Saturno (ten cuidado con lo que deseas)

No hay que confiar en nadie.

Me sentía cansada, no he dormido, a decir verdad, Júpiter, nos dio unas habitaciones para descansar, y no creo que pueda dormir, esto me estresa quiero que se solucione de alguna manera, ahora no tengo idea de que hacer, pelear no es una buena opción, lo que menos quiero es poner la vida de alguien más en peligro.

Me acosté en esa cama, era bastante cómoda de todo el cansancio que tenía mis ojos se cerraron, en mis sueños vi que todo se solucionaba, me casaba con el hombre que amo, me despierto por un ruido, que me asusto, era el, me miraba con un rostro calmado.

—Lo he pensado y creo que tendré que ir a buscar a mi padre. — No pensé que me diría eso, no era la manera adecuada de separarnos a estas alturas.

—¿Estás seguro? No creo que nos ayude. — Camino y se sentó en el filo de la cama, tomo mi mano y suspiro.

—Lo sé, pero hay que intentarlo, no me agrada la idea de separarnos en estos momentos, pero sé que eso es lo que debo hacer, nunca lo he visto, tengo curiosidad de cómo me tratara. — Sonrió su cara era de calma, no estaba a la defensiva como siempre estaba.

—Te voy a extrañar, no quiero que te vayas, pero si eso es lo que deseas adelante.

—Illianis, sé que no soy de lo más expresivo, pero siento que no puedo vivir sin ti, tenemos que rescatar a tu familia, que evitar que ese imbécil te haga algo.

—Entiendo, Nereus, has lo que tengas que hacer.

—Vamos a estar en la sala con los demás, báñate y ponte linda, tendremos que idear un plan.

—Está bien. —Me dio un beso tierno, se separó y salió, quise más de él, entendiendo que no es el momento.

Sali de la cama encendí una lampara que estaba sobre la mesa, pude ver que había ropa, con colores muy oscuros, todo era negro, café o gris, había faldas, vestidos, pantalones, blusas y todo era abrigado, elegí una blusa negra bastante bonita, un pantalón, por el frio que hacía tenía que ponerme un suéter encima.

Entre al baño y estaban muchas cosas comunes y otras que ni sabía para que era, trate de leer, pero no entendía nada, me bañe el agua estaba helada, ya me acostumbre a estar en Saturno, aquí era igual, me preguntaba porque había tanta ropa común, si aquí solo estaba Júpiter y esos seres siempre estaban con una vestimenta nada parecida a la que usamos nosotros.

Me quedo muy bien esa ropa salí y me miraron, me senté a lado de Nereus que no se contuvo y tomo mi mano, me sonroje, era la primera vez que tenía un tipo de afecto delante de las demás personas.

—Y bien, ¿Cuál es el plan? — Júpiter pregunto.

—Voy a tratar de hablar con el Sol. — Nereus respondió.

—No va hacerte el minino caso, siglos que no aparece, nos dejó a nuestra suerte, la misma que no ha sido la mejor.

—Júpiter, pero podríamos intentarlo, hay que buscar la manera.

—Yo digo que vayamos y tratemos de rescatar a la madre y el hijo de Illianis, y huyamos de ese lugar. — Lo que Polo dijo tenía sentido, pero como lo haríamos.

—Si sería una opción, pero te has preguntado ¿Como entrar ahí?, para todo se necesita permisos.

—Tu madre, Titán, trata de comunicarte con ella y que nos de permiso, estando dentro los buscamos, tu conoces esa fortaleza más que nadie, no debes dejarnos en esto momentos. — Polo tenía razón, Nereus conocía esa fortaleza más que nadie.

—Y ¿Quién ira hablar con el Sol? — Todos se quedaron pensativos, necesitaba hacerlo yo, todo era mi culpa, así que sería una manera de ayudar.

—Yo, yo puedo ir, solo díganme exactamente qué hacer. — Nereus me miro con desaprobación, soltando mi mano en ese instante.

—No, de ninguna manera, si esta dormido será casi imposible hacerlo entrar en razón, es muy agresivo en los primeros minutos, te puede hacer algo, eres fuerte solo en Saturno, no quiero que te arriesgues.

—Lo hare, dile a la Tierra que me acompañe, ella puede ir no.

—La Tierra es a la última que le pediría ayuda, es traicionera.

—Está enamorada del Sol, sé que querrá ir a verlo, solo tengo que convencerla.

—No quiero que vayas tu.

—Entonces ve y nosotros iremos a buscar a mi familia.

—No. — Grito y al mismo tiempo se levantó furioso, todos nos quedamos en silencio.

—Entonces que quieres, no me voy a quedar de brazos cruzados todo esto es mi culpa Nereus algo tendré que hacer para tratar de arreglar todo esto.

—Tiene razón tu nos sirves más en Saturno. — Dice Polo.

—No lo entienden, quiero verlo, hablar con él, preguntarle si estuvo feliz sin saber de mí. — La sala se queda en silencio, entendimos que lo que quería era tener una conversación con su padre, se fue hacia una ventana, suspiro. — Por eso debo ir.

—Él siempre te ha visto, ve lo que quiere ver, no deberías preocuparte por eso, mejor trata de arreglar esto que si salen con vida, ya tendrás tiempo de hablar con tu padre. — Júpiter, nos dice mientras toma una copa de lo que parece ser vino.

—Nereus, yo voy a hablar con él.

—¿Y si te hace daño?, a Saturno no me dolerá matarlo, pero a mi padre si, además que no podría hacerlo, no podría porque él es invencible y por lo mismo debería ponerle un alto, pero simplemente lo deja hacer lo que quiere, eso es lo que más odio.




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