Seguimos siendo los mismos, se todo sobre ti, por eso tenemos que confiar el uno en el otro, nunca lo olvides, en lugar de agradecer tu y yo hay que prometer que no pelearemos mañana.
“Friends”
Ha pasado una semana desde el funeral de Byeol, cada dia es una lucha por seguir adelante, le prometí a mi bebe que lo haría, que saldría adelante y lo voy a cumplir, mi primera sesión de terapia no fue fácil, no es fácil aceptar una pérdida, no es fácil aceptar que a partir de ahora mi vida ya no sera JAMAS la misma, pero lo intento, intento seguir adelante dia a dia.
Le pedí a Leo que regresara a Canadá, no puede perder su trabajo que tanto ama, mis papas me ayudaron a convercerlo, me hace videollamada todos los días junto a Hanna, me disculpe con ella y con todos mis amigos y familiares por mi comportamiento, ellos solo quieren ayudarme pero yo los aleje.
Desde que deje que entraran de nuevo a mi vida todos me hablan por teléfono o por videollamada todos los días, mis amigos que están aquí, me visitan a diario al terminar las clases o los entrenamientos, Alexander incluso se quedó a dormir el fin de semana, todos se han convertido en una parte fundamental en mi recuperación, he visto a mis papas más animados, mis abuelos me regañaron por no haber contestado sus llamadas, me amenazaron con no darme galletas de chocolate en navidad si los ignoraba de nuevo, no se cuanto tiempo me tome sanar, pero… seguiré luchando hasta lograrlo.
Poco a poco he ido retomando mi vida o parte de ella, he vuelto a leer, ver k-dramas y una serie de asesinos seriales que Blanca ve y me hace ver un capitulo todos los días cuando me visita, he vuelto a estar atenta a las notificaciones de mis BTS, Alexander me dio un resumen muy detallado de todas las notificaciones que me perdí en mi ausencia, estuvo atento a cada notificación, para que no me perdiera nada, ¿como no lo voy a amar?.
Se puede decir que mi ánimo ha ido mejorando dia a dia, las sesiones de terapia no han sido nada fáciles, pero hacer el funeral de Byeol me ha ayudado de cierta manera a tener un cierre.
Sigue siendo una molestia tener que usar el yeso y las muletas, no poder moverme con libertad me frustra, mamá sigue trabajando desde casa, su compañía me hace bien, hablar con ella me ayuda, sus amor me reconforta, sigo sintiendo una opresión en el pecho cada vez que hablo con alguien del accidente, pero ahora soy capaz de hablar de ello sin llorar, si no hubiera sido por mi ancla, me temo que hubiera seguido cerrada al mundo.
Estoy leyendo un poco cuando escucho que tocan mi puerta, pongo el separador en la página que estoy leyendo para retomarlo más tarde, cuando digo adelante, Blanca abre la puerta con una sonrisa sospechosa, si no la conociera juraría que está tramando algo.
—Te tengo una sorpresa —anuncia dando brinquitos hasta sentarse en mi cama y dejando la puerta abierta
La veo intentando descubrir de qué se trata pero no veo nada raro, está usando leggins, un top deportivo y una sudadera de Bruno encima, su mochila la ha dejado caer a un lado de mi cama, me asomo a ver la puerta pero no hay nada, lo único sospechoso es su sonrisa que no ha borrado y el brillo en sus ojos.
—Tus sorpresas me asustan —le digo con honestidad
La amo con locura pero ella y yo tenemos una idea bastante opuesta en cuanto a sorpresas, mientras yo siempre he sido más del tipo de sorpresas tranquilas como, cartas, picnics o regalos que se que le van a gustar a la otra persona, ella es del tipo ¡Sorpresa! ¡Conseguí entradas para un concierto esta noche!, mi ancla es dar sorpresas del tipo espontáneo, y por su traviesa sonrisa que no ha abandonado su cara desde que entró por la puerta me hace pensar en cualquier cosa.
—Esta sorpresa te va a gustar y sorprender, ¡YA PUEDES PASAR!
No me da tiempo a replicar porque por la puerta veo como entra una linda rubia de ojos azules con una sonrisa sosteniendo un osito de peluche, parece una super modelo, esta altísima, delgada, pero sin llegar al extremo
¡NO PUEDE SER!
Volteo a ver a Blanca con mi boca entreabierta y mis ojos abiertos por la sorpresa, ella asiente continuamente sin perder su sonrisa.
—¡¿CLARA?! —logró articular con sorpresa
Clara nuestra gran amiga Clara, nuestra amiga y compañera de travesuras desde preescolar hasta primero de primaria, nuestra amiga que dejamos de ver porque para segundo año ya no regresó a la escuela y no volvimos a saber de ella, hasta ahora. Se acerca para abrazarme, sentándose en la cama, nos separamos, y tomo sus manos para observarla, esta bellísima, mi hermosa amiga Clara, sus ojos estan mas azules que cuando eramos niñas, son los ojos mas azules que he visto en mi vida.
—No puedo creer que de verdad seas tu —le digo aun sin poder creerlo, diganme que esto no es un sueño, aprieto su mano, y es real, de verdad está aquí— tengo muchas preguntas Clara, de verdad muchas, pero ahora lo más importante es saber ¿como has estado?
—Soy yo, lo juro, su Clara de huevo —dice riendo por el apodo que Seby-by le puso hace muchos años atras— y prometo responder todas tus preguntas, a Blanca ya la puse al corriente, yo estoy bien —su sonrisa abandona su cara y me ve con tristeza— Blanca me contó lo de tu accidente —hace una mueca apuntando hacia mi yeso— pero no te preocupes, te traje un excelente enfermero —me entrega el osito de peluche vestido de enfermero, lo abrazo contra mi pecho con una sonrisa— este amiguito te cuidara muy bien, por como describió Blanca tu accidente pensé que te iba a encontrar como una momia, pero luces muy bien y hermosa —aclara guiñandome un ojo
—Ya sabes que Blanca puede ser un poco dramática —pongo los ojos en blanco— apuesto a que te dijo que me rompi ambas piernas
—Peor —me dice en voz baja con dramatismo— me dijo que te habías roto todos tus huesos
—¡Oye! —se queja Blanca y Clara comienza a reírse tan fuerte que me contagia su risa— no soy taaan dramática, ustedes exageran —se pone de pie viéndonos con sus ojos entrecerrados— iré por palomitas y refresco mientras la pones al corriente, porque te vamos a secuestrar Clara —sentencia Blanca antes de salir de la habitación