Saturno.

Capítulo 4.

Devan

Apuesto por todo porque me robaste el corazón, pero, yo quiero algo más. No me basta con pequeños momentos en los que tengamos conversaciones sinceras y profundas, ni con compartir durante mi horario laboral en la oficina, ni con comportamientos que cambien a cada hora. Te necesito a ti, Winter, y no importa cuánto deba perder por ello. Haré que confíes en mí, porque acabo de encontrarte y no pienso en perderte siquiera.

Luego del almuerzo que tuvimos, regresamos a la oficina y nos la pasamos trabajando por horas y horas. Ella se fue alrededor de las ocho y yo salí minutos después. Llegué a casa, sin esperar encontrarme con mi primo menor y un par de muchachas.

—Devan, primo, todos te estábamos esperando —se acercó a abrazarme y noté el tremendo olor a alcohol en su cuerpo. Mi hermano era un desastre cuando se trataba de las fiestas.

—Adrien, no tengo tiempo para esto. Hazme el favor y acompaña a las señoritas a la puerta —le indiqué frunciendo el ceño. No deseaba tener una de esas noches en las que lo único que importaba era pasársela bien. Y mi primo bien sabía que ese ya no era mi estilo de vida desde hace mucho tiempo.

—¡Devan, tienes qué divertirte! —Empezó a bailar y en ese momento supe que iba a perder mi paciencia si continuaba molestando de la misma forma.

—Adrien, he dicho que acompañes a la señorita hasta la salida porque yo no estoy de humor —volví a ordenarle, pero, él hizo caso omiso a mi petición y continúo bailando con las muchachas—Adrien...Hoy no va a haber ninguna fiesta.

—Ay, no, Devan, ni siquiera te atrevas a decirme que de nuevo vas a ponerte a llorar porque extrañas a Olivia —al solo escuchar ese nombre, me dieron unas tremendas ganas de llorar.

—Esta vez no es por Olivia, simplemente quiero estar en mi casa tranquilo mientras descanso ¿Puedes entenderlo? Llévate a las señoritas que no tengo ganas de nada ¿Te ha quedado claro? —Rápidamente él comprendió y acompañó a las chicas hasta la salida. Me senté en una de las sillas del comedor después de tomar una cerveza de la cocina. El nombre de Winter ha estado rondando en mi cabeza en las últimas horas y ahora, no soy capaz de dejar de pensar en ella y todo lo que sentí en el momento que compartimos.

—Muy bien, supongo que ya vas a decirme qué carajos te sucede —mi primo menor que yo se cruzó de brazos luego de sentarse frente a mí—Sinceramente, creo que ya has tenido suficiente sufrimiento por tu ruptura con Olivia.

—El rompimiento con Olivia fue hace mucho, y ya ha dejado de afectarme de la misma forma que antes —indiqué fastidiado. Olivia fue la mujer de mi vida, era cierto, no obstante, habían pasado más de once meses desde que ya no la veía. Ella fue una de mis secretarias y bueno, el romance surgió de pronto, y para evitar inconvenientes dejó de trabajar para mí mientras continuábamos con nuestra relación, la cual duró cerca de nueve meses. Fue corta, pero, maravillosa en todos los sentidos. No he sido capaz de amar a otra persona de la manera en que la amaba a ella—En realidad, lo que me incomoda ahora mismo es una nueva mujer.

—¿Una nueva persona en tu vida? Necesito que me cuentes más —comenzó a prestarme atención dejando su teléfono celular en la mesa.

—Winter Howland, la chica que va a escribir mi libro biográfico —le confesé en medio de risas—Esa mujer me encanta, de tantas maneras. Es inteligente, seria y sabe muy bien las cosas que quiere. Solo que no parece rendirse ante mis encantos.

—Bueno, es que en realidad no todas las personas son tan fáciles de conquistar y eso lo sabes. Lo que realmente me sorprende es escuchar que te gusta otra chica después de tu historia de Olivia. Me alegra que por fin estés logrando sacar a esa mujer de tu vida y de tu cabeza, y te des una nueva oportunidad.

—Me gusta Winter, sin embargo, parece que yo no le gusto a ella —esbocé una mueca al recordar cada una de sus palabras. Yo le invité a que creemos una historia entre los dos en Saturno, y ella me respondió que, de ser así, allí vivirá todo aquello que nunca tuvimos. De esta forma, me ha dicho que no tiene la más mínima intención de intentar cualquier tipo de relación conmigo.

—Devan, entonces, te deseo suerte con eso —apuntó.

—Es bonita e inteligente, incluso lo más es mucho más que Olivia —comenté recordando que mi anterior pareja era muy buena con las letras, sin embargo, con los números era una desgracia, al contrario que Winter que sabe hacer varias cosas. Sé que no se debe comparar a las personas, sin embargo, no soy capaz de evitarlo.

Winter

Rodé los ojos en cuanto August me ofreció un trago. No quería emborracharme, puesto que lo único que quería era continuar pensando en lo sucedido con mi nueve jefe en la tarde.

—August ¿Si te cuento algo muy personal, no se lo contarías a nadie? Ni siquiera a nuestras amigas —Cuestioné poniéndome nerviosa.

—Sabes que todo lo que conversamos suele ser confidencial —me sonrió—Así que ya dime que te tiene tan preocupada, como nunca, no quieres ni probar un trago y mucho menos salir a la pista a bailar un poco.

—Mi nuevo jefe, el señor Devan Reed es lo que me sucede —anuncié con molestia.

—No me digas que es de esa clase de jefes a los que quieres golpear cada vez que lo tienes a tu lado —dijo a manera de broma y empezó a reír sin control, pero, eso acabó en cuanto me vio asentir—Ay no, lo siento tanto por ti, inviernito.




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