Devan
En el momento en que caí en la realidad y observé como tu cuerpo posaba en un féretro e ibas a ser enterrada dentro de minutos, me di cuenta que te había perdido y que ya no había vuelta atrás. Te habías ido de un día para otro, y yo comienzo a ser consciente de todo lo que acabo de perder al perderte a ti. Te amaba con locura, aunque yo no te lo demostré lo suficiente. Sí, nos amamos con locura, pero, nos equivocamos una y otra vez, no obstante, siempre terminamos el día amándonos más y comprendiendo lo mucho que deseábamos estar juntos. Yo no quería amarte, tú me enseñaste a hacerlo. Y todos esos besos que me imaginé, ahora vuelven a lugar donde los vi crecer.
Hoy, en Saturno, vive todo aquello que nunca tuvimos y que ahora, jamás podremos tener.
Estoy destrozado, sumamente herido y afectado por todos los eventos recientes que me han hecho reconsiderar con seriedad todos los planes para el futuro que me veo obligado a enfrentar sin ti a mi lado. Sé, siendo muy consciente, acerca que todo lo que deseábamos hacer con nuestra vida sería estando al lado del otro y que hoy, tendríamos que estar buscando una casa mucho más grande para los dos en la que fuéramos capaces de formar un hogar sin problema alguna, pero, todos esos planes se han esfumado como el polvo y yo, que permanezco en el mismo lugar que estuvimos algún día, sin ti no sé cómo debo vivir.
—Devan, cariño ¿Cómo estás? —Camile estaba aquí, sorprendentemente y no dejaba de abrazarme. Puede que sea cierto, los abrazos reconfortan a cualquier ser humano—No sabes cuánto lo siento, mi vida...
—Está bien, Camile, es algo que ninguno de nosotros se veía venir —acepté su abrazo—Aunque, he de admitir que yo no sabía que se podía sentir tanto dolor.
—Tienes que ser fuerte, cielo, tienes que sobrevivir. Habrá tiempos mejores después de esto. Sé que debes sentirte muy triste por haber perdido a esa mujer que tanto amabas, pero, necesitas tomar un tiempo para descansar y respirar. Tienes que estar solo y meditar, necesitas recuperarte —me acarició—Eres muy fuerte y no te vas a derribar ¿Me escuchaste? ¡Eres muy fuerte, Devan!
—¿Cómo puedo salir de esto, Camile? —Mi llanto tomó más fuerza y las rodillas amenazaron con doblarse y hacerme caer al piso—Camile...Winter es el amor de mi vida, y yo no quería vivir sin ella por el resto de la vida. Yo deseaba amarla todos los días, abrazarla como si mi vida dependiese de ello, casarme y tener hijos, y un accidente tan trágico ha acabado con todos esos planes que creamos juntos. Winter me amaba de una manera que no tienes idea, y yo...Yo la amaba muchísimo más, y quería que ella lo fuera todo para mí, por toda la eternidad.
Me quedé en silencio, bajando la mirada y comenzando a jugar con mis dedos.
—El dolor que siento es inmenso. Mis huesos duelen al igual que mi corazón y es un corte tan profundo que yo no creo que exista una sutura que sea capaz de cerrarla. El alma se me ha roto en cientos de pedazos y cada vez que pienso en esa mujer, siento que moriré.
—Devan...¿Qué puedo hacer por ti? Dime que necesitas y yo estaré para ti siempre, no importa cuánto tardes en recuperarte —acarició mi rostro y volvió a abrazarme—Devan, mi amor, no imaginas lo mucho que lo siento por ti. Si podría ponerme en tu lugar y soportar el dolor por el que estás pasando, lo haría sin pensármelo dos veces.
—Está bien, Camile, esta es solo batalla que nadie más que yo puede luchar —anuncié—Necesito encontrar respuestas y después de ello, veré qué es lo que debo hacer con mi vida después de todo lo sucedido.
—No te des por vencido, por más complicada que sea la situación —realizó un corto masaje sobre mis hombros—Y da igual si demoras mucho en recuperarte, lo importante es que lo hagas.
Asentí y sin decir más, me acerqué al féretro para poder dar unas palabras. El corazón se me encogió en cuanto vi el cuerpo de quien una vez fue Winter Howland. Es increíble como las personas podemos convertirnos en nada de un día para otro, y darnos cuenta que lo único que vale es lo que hicimos en vida porque ni siquiera sabemos qué hay después de ella. Tomé aire y dije en voz alta:
—Winter Howland fue la persona más bonita que tuve el honor de conocer. Ella era la persona más profesional y que además, no dejaba de lado su moral en ningún momento —reí bajo al recordar como ella se negaba a conocerme con profundidad en un principio —Pero, es el amor de mi vida y no dejará de serlo nunca por más que ella ya no forme parte del mismo mundo. Winter me enseñó muchas cosas, aunque ella no se diera cuenta de ello la mayoría de veces. Winter era preciosa y una mujer cálida que brindaba amor y respeto a todos, y también era hermosa como el invierno. Sé que ella no merecía el final que tuvo y sé que todos lo saben. Y sé que nosotros dos tampoco merecíamos separarnos cuando apenas nos habíamos encontrado, cuando por fin el universo nos dio la oportunidad de encontrarnos, me la arrebató de las manos en un dos por tres. Sin embargo, no hay nada que yo pueda hacer por ella ahora mismo y por eso, he decidido que tengo que cumplir con todos los planes que ella dejó pendientes porque eso es lo que le gustaría. Quiero vivir por ambos, en honor a todas las ilusiones que creamos juntos y quiero morir, solo quiero morir cuando haya cumplido cada uno de esos planes y ella esté orgullosa de mí. Quiero morir y encontrarme con ella en el cielo, porque un ángel debe estar allí.
Un año y tres meses después.
Me tomó varios meses entender cómo tenía que seguir adelante después de la muerte de Winter. Necesité de ayuda profesional y por fin, luego de tanto, me he atrevido a volver a casa. Al apenas entrar, me encontré con una de las fotos de Winter que colgué en la pared después de su muerte. Era una de mis fotos favoritas sin lugar a dudas, debido a que se la tomé el día de su graduación como periodista y ella lucía muy feliz con dicho título. Así es como quiero recordarla hasta el fin del mundo, sonriendo y siendo feliz.