Titán, un nuevo hogar.
Me sentía como en un sueño, flotaba en el aire, no tengo conocimiento de lo que paso después, hasta que me mueven de manera brusca, despierto en el suelo de la nave y todo los que estábamos ahí igual estamos confundidos. No teníamos idea de cuánto tiempo paso.
—Despierten, dejen de ser holgazanes, el jefe Elithar los quiere despiertos. — Un hombre nada agradable nos despierta, el bastante alto, y se nota el lado izquierdo de su cara esta quemada, viste como todos estos soldados.
—Tranquilo Icarus, ellos no saben nada de la vida fuera de su Tierra, hay muchas más cosas que explorar, conmigo van a aprender. —Elithar se acerca a nosotros.
—Nos alejaste de nuestra familia. — Grita un hombre, ese hombre llamado Icarus lo golpea.
—Tiene que entender que no los obligó a nada, si no venía nadie de su familia solamente desaparecían todos y ya, agradezcan, que ustedes fueron los elegidos. — Dice Elithar de una manera burlona, y algo sombría, cambio su tono de voz, no me gusta esa actitud de superioridad, tengo ganas de enfrentarlo, pero sé que tengo las de perder, mi hijo está con él.
—¿Dónde llegaremos? Tengo entendido que Saturno no tiene superficie sólida. — Preguntó en voz alta para que todos me escuchen.
Elithar me mira de pies a cabeza, los demás con curiosidad murmuran.
—¿Qué tanto sabes de nuestro amo “SATURNO”? —Pregunto Elithar, mientras jugaba con un medallón que colgaba de su cuello.
—Creo que lo suficiente como para saber que no es posible aterrizar en Saturno, es un planeta gaseoso lo cual no existe suelo para aterrizar, cualquier nave terrestre seria aplastada por la presión.
—¿Eres una de ellos verdad? Maldita una infiltrada. —Un hombre me grita como si saber eso fuera cosa del otro mundo.
—Señor, si fui a la primaria, eso cualquier persona que haya visto sobre los planetas lo sabe.
—Suficiente, continua Illianis.
—La atmosfera de Saturo esta compuesta por Hidrogeno, Helio y Trazas de amoníaco y vapor, por lo que no hay oxígeno, un ser humano común y corriente no puede respirar en ese lugar. —Todos murmuran algunos comienzan a llorar.
—¿Qué más sabes, dime? —Elithar se acerca demasiado a mí.
—Tiene muchas Lunas, en especial una llamada Titán, es la mas grande de Saturno y la única del sistema solar con una atmosfera densa, puede llegar albergar vida, pero no creo que, a los humanos, por la distancia que esta del Sol.
—Sabes muy poco solo lo que deberían, pero es correcto, iremos a Titán, ese será su nuevo hogar.
—Esa mujer dijo que no hay manera de que sobrevivamos en ese lugar.
—Ya les dije, hay cosas que ustedes no tiene ni idea y aun así existen.
Todos murmuraban, me quede paralizada, ¿Cómo podríamos sobrevivir en Titán? Creo que desde hoy todo es posible y no reconozco en que universo he estado viviendo todos estos años.
—Tengo una pregunta ¿Cómo fue que logramos observar a Saturno en el cielo?
—Un holograma, cuando una parte de el viaja se puede observar, mas cuando yo que soy un embajador llegue al planeta, es imposible que los cuerpos celestes se muevan solo, eso si ocasionaría una destrucción masiva por la presión y la gravedad, Illianis les falta mucho por aprender.
Era muy complicado entender todo, pero era a lo que me debo acostumbras desde este momento, solo por mi deseo tonto.
—Usted dijo algo de una guerra, luchar y esas cosas ¿contra qué o quién lucharemos? —Pregunta una chica.
—Vuelvo y repito, ustedes son solo unos ignorantes de la vida, no tienen idea de nada, hemos estado en lucha contra los demás planetas, Júpiter, Neptuno y Urano, pero ya se han de dar cuenta como es la su nueva vida desde ahora. En pocos minutos llegaremos.
Se fue y nos volvimos a quedar solos algunos me miraban extrañados, menos chica que pregunto contra que nos enfrentaríamos que se acercó a mí.
—Astrid, ¿Y tú? — No me gusta hacer amistad con desconocidos, pero a estas alturas creo que todos estamos en las mismas condiciones.
—Illianis.
—Eres muy valiente, ese Elithar es un prepotente.
—Si, solo espero salir viva de esto, volver a casa.
—Pues veo que tú luchas por tu familia, pero ¿Ellos luchan por ti? —No sé a qué viene esa pregunta.
—¿A qué te refieres?
—Tu deseo fue la inmortalidad, para ti y tu familia, por lo que pude escuchar, no me lo tomes a mal, pero ¿Ellos te lo agradecerán?, la familia a veces puede llegar a ser un estorbo, no te corresponden como quisieras y eso está mal, capaz ellos no querían eso, lo pediste desde tu punto de vista.
—Mira, solo quiero estar con ellos, volverlos a ver.
—Pero ¿Ellos quieren lo mismo? — Su palabra tenía sentido, pero no quiero pensar en eso, me alejé y pude ver por una ventana lejana a mi hijo, estaba comiendo, camino hacia él, pero Icarus me detiene.
—No te atrevas, ni siquiera lo pienses.
—Es mi hijo.
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Editado: 19.12.2025