Saving Contract

VI. El amuleto

“¿Cuál es tu canción favorita?”

Axel titubeó. Llevaban varios días conversando a través de las cartas del arlequín hasta ese punto. Tenía que estar alerta para el momento en que Eris apareciera para decirle en qué consistía la nueva misión, pero en su lugar estaba ahí, frente a su cuaderno, pensando en lo que le contestaría.

"Miss those days de Mina Okabe”

“No me suena” Lo supuso, pero realmente no se había puesto a escuchar qué clase de canciones había en ese mundo, no con el detenimiento o el conocimiento que tendría con las de su mundo. Carraspeó.

“Sí, es que tengo gustos muy indie, ¿sabes? ¿Cuál es tu canción favorita?”

“Hablas muy raro a veces jaja. Mhn, Ashes, de Madness in Radio Station”

“Ahhh, ya”

“Tampoco la conoces, ¿verdad?”

“En mi vida los he escuchado, lo siento”

Abel rió por lo bajo, antes de leer después un “pero la buscaré, lo prometo”. De parte de I.

—Ahora sonríes más — Alzó la vista al escuchar aquello. La enfermera ni siquiera lo estaba viendo mientras llenaba sus papeles.

Se sintió algo avergonzado. En la hora libre que tenía, aquel era el único lugar seguro en el que podía estar esperando. —Creo que hice una amiga —Admitió.

En su hoja una pregunta apareció.

“¿Bebida favorita?”

Se lo pensó un poco. ¿Así se sentía tener una amiga? A sabiendas ahora que estaba siendo observado, controló más su expresión al escribir. “Coca Cola, definitivamente” Para después añadir. “¿La tuya cuál es?”

“El té de lavanda, aunque en frappé igual está bien”

“Mhn, ya veo”

“¿Qué ves?” Desde su lado, Axel ladeó la cabeza con interés. Estaba tamborileando la pluma en la hoja en el momento en que una escueta respuesta se escribió.

“Es que es un poco… ¿muy de chicas?”

“Ahhh, ¿es una bebida para mujeres, dices? ¿Ya la probaste, señor experto?”

“Bueno, ¿cuál es tu comida favorita?”

“No te rías. Es la sopa de cebolla”

Axel carraspeó una vez más, Abel se limitó a poner “Sin comentarios” para después añadir “¿Puedo preguntar por qué?” A lo que de buena gana explicó.

“Me recuerda a mi madre. A ella le gustaba mucho prepararla, y no es por presumir, pero hace la sopa de cebolla más deliciosa del mundo”

O al menos de su mundo. La extrañaba. Le dio por preguntarse si es que alguna vez saldría de ahí. Regresó la pregunta, esperando saber qué contestaría él.

“Estofado de ternera. Aunque también podría comer donas todo el día y sería feliz”

“Ok, ya me dio hambre. Permiso”

< < ¿Listo? > > Desde su lado, Eris veía interesada lo que estaba haciendo. Axel cerró su cuaderno, con una mueca de fastidio. < < No sé si coquetear con el protagonista sea muy sano… > >

—¿Quién está coqueteando? —Axel se levantó del suelo en donde estaba, agradecía que el jardín de Westbrook fuera lo suficientemente amplio y estar tan lejos de las pocas personas que estaban ahí. De otra manera, seguramente lo tildarían como loco al escucharlo. Titubeó — Hacer esto, ¿no me reduce puntos?

Eris hizo una mueca < < No necesariamente. Es como si estuvieras jugando con los vacíos legales de un contrato, siempre y cuando no interfieras con tu propósito original aquí, no estás infringiendo ninguna regla. Además…> >

—¿Además? — Axel guardó su cuaderno, curioso. Ella sonrió.

—Nada, presiento que lo que estás haciendo puede tener dos resultados, y ambos son muy beneficiosos para ti y tu contrato. — La mueca en su interlocutor le causó gracia, resultaba obvio que habrían muchas más preguntas, pero no disponían de tanto tiempo considerando que sólo contaban con esa hora libre.- Andando.

Axel volteó los ojos, pero obedeció. Eris flotaba a su lado, solamente visible para él, junto a la pantalla de misiones. Cruzaron el jardín y varios pasillos, a medida en que avanzaban, los transeúntes se iban volviendo menos, nada sorprendente, tratándose del horario de clases. Llegaron hasta un área particularmente vacía de Westbrook. Axel supo que se trataba de los límites del instituto al ver el aura violeta que bordeaba el terreno y lo separaba del bosque.

<<¿No hay una especie de cámara que nos pueda atrapar?>>Pensó con detenimiento cada palabra. En esa área el gélido viento denotaba la presencia de magia.

Por toda contestación, de su sombra la oscuridad se extendió, fue siguiendo el trayecto con la mirada, su sombra se extendió hasta tres árboles diferentes, Axel comprendió en el momento en que observó lo que cubrían: piñas de cristal.

Eran las cámaras.

< < Con esto ya te doy 15 minutos. Si no quieres que te atrapen, muévete > > Asintió. Repasando la misión que acababa de aceptar, fue acercándose al manto violeta. Entre los arbustos encontró una roca particularmente grande. <<Písala>> Con un deje de duda obedeció. Frente a sus ojos, aquella malla protectora se abrió para dar paso al bosque.

<<¿Es tan sencillo violar la seguridad?>> Cruzó lentamente, la risita de Eris lo hizo fruncir el ceño..

< < No estamos fuera de Westbrook > > Sonaba segura al afirmarlo, añadió < < Pisa esa otra roca, ya te lo explicaré después, esto es importante para tu contrato > >.

Axel suspiró, buscó con la mirada el objeto indicado. Ni bien pisó la siguiente roca, el suelo bajo sus pies tembló. La tierra y rocas se movieron formando un espiral, que se convirtió en escaleras de caracol hechas de polvo y piedra, que descendían por una especie de madriguera. Intuyendo lo que tenía que hacer, bajó por aquellos escalones.

Una vez que la oscuridad de la madriguera lo engulló, cuatro veladoras se encendieron. Paseó la mirada por el sitio; el suelo tenía un símbolo de lo que, él quería pensar, sería pintura escarlata. <<¿Una secta?>> Supo que así era por el tarareo de su compañera.




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