ALEXANDER POV
—¡ALEX! —el pequeño Erick deja de patear su balon de futbol para correr a abrazarme cuando me ve entrar junto a su hermano
—Felicidades campeón —revuelvo su cabello con mi mano— tu hermano me dijo que ganaste tu último partido
—Fue un gran trabajo de equipo —me responde con una sonrisa— trabajamos duro para conseguirlo
Alzo mi ceja volteando a ver a mi amigo que sonríe con orgullo ante las palabras de su hermano, por como habla hay ocasiones en que olvido que solo tiene 10 años, o bueno casi 11 años faltan pocos meses para su cumpleaños.
Corre para tomar su balón y enseñármelo es un hermoso balón con el logo del Real Madrid.
—Blanca me lo regalo por haber ganado el partido —me informa con brillo en sus ojos— y Lia prometió hacer mi pastel de cumpleaños
—¿Enserio? —alzó una ceja— ¿cuándo pasó eso?
—Esta mañana cuando mi hermano me hizo favor de hablar con ella, ¿no te molesta verdad? —pregunta con cierta duda en su voz
—Claro que no —le sonrió devolviéndole su balón— todos merecen probar los exquisitos postres de mi novia
—Mandilon —se burla mi amigo comenzando a caminar
Erick me hace una seña para que me agache.
—No le digas a mi hermano pero su novia es una pésima repostera —dice en voz baja y no puedo evitar reirme— el otro dia vino a casa y entre los dos intentaron hacer muffins de vainilla pero —niega soltando un suspiro— sabían horrible —confiesa con una mueca— no se porque mi hermano dijo que eran los mejores que había comido, ¡le mintió en su cara!
Su cara del pequeño es todo un poema, me aguanto las ganas de reirme.
—El amor nos vuelve locos —le explico pero él ladea su cabeza sin entender— fue una mentira piadosa que no le hizo daño a nadie
—¡¿Tu también le mientes a Lia?! —su boca se abre formando una gran “O”
Me quedo callado sin saber cómo responder, le mentí a Milly cuando le dije que yo no tuve nada que ver con el auto vandalizado de Rebeca pero… ¿eso también cuenta como una mentira piadosa no?
Erick espera por mi respuesta.
—Solo mentiras piadosas, como tu hermano lo hace con Blanca
Mi respuesta no lo satisface, lo veo en su cara.
—Las mentiras no son buenas, se lo he dicho a mi hermano mayor —habla después de unos segundos— no importa si son piadosas o no, siguen siendo mentiras
Trago saliva, un niño de 10 años me acaba de sermonear, ¡carajo! Si Erick sigue pensando así, cuando tenga nuestra edad será más sabio que mi santo amigo.
—Tienes razón —admito y él sonríe complacido, necesito cambiar de tema antes de que el me da otra lección de vida, me pongo de pie acomodando mi mochila en mi hombro— te traje una sorpresa
Sus ojos brillan, son las palabras mágicas que a cualquier niño le gustan oir, comienzo a caminar con el brincando preguntando que es.
Guardó silencio hasta que entramos a su casa donde mi amigo ya nos espera en la cocina, el bebe un vaso de agua de jamaica mientras ve a su hermano que no para de preguntarme cuál es la sorpresa, Bruno me sirve un vaso de agua, le doy varios tragos haciendo que Erick comienze a desesperarse, bebo hasta la mitad de mi vaso le ordenó que se lave las manos y se siente en la barra, el me hace caso de inmediato, contrario a la pequeña Flor que es un pequeño remolino, no se como Elena ha logrado domar a esa pequeña fierecilla, es una encantadora de niños.
—¡SIIIII! —grita Erick cuando ve que saco un tupper de vidrio con lasaña de mi mochila
—Alto ahi —Bruno lo frena cuando se pone de pie para ir por un tenedor— mamá me dijo que comiste hace media hora, no puedes seguir comiendo
—Soy un niño en crecimiento —alega regresando a la barra con su tenedor y un plato— solo un poco, siiiiiiiiiiii
—Solo un poco —apoyo al pequeño— su exquisito paladar me ha ayudado a mejorar
—Mi hermano no es tu conejillo de indias —señala Bruno
Corta una pequeña porción que pone el plato que lleva al microondas, el resto lo guarda en el refrigerador, Erick me levanta su pulgar y yo le guiño un ojo.
—¿Cuándo le dirás a Lia que tomas clases de cocina? —me pregunta esperando a que el tiempo que puso en el microondas pase
—Cuando mis habilidades mejoren —le informo sentandome al lado de Erick
—Te diré un secreto —habla Erick cuando el tiempo en el microondas finaliza y Bruno le entrega el plato— cocinas mejor que mamá, pero no le puedes decir, eso le rompera el corazon
—El tiene razon —lo apoya Bruno— y ya es tiempo de que Lia se entere que tomas clases de cocina desde que te confeso que ella no es una buena cocinera
—Mmmm —Erick cierra sus ojos degustando un bocado— sabía que el queso extra era el toque que le faltaba
Erick levanta su pulgar en señal de aprobación y sigue comiendo.
—¿Y si se asusta? —pregunto con miedo viendo a mi amigo que suelta una carcajada
—Ya le dijiste que quieres tener bebés con ella —dice entre risas— que le confieses que tomas clases de cocina, no la va a espantar, al contrario la va a poner feliz
—Tu tambien deberias de ir a clases con Alex —sugiere Erick terminando de comer, la porción que le sirvió San Bruno apenas y le alcanzó para una muela, pero bueno, nadie quiere que enferme del estomago por comer de más— solo sabes cocinar huevos y no es sano que una bailarina como mi cuñada solo coma eso
—Le puedo preparar ensaladas —opina mi amigo
Su pequeño hermano niega haciéndome reír, levanta su plato y lo lleva al fregadero para lavarlo.
—Milly me ha dicho que Blanca sabe cocinar
—Lo se —suspira— pero Eick tiene razón, cuando mi cisne este en la compañia de Danza no tendra tiempo, y no puedo alimentarla solo con huevos y ensaladas
—Así que ves un futuro con ella —lo molesto y él me arroja un trapo de cocina a la cara
—Como si tu no hicieras —me reclama con una sonrisa
—Ambos verán taaan poco a sus novias cuando sean bailarinas profesionales —observa Erick, frunzo mi ceño al igual que mi amigo— iré a hacer mi tarea, gracias por la comida Alex, si sigues mejorando podrias poner un restaurante