Todo iría mejor, si entendiéramos que no hay verdades, sino versiones.
Desconocido
23 de abril 2015
Pent-house Lorena, Nueva York, EE. UU.
— Hagamos un viaje — dijo Lorena, mientras Hanna le ayudaba a recostarse en la cama.
— Lore, acabas de salir del hospital, te desmayaste causándome un susto de muerte — respondió, luego la cubrió con las sábanas.
— Hagamos un viaje. — repitió, ignorando el comentario de Hanna.
— Pero…
— Hanna, he dedicado casi ocho años de mi vida a trabajar; a vivir duelos, porque la vida se ha empeñado en quitarme a la gente que amo; años atormentándome por lo de Nick. Ahora quiero ser feliz, divertirme, aunque sea por un momento — suspiró —. Y que mejor que contigo que eres mi amiga, casi mi hermana y has estado siempre para mí. Vamos a tomarnos unas pequeñas vacaciones del trabajo y de todo.
— Oh, Lore — murmuró Hanna con la voz entrecortada, lanzándose a abrazarla —. Está bien ¿A dónde quieres ir? ¿Y cuándo?
— Mmm… — quedó callada por unos segundos, para luego continuar —. He pensado que nos tomemos a partir de pasado mañana hasta que sepamos cuando es la boda de Nick, quiero asistir.
— Lore, no te dañes tú sola.
— No es eso Hanna, cuando éramos niños, — volteó a ver un punto fijo de su habitación —, prometimos estar en el día más feliz de nuestras vidas, o sea cuando nos casáramos con la persona indicada — una lágrima descendió por su mejilla derecha —. Aunque la promesa era que yo fuera su madrina de bodas y él el padrino de la mía, ya que eso no se va a poder cumplir, por lo menos quiero cumplir el hecho de asistir y ver como logra su meta de casarse con el amor de su vida.
— Ay Lore, definitivamente tienes un corazón de oro.
Lorena solo pudo sonreír con el comentario.
— Lo del doctor Wright lo hiciste por una buena causa… — Hanna comentó, sacando el tema que, estaba segura, rondaba por la cabeza de Lorena.
— Tal vez así lo considero yo, pero bien dicen que no hagas cosas buenas, que parezcan malas — murmuró con voz triste.
— Bueno, no empecemos a desanimarnos, mejor vamos a planear ese viaje que tienes en mente, ya verás que el doctor te perdonará, es más, a lo mejor hasta sí te llega la invitación a su boda.
Lorena no contestó nada más, solo vio a Hanna moverse por la habitación tomando el computador para comenzar a planificar el viaje y, aunque prestaba atención a lo que Hanna decía y comentaba, también pensaba en que estaba segura de que Nicholas no la invitaría a su boda, lo había lastimado con lo que hizo y además de ello, era obvio que Olivia no le permitiría invitarla, aunque él quisiera hacerlo.
∞
25 de abril 2015
— ¡LORENA WILLIAMS, NOS DEJARÁ EL MALDITO AVIÓN!
— Ya voy mujer, solo estoy atendiendo unos mensajes — respondió Lorena con calma mientras bajaba las escaleras —. Además, vamos en el avión privado — dijo frunciendo las cejas.
— ¿Y?
— ¿Qué por algo es privado, para usarlo a nuestra conveniencia y no nos deje? — preguntó obvia.
— Ustedes los ricos, siempre humillando al pobre — Hanna rodó los ojos y salió del pent-house seguida de Lorena que solo rio con el comentario de su amiga.
Entonces, hemos dejado las notas de bella caligrafía, para dar paso a los mensajes de texto.
Entregado 10:00 AM
No se puede implementar siempre la misma estrategia. Dime, ¿cuál es tu primer destino de viaje?
Entregado 10:00 AM
Es claro que no te lo diré, pero... ¿crees que alguno resulte ser en donde tú estás?
Entregado 10:01 AM
No lo sé, confío en que el destino si tiene planeado traerte a donde yo estoy, pero de no ser así, prometo esta vez sí buscarte y quedarme a tu lado.
Entregado 10:01 AM
Promételo, aunque las promesas ahora sean algo de poca creencia para mí, promételo.
Entregado 10:02 AM
Te lo prometo por todo aquello que amas, por todo.
Entregado 10:02 AM
∞
Luego de unos minutos llegaron a la pista privada. Fueron auxiliadas por el personal del avión, sus maletas subidas y ellas ingresaron, poniéndose cómodas y siendo recibidas de forma cordial por el piloto y el demás equipo.
— ¡Será el mejor viaje! — dijo Hanna, tomando su copa de champán —. Nunca he salido de Estados Unidos y ahora iremos al otro lado del maldito mundo.
— Verás que nos divertiremos.
— Claro que lo haremos, además, tienes la mejor compañía. ¿Qué más querías? — la castaña levantó de forma exagerada su copa, haciendo reír a Lorena.