Saturno.

Capítulo 20.

Winter

Este ha sido el peor día de mi vida. Nunca he sentido tanta frustración y enojo como lo que siento en este mismo instante. Había sido lo suficiente cobarde para alquilar una habitación en un hotel, en lugar de ir a casa y contarles lo que había sucedido con Devan Reed. Ha sido un día caótico, que empezó siendo uno de los días más fructíferos y significativos, y que terminó siendo arruinado por la visita inesperada de cierta señorita. Ni siquiera logro comprender qué fue lo que le molesto tanto como para tomar un vuelo de urgencia y encontrarse con un amor pasado, al que dejo como si no valiera la pena o como jamás hubiese existido una relación entre ellos.

—¡Maldita Olivia! —Tomé la botella de alcohol que yacía sobre el velador y lo estampé contra la pared. Vi como el vidrio prácticamente explotó y el líquido se derramó con lentitud. Ha sido un día de mierda, esa es toda la verdad.

Mi teléfono empezó a vibrar en mis pantalones y vi que, de nuevo, se trataba de una llamada por parte de Devan. Él había intentado contactarme desde hace más de una hora y yo no he querido responderle. Sin más, acepté la llamada para hacerle entender que no quería saber nada de él.

—¿Sí, Devan? ¿Qué demonios quieres? —Solté con fastidio y me dispuse a esperar una respuesta. Hoy no me consideraba la mujer más paciente del mundo y cómo no, si ha habido tantos problemas.

3:49 PM

—¿Qué piensas, Dev? Esta es la es entrevista que decidimos que saliera dentro de quince minutos por lo que me encantaría saber si estás de acuerdo con ello —encendí la computadora portátil. Ya no me quedaba tiempo para darle fin al libro y mis días en la oficina con Devan estaban llegando a su fin más pronto de lo que pensábamos.

—Sí, por supuesto, no hay problema —le restó importancia sin dejar de revisar un montón de carpetas de distintos colores.

Accedí al canal de YouTube de la editorial para subir los archivos ya editados que guardaba en laptop, y le di clip a dicho video esperando que se subiera lo más rápido.

—Está bien, estoy subiendo el video...—le dije con una sonrisa. El ambiente de trabajo entre ambos siempre era muy cálido y me hacía sentir cómoda.

—Es increíble que se nos haya acabado el tiempo ¿No lo crees, vida mía? —Preguntó siendo consciente de nuestra realidad.

—Sí, es cierto —aclaré—No me quedaré más de cuatro días trabajando contigo en esta oficina y luego, solo vamos a vernos cuando hayamos terminado el trabajo.

—¿Y el libro? ¿Ya tienes la fecha en la cual va a publicarse el libro?

—En un mes y medio, así podemos corregirlo y percatarnos de que la maquetación del mismo sea adecuada —le indiqué en el mismo momento que me daba cuenta de que el famoso video en el que Devan hablaba sobre su vida amorosa comenzaba a tener cientos de vistas, supongo que esto se debió a que era un tema que a todo el mundo le interesaba y a que yo había colocado las etiquetas correctas en el video— Creo que vas a convertirte en una sensación más rápido de lo que piensas, y no lo digo yo, lo dice este video y toda la popularidad que demuestra tener.

—¿Por qué lo dices? —Enarcó una ceja poniéndose de pie y corriendo a colocar todas esas carpetas en el librero, de manera ordenada.

—Apenas acabo de subir tu video a las redes y ya cuenta con más de mil visitas ¿No es esa una locura? —Reí— Es una locura, totalmente una locura. No pensé que iba a tener tanto éxito un simple video en el que hablabas con sinceridad acerca de tu vida amorosa y aclarabas esos rumores que siempre fueron noticias entre la gente.

—Winter Howland, si hay algo que debes aprender de esta vida es que la gente es entrometida y que mete las narices en asuntos que no les importan.

—Tienes razón, casi todo el mundo se comporta de tal manera siendo o no consciente y eso es algo que siempre debemos recordar —suspiré— Oye Devan ¿Ya te he dicho lo mucho que voy a extrañarte en el jodido instante que deba salir de esta oficina sabiendo que no puedo volver?

—¿Y quién te ha dicho que no podrás volver? Quizá ya no para trabajar conmigo y pasar todo el día juntos, pero, eres mi novia y tú puedes venir las veces que consideres necesarias porque siempre vamos a tener un par de asuntos pendientes que atender.

—Está claro ya que voy a extrañarte mucho debido a que estos últimos cuatro meses que hemos trabajado juntos, se han convertido en los mejores días de toda mi vida y todo te lo debo a ti.

—He de admitir que será extraño no verte entrando por esa puerta, preguntando cosas sobre mi vida personal y molestándome la gran parte del día —proclamó y reí.

—Va a ser bueno tenerte en mi oficina por unos minutos...—le confesé imaginando distintos escenarios en los que los dos éramos los protagonistas—Seguramente irás a verme en la editorial ¿O me equivoco?

—Por supuesto que voy a visitarla en su lugar de trabajo ya que sé lo sensual que va a verse mientras trabaja en algún libro nuevo y muerde su lápiz —me molestó— Eso aun hará que me ponga mucho más deseoso de tenerte en mi cama...

—Cierra la boca, Dev —me sonrojé a más no poder ¿Acaso había una explicación por la que siempre me comportaba como una niña avergonzada? —No me molestes porque ya sabes que me ponga muy nerviosa en muy poco tiempo.

—La verdad es que te pones nerviosa por todo y a todo momento, menos cuando estamos haciendo el amor —señaló mirándome con los ojos entrecerrados. Su mirada era muy pesada, así que tuve que voltear mi rostro y esperar a que se aburriera de este pequeño juego que acababa de empezar—Señorita, la verdad es que pienso que usted es muy traviesa.

Ay, no, no me hagas enloquecer Devan porque sé que soy capaz de perder los estribos.

—¿Acaso no lo es? Dígame, me gustaría saber —acarició mi mentón antes de besarme con pasión. Yo lo conocía bien y sabía que su deseo era tentarme hasta el punto de caer en sus redes y vaya que lo estaba logrando— Todavía estoy esperando una respuesta de parte suya, señorita Howland...




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