Saturno.

Capítulo 30.

Winter

—¡Deja de reír! —Le lancé el zapato a Devan después de la estupidez que cometí. Tomé la absurda decisión de usar zapatos que no eran de mi talla y al dar un paso en falso, rompí el tacón y caí al suelo. Por lo menos, agradezco que esto no haya sido en frente de cientos de personas y solo en frente de mi novio y en su apartamento—Devan, ya para que esto no es gracioso en lo absoluto.

—¡Por supuesto que es gracioso! —De tanto reír, tuvo que sentarse en el sofá y yo imité su acción de inmediato.

—Te odio, espero que esta no sea la primera vez que te lo digo —le golpeé el pecho con la mayor delicadeza posible—Pero, si de algo puedo estar seguro es que no va a ser la última vez que te lo digo.

—Espero que no sea así.

—¿Cuáles son tus planes de vida? —Pregunté de repente, dándole un giro a la conversación, cruzándome de piernas y posando mi mano sobre las suyas.

—¿Mis planes de vida? Lo que más quiero en este mundo es continuar creciendo como un empresario totalmente profesional, además de quedarme contigo siempre. Quiero mudarme a otro lugar en el que pueda obtener mayor tranquilidad y en donde pueda vivir siendo feliz contigo —acarició mi mano y me sonrojé gracias a sus tiernas palabras— ¿Cuáles son tus planes?

—Quiero que mi familia viva llena de alegría y que yo pueda estar con ellos por mucho tiempo más. Quiero vivir contigo, y vivir experiencias inolvidables. Deseo cubrir los reportajes más asombrosos e interesantes, además que si llegase a tener la oportunidad, me encantaría dirigir un programa sobre periodismo al desnudo ¿Lo entiendes? Me gustaría hablar sobre todo lo que sucede en el mundo, sin tener que ocultar cosas porque alguien lo diga.

—Puede que muy pronto obtengas esa oportunidad, vida mía —besó mi nariz—Todo es posible, más si luchas por conseguir eso que tanto anhelas.

—Sé que será así, aunque aprecio mucho que me apoyes en todo, mi cielo...—me recosté sobre su regazo, pensando en la siguiente pregunta que iba a hacerle—¿Cuál es tu más grande miedo?

—Temo perderte, temo que te vayas de mi lado y que yo ya no sea capaz de continuar amándote de la misma forma —confesó y sentí unas tremendas ganas de llorar. Él es el hombre más romántico que conozco, y él es solo mío—Ese es mi mayor miedo...Winter, bonita ¿Me permites preguntarte algo en concreto?

—Sí, claro —asentí mientras empezaba a peinar mi cabello con delicadeza.

—Si pudieras pedir tres deseos ¿Qué es lo que pedirías? —Soltó sin más, y tuve que pensármelo por unos cuantos segundos.

—¿Tres deseos dices, no? —Suspiré—Bueno, el primer deseo consistiría en que todas las personas del mundo puedan ser felices y no tengan que atravesar situaciones difíciles. El segundo deseo, es que Saturno pueda ser habitable para nosotros e ir a visitarlo. Y el último, pero no el menos importante, es que nuestro amor sea eterno. Que tú seas eterno.

—También pediría que tú seas eterna para que podamos disfrutar de mucho tiempo juntos —acarició mi muslo— Es eso lo que pediría.

—Pero, todavía te faltan otros dos deseos más que pedir —bromeé.

—En realidad, me gustaría pedir todos esos deseos para continuar contigo para toda la eternidad, para viajar a Saturno y de igual manera, para que cumplas todas tus metas y esperanzas —sus palabras me derritieron el corazón por completo.

—Muy bien, ya usaste todos tus deseos —me acerqué mucho más a él y su sonrisa se hizo más grande—¿Sabes qué, Devan Reed?

—¿Sí, Winter? ¿Qué es lo que quieres decirme? —Enarcó una ceja y luego, dejó soltar una ligera risa.

—Quisiera agregar una cosa más a la lista que hice sobre todo lo que me gustaría hacer contigo en esta vida —le indiqué, tratando de ser honesta.

Creo que el amor tiene muchas formas de manifestarse y que en cuanto conoces a la persona correcta, a esa persona con la que puedes ser tú mismo a todo momento sin pensar en si se siente a gusto contigo, y con quien deseas hacerlo todo. Los lugares favoritos no existen, las personas favoritas sí y me parece que son las personas las que hacen todo lugar y celebración especial. Quiero tener un momento romántico frente a cualquiera que sea capaz de vernos, como en épocas pasadas porque todo lo que siento por Devan es tan fuerte que quiero demostrárselo a todo el mundo, y me sentiré como la persona más afortunada de todas.

—Organicemos una fiesta en un gran salón, que me obligue a usar uno de esos vestidos al estilo de una princesa y en el que puedas invitarme a bailar como en esas épocas tan antiguas que nos gustan recordar a través de cientos de películas —le dije y él solo asintió.

—De acuerdo, me pregunto cuál es la razón por la que quieres hacerlo, puesto que supongo que debe existir un  por qué quieres vivir un momento como aquello —me preguntó y yo asentí— ¿Es así?

—Sí, Devan, yo quiero demostrarte que te amo de tantas maneras y en cuanto nos casemos, deseo que nuestra fiesta de matrimonio sea de tal manera —continué explicándole— Además, siempre he imaginado bailar y tener un momento como ese junto a la persona que amo.

Me imagino a mí misma en un precioso vestido blanco con una parte del cabello recogido mientras que Devan usa un traje elegante y delicado que se ajuste bien a su figura. Los dos, en medio de una multitud que nos observa, y puede presenciar el amor inmenso que existe frente a nosotros. Una noche en la que solo nosotros podamos ser las estrellas principales y que nos demos cuenta que a pesar de estar rodeados de cientos de personas, lo único que tiene relevancia y que verdaderamente nos importa es solo aquello que tenemos frente a nuestros ojos. Eso somos los dos, yo soy su estrella y él es mi sol.

—Haré todo lo que me pidas, ya sabes, no tengo problema alguno en cumplir cada uno de tus anhelos —como solía acostumbrar, comenzó a besar cada parte de mis manos y después, siguió haciendo lo mismo con mis brazos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.