¿Qué me ocultas?

Mi mente se quedó en blanco, hace siglos también Nereus trato de salvar a alguien y no me lo dijo, eso era inaudito, no me tiene confianza como para contarme ese tipo de cosas.

—¿Eso es cierto? — Él no decía nada, Tierra sonreía con malicia, pensaba que nos ayudaría, pero solo estaba disfrutando todo esto.

—Illianis, deberías seleccionar mejor a tus amistades.

—Cállate, no tiene derecho a contarle nada.

—Pero tu sí. — Dije, está cansada de que me vieran con una tonta, que no debe saber nada.

—Querida, solo te voy a decir una cosa, nadie tiene idea de lo que una mujer puede ocasionar, tú eres la prueba de eso, el universo está el peligro por tu culpa, no tienes idea de lo que Saturno es capaz, él dice amarte, pero lo único que busca es poder y nada más, tu hijo es lo suficientemente fuerte para ponerlo en la cima y ganarle a su enemigo, el único que puede matarlo, el Sol. — Sus palabras sonaban sinceras, me miró fijamente y sabia de lo que era capaz de hacer, acabar conmigo sería lo más fácil.

—Nunca busque nada de esto, quiero que esta pesadilla termine, quiero….

—A nadie le importa lo que quieras.

—Mi hermano murió, esto no debió pasar.

—El revivirá si matan a Saturno, esa es la única forma, pero si lo matan, deberán atacar el núcleo y todos lo que viven ahí morirán, sería una explosión a magnitudes gigantescas, pero e acabaría toda esta pesadilla.

—¿Qué pasaría con mi madre? — Nereus pregunta de manera seria.

—Tu madre puede salir cuando quiera, está ahí sin lazos, solo por tu bienestar, ella no se vería afectada, pero, las otras lunas si, ellas serian destruido al igual que él.

—Eso es injusto. — No quiero que eso pase.

—Nada es justo Illianis, tu estas aquí por tus deseos hacia él, ahora que vez la gravedad del asunto dices que no es justo, no me hagas reír. — Ella con su voz arrogante tenía razón.

—No puedo tenerlo todo, lo sé, pero algo habrá que hacer, no debe morir nadie más.

—La única opción es que te cases con él, o hagas lo que hizo Titan.

—¿Qué hizo ella? — Miro directamente a Nereus.

—Se lo dices tu o se lo digo yo. — Voltee hacia él, estaba preocupado, sé que no me tiene la confianza necesaria para decirme las cosas.

—La única opción es que te enamores de un ser más fuerte que él y le des un hijo así no podrá sacrificarlo, pero, Aurelio igual será sacrificado. — Darle un hijo a alguien más fuerte que él.

—Lo tienes ahí Illianis, el hijo del Sol, deberías tomarle la palabra, tengo una habitación extra para que vayan y hagan su trabajo. — No procesaba nada, Nereus era hijo del Sol, por eso estaba seguro que no podría matarlo, su padre es más fuerte de todos, es quien da la vida a la Tierra y los demás.

El me miraba con ganas de decir algo, pero yo solo agache la cabeza, Astrid lo sabía ella si sabía todo y yo la única tonta no sabía nada.

—Hubiera sido mejor que me lo dijeras tu.

—Illianis yo…. no te dije nada porque en primer lugar no me ibas a creer.

—Un planeta se apareció en el cielo, cuando en los libros y todo lo que sabia era que si eso pasaba moriríamos, nos reclutaron en Titan una luna a Millones de kilómetros de aquí y piensas que no te creara esto, Nereus, no quisiste decírmelo que es diferente. — Su mirada se dirigió hacia Tierra, que solo sonreía.

—Querida, así es el, igual a su padre, pero veo que no entiendes casi nada, te explicare yo con más detalle.

—Si por favor.

—El Sol y los planetas nos fórmanos por la explosión de una estrella, supongo que debió haber pasado algo similar a lo que sucede ahora, pero el hecho es que estábamos alrededor del Sol, los 8 planetas, con el tiempo aprendimos a humanizarnos.

—¿Por qué eres mujer y los demás hombres?

—No lo sé, Venus y yo rodeadas de chicos, el asunto es que Saturno siempre ha querido ocupar el lugar del Sol, su envidia lo llego a querer brillar como el, por esa razón nos unimos y junto logramos que fuera unos de los más distantes.

—Pero eso no fue suficiente.

—No, Saturno vio que el Sol solo nos dio permiso de procrear vida a Marte y a mí, pero los humanos insignificantes como tú, todo destruyen, acabaron con Marte, dejando unos poco habitantes mutantes, nada comparados con ustedes, a mi aun no me destruyen por competo, porque siempre le enseño quien manda, los terremotos, las erupciones volcánicas, es una manera de desahogarme el hecho de que estoy sola, y más que todo de eliminar personas malas.

—Lo siento, pero no toda la humanidad es mala.

—Todos los son, unos más que otros.

—Pero como es que el Sol.

—El sol para que nadie se metiera conmigo, hicimos una especie de matrimonio, soy su esposa, al igual que Venus, vivíamos tranquilos, Saturno acepto estar lejos, hasta que los humanos empezaron a investigar, descubrieron fotos, así fue que Titan, una jovencita igual de soñadora que tú, se fijó en Saturno y el Sol, unos por sus anillos y el otro por su brillo, hizo que mi esposo le tomara más atención de la necesaria, y Saturno igual, así que llegaron los dos y se pelearon por ella, así fue una de mis primeras destrucciones, Titan eligió al Sol así nació Nereus, el mismo que Saturno trato de matar.

—¿Cómo entonces termino Titan en Saturno?

—Él había desarrollado poderes y fue como la sedujo para que ella mismo decidiera irse con él, no hubo ningún poder que la hiciera reaccionar, el Sol solo le exigió a Saturno que pase lo que pase, nunca asesine a su hijo, sino sería el fin de todos, total vivir con el Sol es imposible, te quemas en segundos, solo si el decide salir de ahí lo podrás ver.

—Deberíamos llamarlo.

—¿Crees que no lo he hecho? No hay día que no lo llame, no hay día que no quiera verlo, solo veo esa esfera gigante y brillante, lo quiero a él, soy su esposa, pero él nunca me ha mirado como moraba a Titán, ella siempre ha sido el verdadero amor de su vida.

Pude notar dolor en sus palabras, nunca creí que esto sería posible, pero ahora debemos de tener a Saturno tenia a mi hijo.