** TITAN**
El ver a mi hijo me hizo sentir bien, sé qué hace lo que su corazón le dice, a esa mujer desde el primer momento en que la vio, pero sé que lo que acabo de hacer tendrá consecuencias, veo como entran por esa puerta y detrás de ellos los soldados de mi esposo, aunque no lo digo con orgullo soy su esposa.
Me descubrió y como era de suponerse sus soldados me llevaron ante él.
—Señor, aquí está la Reina Titán, le comento que encontramos una mujer que estaba en el sótano, la perseguimos, pero se metió en el camino de la serpiente, ya ha de estar muerta. — Pensé en Astrid, pobre no debió acabar así.
—Espero que lo este, todas a traidoras deberían estarlo.
—Opino lo mismo.
—Cállate, mucho me has ayudado, como te atreves a traicionarme. — Tiene su rostro lleno de odio, más de lo común, sé que está cansado de todo esto al igual que yo.
—Es mi hijo.
—Y yo tu esposo, él es solo un bastardo.
—El cual no puedes matar, porque todo el universo se termina.
—Me estoy hartando de todo esto, te enviare al núcleo para que te llenes de químicos, para ver si me vuelves a traicionar.
—Si es por mi hijo, júralo que lo volveré hacer. — Su mirada llena de furia no me intimida, se acerca lo suficiente y me da una bofetada, me deja sin aliento, nunca me ha puesto las manos encima, la cara me duele, un par de lágrimas ruedan por mi mejilla de la rabia.
—No vuelvas a levantarme la voz, soy tu esposo, aunque te duela, tu hijo si no se comporta igual morirá, llévensela al núcleo, que se muera ahí por los gases tóxicos.
—Si señor.
Uno de los guardias me levanta y me lleva a rastras a una nave, él se coloca una mascarilla para que no le afecte y a mí me deja así, conduce hasta llegar, me tira como si fuera una delincuente y se va, dejándome sola en la temible oscuridad, no puede dejar de pensar que si algo malo me pasa Nereus no se lo va a perdonar.
**Illianis**
Cada paso era eterno, pasaron unos 30 minutos cuando por fin llegamos a la puerta, en la entrada estaban dos mascarillas, Saturno es demasiado toxico, hablando de su atmósfera, Polo la toma se pone una y me da la otra, luego intenta abrir la puerta y aunque está demasiado apretada lo logra, entramos y se ve un habiente bastante feo, un olor nada agradable, mi nariz me quema tan solo respirar, no se logra ver mucho está muy oscuro, poco a poco mis ojos se adaptan.
—Tenemos que buscar la fuente del poder y encontrar la palanca que dice sobre la rotación.
—Si, dividámonos.
—Por supuesto que no, es muy peligroso.
—Aquí soy capaz de enfrentarme con un solado, soy bastante fuerte para pelear.
—No tienes armas.
—Lo sé, pero confía en mí, estaré bien.
—No mejor espérame aquí, ya vuelvo
—De acuerdo.
Polo fue por una puerta y logro escuchar un ruido, volteo y veo a Icarus, mirándome con una rabia contenida.
—Pequeña, que gusto verte.
—Lamento no decir lo mismo.
—Huy pero que agresiva, lamento no tener nada para invitarte, pero, debo llevarte donde mi amo, se alegrara muchísimo de verte.
—Vuelvo y repito, lamento no opinar lo mismo.
—Eres una malagradecida, el dejaría todo por ti.
—Si claro, así como dejaría todo por las otras 100 mujeres de las cuales se ha enamorado.
—Tu eres diferente, lo deseabas desde niña, desde siempre o has querido.
—Te equivocas, amaba al planeta no a tu amo.
—Es el mismo.
—No, estaba ilusionada de alguien que no existía, de un sueño, nunca quise que esto pasara y tú que eres su sirviente lo sabes muy bien.
—No me interesa hablar solo quiero lo mejor para todos te llevare con él.
Se acerca y con mis manos tomo un fierro que estaba ahí y le lanzo un golpe, lo esquiva y me ataca, con un puñetazo en mi mejilla tirándome a suelo, mi cara me arde, pero no tengo tiempo para quejarme, me levanto lo más rápido que puedo, pero está demasiado cerca, le lanzo una patada y se queja, con el mismo fierro le lanzo otro golpe y esta vez sí le doy, en la cara, grita y con más rabia se acerca, esta vez me da un golpe en toda la nariz dejándome inconsciente.
No sé cuánto tiempo paso y despierto en una cama, mis manos están encadenadas, escucho unos pasos acercándose, la puerta se abre de golpe y es el, nunca lo había visto con tanto enojo, siempre confió en él, es la primera vez que veo su verdadero rostro, su rabia su odio y sus ganas de poder.
—Illianis, mi amor, que gusto verte.
—Lamento no poder decir lo mismo. —Sonríe con sarcasmo, estoy sola, debí ir detrás de Polo, estoy perdida.
**Titan**
Camine hasta encontrar la entrada al castillo alguna mascarilla debe haber, mi nariz me arde de los gases tóxicos,, puedo ver como una nave sale de ahí debe ser Icarus, por donde salió la nave esta la entrada, no pierdo tiempo y entro, camino en busca de una mascarilla y encuentro una llena de sangre, Icarus debió golpear a alguien pero a quien, veo en una de las puertas una mascarilla y me la pongo, unos pasos estremecedores escucho y busco donde esconderme pero no hay donde me pongo nerviosa cuando se abre la puerta y ve salir a Polo con más mascarillas.
—Illianis no encon…tre nada.
—¿Illianis está aquí?
—Su majestad, no espere encontrármela aquí. — Iba hacer su referencia, pero lo detuve.
—No Polo, estamos en las mismas condiciones, ¿Dónde está Illianis?
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otrosplanetas, amor y sacrificio, reencuentros segundas oportunidades
Editado: 06.05.2025