Enero
“Recuérdame completo/a…
Con mis aciertos, porque de ellos obtendrás mi mejor versión.
Con mis errores, porque de ellos entenderás que no es malo equivocarse sino rendirse y que aceptar tus fallas siempre es el primer paso hacia el perdón hacia contigo mismo.
Con mis tristezas, porque de ellas aprenderás que el dolor moldea a las personas más fuertes.
Recuérdame, con todo lo bueno y malo, pero no te dejes caer, porque ya he dado lo que tenía que dar, mi tiempo concluye, pero…
El tuyo esta por volver a empezar.”
Magali C. (2021)
§
1 de enero
POV Hanna Robinson
Al finalizar la cuenta regresiva, Thomas volteó en busca de Lorena y Luca, al igual que nosotras, encontrándolos en el sofá de dos plazas teniendo sus labios unidos…
—Lore… —Thomas habló y Luca se despegó de ella negando con la cabeza gacha.
—¿Qué pasa? — pregunté angustiada.
Thomas se acercó a ella poniéndose de cuclillas, tomó sus manos y en ese momento el miedo me invadió. Todo lo hizo bajo la mirada de Luca.
—No… — murmuré corriendo hacia ella.
La tomé con fuerza arrebatándola de los brazos de Luca, me aferré a su cuerpo soltando un grito desgarrador.
No lo aceptaba, ella no lo merecía.
—Hanna… — sentí la mano de Thomas en mi hombro, intentado que me calmara, pero sabía que él estaba igual de herido que yo y todos en la sala, lo podía notar su voz quebrada al llamarme.
—No, no, no, ella está bien, solo estaba cansada y se puso a dormir. — dije entre sollozo y mecí su cuerpo junto al mío. — Diles Lore… diles que solo estas algo cansada. — acomodé su lindo cabello rojizo y miré a Luca. — ¿Verdad que solo duerme? — Le pregunté con fuerza.
Solo recibí una negación y lo vi caminar hacia Thomas para después con calma salir de la casa.
No quería soltarla, era mi hermana, mi familia y me negaba de forma definitiva a dejarla ir, me enganché tanto que me perdí por completo, solo podía escuchar los sollozos de Amelia y Alviria que era abrazadas por Thomas.
…
No sé cuánto tiempo pasó, Luca no había entrado y simplemente en algún momento perdí mi mirada en el cuerpo inmóvil de Lore, que ahora yacía recostado en el sofá largo, parecía que solo durmiera, tenía una expresión de paz, que al mismo tiempo me lo transmitía.
Pero por dentro, una parte de mi se quebró.
Por dentro, el dolor era una de los peores que había sentido.
Thomas observaba el sobre que Luca le entregó y cuando el silencio se comenzó a sentir como algo sin fin, escuché como el sobre era abierto.
Ella y Luca lo sabían, no estaban seguros del tiempo, pero lo sabían, por eso ella nos regaló recuerdos de ella feliz, de ella festejando navidad a nuestro lado. No quiero imaginar lo que siente Luca en estos momentos.
Dejó como recuerdo su mejor versión.
§
POV Thomas Brown
Ella lo sabía.
Desde la última vez en el hospital ella lo supo, pero no nos quería ver preocupados.
Luca se separó del cuerpo y me entregó un pequeño sobre y solo lo vi salir, entendiendo que necesita un poco de espacio.
Tengo que ser fuerte por las tres mujeres a mi lado, porque estoy seguro de que Lorena se fue confiando en mí para ello y no la defraudaría. Principalmente con Hanna, la cual se aferra a ella queriendo que despierte.
Nos tomó un tiempo tranquilizarla, con delicadeza tomé el cuerpo de Lore y lo acosté en el sofá más grande, viendo su rostro pacifico.
Tomé el sobre y lo abrí, haciendo que la mirada de Hanna, Amelia y Alviria estuvieran puestas en mi actuar.
La carta era para todos nosotros.
—¿Qué dice? — me preguntó Hanna con la voz quebrada, tomando con fuerza la mano de mi hija.
Sin hacerla esperar, comencé a leer el contenido.
Thomas, Hanna, Amelia y Alviria.
Mi pequeña familia.
No sé por dónde empezar esta carta, tal vez aclarando que… desde la última vez que estuve en el hospital, la cuenta regresiva de mis días a su lado comenzó su curso, perdón por no decirles, pero no quería que se preocuparan antes de tiempo, quería que se llevaran en su corazón la mejor versión de mí, sin estar con el pendiente de cuando sería mi último día.
Dicen que uno es capaz de presentir cuando la vida se le va, y por eso escribí esto, porque lo presentía, mi cuerpo comenzó a perder su fuerza.
Quiero que vivan el duelo de todo esto a su manera pero a la vez juntos, porque yo más que nadie, les puede afirmar que eso les dará la fortaleza para sobrellevarlo lo mejor posible, por mí, por mi memoria, les pido que no se dejen vencer.