Saturno.

Capítulo 8.

Winter

Entré a las oficinas de la Editorial Kellog con una enorme sonrisa en el rostro. Por alguna razón, siempre me ponía muy feliz venir hasta acá y disfrutar de trabajar junto con personas que eran muy trabajadoras, colaboradoras y, sobre todo, amables. Al ingresar a la sala de juntas, todo el mundo me estaba esperando puesto que tendríamos una reunión en la cual se supone que yo iba a indicarles cómo me había estado yendo con el libro biográfico y para mostrarles mis avances en el último mes.

—Buenos días a todos —saludé al ver a Ivy, Evan, Phoenix y Louis sonriéndome y tomando una taza de café.

—Winter, qué gusto tenerte aquí. Hace mucho tiempo ya no habías venido a visitarnos —Ivy me sonrió enormemente. Esta mujer era la dueña de la editorial y todo lo que tenía en la actualidad, se lo debía a el gran trabajo que ha realizado a lo largo de su vida. Era una mujer madura de cuarenta y dos años.

—Bueno, ustedes saben que el trabajo que me han encargado realizar junto con el señor Devan Reed ha sido muy complicado.

—¿Acaso es un hombre difícil de tratar? —Phoenix cuestionó.

—Al principio lo fue, pero, creo que nos hemos hecho bastante cercanos —confesé nerviosa—He logrado un buen avance para el libro, en especial al conseguir datos de la vida personal del señor Reed.

—¿Ya lo lograste? —Louis se sorprendió sin dejar de revisar un par de papeles que tenía entre sus manos.

—Sí, hablamos sobre su vida romántica y sobre el amor de su vida, la señorita Olivia, una de sus anteriores secretarias. Debido a que este es un tema importante, la conversación fue grabada. También tengo información sobre sus primeros años y sus estudios.

—Muy bien, Winter, parece que has hecho un muy buen trabajo. Ahora lo que también nos ayudará es obtener contacto con las personas que han sido importantes en la vida de Reed, desde sus pareja y amigos hasta su familia y personas con las que ha trabajado.

—De acuerdo, hablaré con él para que podamos organizar un par de entrevistas con estas personas —anoté aquello en mi libreta.

—Gracias por todo esto que estás haciendo con Reed. Hace muchos años, desde que él obtuvo ese puesto que hasta la actualidad tiene, hemos deseado saber la verdad detrás de todas esas cosas que se han rumoreado sobre lo seductor que es y sobre todos esos vicios que aseguran, él posee.

—Déjame asegurarte una cosa, Devan Reed no es el hombre que todos piensan —murmuré y después de eso, la reunión se dio por terminada y todos salieron dejándome a solas con Phoenix. Esa mujer era una de las mejores personas que he conocido en mi corta vida, y teníamos una especie de conexión muy especial puesto que ella siempre de alguna forma lograba adivinar lo que me sucedía y darme los mejores consejos del mundo.

—Winter Howland, dime qué es lo que ocultas antes que sea capaz de adivinarlo —ella me miró con los ojos entrecerrados mientras salíamos de la sala de juntas.

—En primer lugar ¿Tienes un poco de tiempo para qué podamos conversar? —Prácticamente le supliqué mientras nos dirigíamos a mi oficina, aquella que no había visitado en todo el tiempo que he estado con el señor Reed. Sonreí de inmediato al ver todo como lo había dejado, la única diferencia era que el lugar no tenía un olor a café que se notaba al apenas entrar.

—Tengo una hora, la cual puedes usar a tu beneficio —se burló en cuanto la invité a tomar asiento—Entonces, señorita Howland, tengo una especie de presentimiento contigo.

—Y no te equivocas, nunca lo haces —le di la razón mientras preparaba un poco de café con ayuda de la cafetera—Pero, buen, en fin, qué puedo decirte…Creo, que por primera vez en toda mi vida estoy comenzando a romper las reglas…

—Ay, no, no, no, Winter, no me digas que tu relación con el señor Reed no solo es profesional, sino que ha ido muchísimo más allá —se colocó la mano en la frente dándole un poco de drama a toda la situación—Por el amor de Dios, Winter, no puedes haber pecado así…

—Sí lo hice, cometí ese error —suspiré cayendo en cuenta de lo que verdaderamente significaba lo que acababa de decir. Era cierto, he cometido un grave error que puede costarme la manera en que mis compañeros de trabajo me ven y como todo el mundo en general ve mi manera de trabajar—¿Me crees si te digo que ha sido algo que ha sucedido sin más? ¿Me creerías si te digo que es una casualidad?

—Yo no soy nadie para criticarte, Winter —indicó con una leve sonrisa—A pesar que en este mismo instante me esté preguntando una y otra vez cómo has caído en las redes de un hombre que todo el mundo sabe que es un maldito casanova.

—Sé muy bien que su pasado amoroso no es el mejor —contraataqué. El señor Reed no podría ser la mejor persona del mundo ni la que menos errores ha cometido, pero, me hacía sentir cómoda y yo confiaba en su palabra—Créeme cuando te digo que a lo largo de este último mes he tenido la oportunidad de conocerlo con mayor profundidad y de igual forma he sido capaz de navegar a través de sus relaciones y recuerdos que lo hieren.

—Por consiguiente, he de suponer que estás saliendo con él ¿O no?

—Todavía no es nada oficial.

—¿Entonces qué, Winter? —Enarcó una ceja mostrando un poco de lo que en verdad sentía al tratar de comprender lo que he estado haciendo—No me digas, por favor, que solo es una de esas relaciones extrañas en las que solo se divierten de cierta forma…




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