calmarla, aunque en el fondo sabía que era prácticamente imposible, la llamaba, pero Lorena continuaba gritando, tratando de convencerse de que había escuchado mal, que su nana estaba bien y esperando que fuera a verla para abrazarla y decirle que la amaba.

Lorena, se negaba al hecho de que la había perdido.

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Ira

En un sentido general, la ira es definida como un sentimiento de enfado maximizado, pero cuando lo vemos dentro de la perspectiva del proceso de duelo, tiene un significado mayor.

La etapa de la ira es el primer contacto con las emociones que surgen tras la etapa de negación, aquí, la frustración y la impotencia surgen de forma que nos hacen sentir responsables por la pérdida del ser querido.

Caemos en el reclamo hacia uno mismo, inclinados al hecho de que se deseaba hacer más por el ser querido o bien, se deseaba poder despedirse de una mejor forma.

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Lorena se mantenía viendo un punto fijo.

Luego de recibir la lamentable noticia de que su nana había fallecido y haber gritado su negativa a la realidad, simplemente su mente quedó suspendida.

Hanna, sabía que Lorena no tendría en esos momentos capacidad alguna de manejar todo el papeleo para el funeral de Sophie, por lo que la dejó al cuidado de una de las enfermeras y mientras tanto, ella se encargó de lo debido.

Únicamente se acercaba a Lorena para firmar los papeles y esta lo hacía de forma automática, sin prestar la debida atención, no hacía falta, confiaba plenamente en Hanna.

— Lore, cielo, es hora de irnos, ya han venido por el cuerpo de Sophie, debemos prepararnos para el funeral — Hanna le habló con cariño, mostrándose fuerte ante ella.

O al menos lo intentaba.

Lorena asintió y se levantó; a paso lento, con Hanna sosteniendo su brazo, se dirigió a la salida del hospital. Una vez frente a las puertas, se encontraron con Nicholas, quien, al percatarse de ambas mujeres, se sorprendió.