Saturno (ten cuidado con lo que deseas)

Todo acorde al plan

**NEREUS**

Verla partir no fue fácil, no confió en la Tierra, Polo sabrá cuidarla, espero que todo salga bien, miramos como se van, quise ir detrás de ella, Júpiter me enseño la nave que usaría, la mejor que tienen es la que se llevaron ellos, esta es como las que hay en Saturno, con camuflaje y todo, Astrid vendrá conmigo, es de mucha ayuda cuando se lo propone, solo quiero acabar con él, aunque eso signifique acabar con la vida de muchas personas.

—Solo quiero que te sigas el plan.

—Tú no puedes obligarme.

—No, pero te recuerdo que tu madre y tu suegra están en manos de Saturno, no quiero que sabotees el plan.

—¿Y tú que tanto interés en el plan? — Voltea hacia mí con curiosidad, no confió en Júpiter, pero se perfectamente que a mí no me hará daño, no puede hacerlo.

—Se que no confías en mí, pero estoy cansado de que tu papito utilice a mi gente para seducir a unas cuantas mujeres, con el cuento de que me quiere conquistar, sabes que eso es una mentira, sabes que todo eso a la larga cansa, quiero que me dejen en paz porque yo nunca me meto con nadie, él es el único que va de planeta en planeta llevándose lo que le da la gana, los demás no hacemos eso.

—Eso reclámale a él, yo no tengo nada que ver con eso, ustedes desde el principio se o permitieron, incluso antes de que nazca.

—Mira, agradece que no te lanzo a la mitad del campo y no te despedazan los familiares de los que tú y tu gente mataron, por órdenes de tu papi.

—Yo no tengo la culpa de eso, al que le dejes reclamar es a Saturno y no es mi papi, por si acaso mejor sigamos el plan, anda a tu nave y controla tu gente, que allá es donde deben pelear no conmigo. — Su mirada de ira decía mucho, no confiábamos ni el en mi ni yo en él, debo tener cuidado, pero más me preocupa Illianis, la Tierra es traicionera, presumida, solo no quiero que le hagan daño a ella.

cada quien se puso en posición, Astrid se sentó a mi lado, miraba los monitores con gana de preguntar algo, quiere manejar eso ya lo se.

—Puedo….

—No, no puedes.

—Hay, que carácter, ni sabes lo que te iba a decir.

—Quieres manejar, no te dejare, además esta nave no es mía.

—Hay que aburrido eres, no sé cómo Illianis se fijó en ti.

—Ella ve en mi todo lo que en realidad quiero ser, una persona normal, con ganas de vivir una vida normal.

Le dije mientras encendía la nave para irnos, Júpiter ordeno que hacer a su gente, espero que no nos traicione.

—Entiendo, pero ser normal es aburrido, eres el hijo del Sol y la segunda Luna más grande, quien lo diría que esto sería real.

—A ustedes les enseñan solo lo que les conviene, no saben nada.

—Se que ahora mi novio y mi única amiga están rumbo al Sol, no soy tan hueca, tengo sentimientos

—Lo sé, sino mi amiga no se hubiera fijado en ti, solo que no es el momento.

—Cres que no estoy nerviosa, me muero si le pasa algo.

—Solo trata de no hablar en el camino sí, quiero pensar mucho.

Me miro con desagrado, pero se calló, el camino no era tan largo, en poco tiempo estaríamos en Saturno.

**ILLIANIS**

La nave era extremadamente rápida, Polo conducía en silencio, no quería interrumpirlo, es la primera vez que estoy tan cerca de él, era todo lo opuesto a Nereus, su cabello era negro al igual sus ojos, su piel era pálida, tenerlo cerca me hizo entender porque Astrid se moría de amor por él, es muy guapo.

—Hay que pensar como dirigirse a La Tierra.

—Ya estuve ahí, es bastante arrogante.

—Debe ser, se cree la muy importante porque es la única que tiene vida, bueno Marte también pero no como la Tierra.

—¿Cuánto tiempo llevas en Saturno? —Bajo la cabeza, creo que dije algo imprudente.

—Sera unos 800 años más o menos, ya ni lo recuerdo.

—Lo siento, no debí ser imprudente.

—No te disculpes, eres la amiga de la mujer que amo, además estamos solos, no debemos ir en silencio.

—Tienes razón.

—Me reclutaron cuando cumplí 19 años, mi familia era granjera, teníamos muchos animales, ganado, pollos, pavos, de todo un poco, la granja producía de maravilla, mis padres eran unos de los más ricos del pueblo, hasta que una temporada hubo una gran sequía, todos los animales se estaban muriendo, los campos no daban suficiente para alimentarlos, vendíamos lo que podíamos pero todos estábamos afectados, nadie quería comprar aminales desnutridos, una noche empezó a tornarse en cielo gris, así como me imagino que lo veías tú, el frio que hacía era demasiado, hasta que en la madrugada apareció en el cielo, todos salimos asustados, hasta que se presentó Elithar, así se hizo llamar, nos explicó lo de siempre, me miro y era obvio que yo sería el elegido de mi familia, mis padres eran demasiados mayores y mi hermano era el favorito, mi hermana pequeña era la única que extrañaría después de todo, mis padre se abrazaron con mis hermano dejándome a un lado.

—¿Por qué tus padres eran así? — Se tenso ante mi pregunta.

—Mi madre fue víctima de una violación, mi hermano tenía 4 años cuando eso sucedió, quedo embarazada y meses después nací yo, era el retrato de ese hombre, mis padres eran de raza negra, todos en el pueblo se dieron cuenta, que no era hijo del que llamaba padre, empezaron a juzgar a mi madre de infiel, mi padre lo sabía, por eso nunca le reclamo a mi madre nada, no me querían, siempre fui el estorbo, al ver que era mi oportunidad de salir de ese lugar la tomé, mi deseo fue nunca volverlos a ver, aunque eso significaba perderla a ella a mi hermana y a la chica que me gustaba, que por cierto me recuerda a Astrid, por eso me enamore de ella.




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