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Seis meses después...

La cosas podían cambiar en medio año, la velocidad con la que podías ver el mundo pasar puede aumentar o disminuir dependiendo de las decisiones que vayas tomando, las prioridades pueden ser diferentes a las que eran seis meses atrás, las relaciones pueden cambiar tanto sentimentales como emocionales. 
Puede llegar el día en el que alguien, ese alguien que parece encajar todo a la perfección, llegue a tu vida para no irse nunca mas. 

Min Yoongi había sido esa persona especial que había llegado a mi vida hace tan solo un año, aquella noche en la que acepte que nos invitara la cena pensé que seria la única ocasión en la que tendría oportunidad de conocer alguien con tanta fama como lo era el, cosa en la que me equivocada, pues después de esa noche comenzó un "algo" que ninguno de los dos estuvo de acuerdo de detener y mucho menos de ponerle un nombre.

"Nos vemos en mi casa " -Yoon 

Me es casi imposible ocultar la sonrisa sobre mis labios en cuando termino de leer su mensaje, pues a pesar de no tener un nombre a lo que sea que estuviéramos teniendo, me era imposible no sentirme diferente, especial como hace muchos años no me sentía. 
Honestamente no me importaba que nuestras relacion fuera méritamente placentera, era algo que nos beneficiaba a ambos, no tenia miedo y mucho menos rogaba por tener algo serio con alguien, prefería no tener ningún tipo de titulo.

Y eso era lo que nosotros teníamos, una relaciona benefactora. 

—¿Es tu novio? —La gruesa voz de Kwan me sobresalta, bloqueando mi celular de manera inmediata como si estuviera viendo algo fuera de lo común —Por tu sonrisa parece que es así —En cuando veo su risa burlona me es imposible no regresar a lo que estaba haciendo hace tan solo un par de segundos, concentrarme en preparar mi cámara antes de que el evento al que he sido asignada hoy de comienzo.

—Puede ser —Me encojo de hombros con diversión antes de alzar mi cámara capturando a un despistado Kwan, que se queja por el intenso flash de mi cámara —El flash parece servir a la perfección —Me burlo de mi mejor amigo, quien no tarda en despeinar mi cabello a lo que lucho por sobrevivir moviéndome de un lado a otro para escapar de sus horribles garras que se aferrar a mi cabello y gritar en busca de ayuda de alguien.

A pesar de nuestra edad me divertía mucho este tipo de juegos, algo que por circunstancias familiares no pude disfrutar mucho tiempo como el que me hubiera gustado, así que a pesar de mis quejas y el maltrato que Kwan deja sobre mi cabello me es imposible detener mi risa, pues tal escena me resulta lo bastante divertida como para dejar de hacerla sin importar el lugar y la gente que nos rodea. Somos como dos niños pequeños dispuestos a defenderse hasta el final.

 —Que infantiles  —Sook hace su entrada en cuando nuestro juego ha terminado  —Todo mundo los esta viendo  —Se queja como una pequeña niña señalando a nuestros compañeros, quienes parecen estar lo suficientemente metidos en su trabajo como para prestarnos atencion.

 —Uy si somo el centro de atencion  —Exagera Kwan robándome un par de risas mas, mientras trato de acomodar mi desordenado cabello  —Podría hacerme famoso por tantas fotos que me tomaron  —Posa de un lado al otro antes de recibir un golpe de su hermana, quien parece estar luchando para no reírse de las tontearías que dice su hermano.

 —¿Cuándo dejaras de ser tan odioso? —Se queja con fastidio antes de perderla entre la multitud de personas que empiezan a acomodarse antes de que de inicio el evento.

—¿Cuándo dejaras de ser tan odioso? —Imita Kwan con voz chillona robándome un par de carcajadas mas.

—Cállate —Le pido cuando no puedo controlar mi risa, gracias a sus gestos y berrinches que hace, cosa que lo único que causa es que mi risa crezca cada vez mas hasta el punto de llorar ante el dolor que invade mi estomago.

—¡Preparados! —El grito del jefe de seguridad hacen que tanto como yo como Kwan dejemos de bromear, poniendo nuestros cinco sentidos en conseguir aquello por lo que hemos venido aquí, sacar las mejores fotografías de todo el evento.

Y eso era lo que haríamos.

Siempre me había sorprendido la manera en la que los artistas lograban interactuar no solo con sus demás compañeros, ni con las dinámicas y comentarios absurdos que a veces iban dirigidos hacia ellos, no lograba comprenderlo por mas que me imaginara estar en su lugar, no podía lograr entender ese estilo de vida.

Tal vez era porque me gustaba ser alguien normal, sin tener la atencion del mundo sobre mi las veinticuatro horas del día y mucho menos estar en la boca de todo aquel que sabia de mi existencia. Simplemente alguno de nosotros estábamos destinado a brillar de diferente manera.

—¡Fue asombroso! —Sook aparece entre la multitud de personas que se dirigen a la salida, después de dar por finalizado el evento —¡Viste lo guapo que eran todos ellos! —Se como se siente, porque yo experimente la misma sensación al conocer a personas que siempre había visto por televisión, cosa que estaba muy lejos de la realidad.

—Lo se, lo se —Palmeo un poco su espalda antes de empezar a guardar mi equipo en mi mochila, observando la hora sobre mi reloj, impresionándome al ver que son pasadas de las ocho de la noche —Pronto te acostumbrara —Le aseguro antes de empezar a caminar en dirección a la salida, seguida por Sook, quien parece no querer acabar con la infinidad de encantos que cada uno de los idols tiene.

Asiento como respuesta a cada cosa que Sook dice en el trascurso a la salida, donde somos interceptadas por Kwan, quien parece discutir con alguien desde la lejanía, a la cual reconozco en cuando estamos lo suficientemente cerca de ellos.

—No se porque sigue con ella —Sook me susurra acabando de una vez por todas con su pequeño encanto —Esta loca —Esas palabras me hacen reír un poco, cortando la conversación de la pareja frente a nosotros, obteniendo esas miradas de odio por parte de ella de las que honestamente ya estaba acostumbrada.