No es sino hasta avanzada la velada cuando Axel tuvo la oportunidad de hablar con Ian a solas. Notaba a este quizá más rígido que él mismo. Ambos en el jardín, mientras sus padres conversaban aún en la mesa y la chica pelirroja molestaba a Sean y a Stephan en una de las salas de estar.
-Entonces… comprometidos… - Atinó a decirle. Ciertamente, no estaba seguro de en qué consistía su misión. Las anteriores eran muy directas, o contaba con Eris para apoyarlo. Ahora ni siquiera podía acceder a la descripción de la misión porque el estado continuaba “cargando”. Sólo le quedaba entonces indagar, cosa que optó por hacer con el único miembro de la familia Cassidy que lo consideraba su amigo.
El más alto se recargó en una jardinera, frunció el ceño. - Ya lo sabías, ¿no?... Cuando lo mencionaste en la escuela…
Se encogió de hombros, actuando casualmente respondió - Había escuchado algunos rumores, de todos modos, no es como si te fuera a preguntar algo que te incomoda. - Esperaba sonar convincente, por cómo se relajó el gesto del contrario, supuso que así había sido.
Ian siguió mirándolo un rato, antes de continuar - Llevan unos cuantos meses saliendo. ¿Qué más da? Sé que mi madre no le debe luto a mi padre después de tanto, ni tampoco me debe nada a mí. No es como si Allistair me deba algo tampoco, o su hija. Es sólo que…
-No los puedes ver como familia. - Supo que había adivinado cuando lo que recibió fue mero silencio. Era en instantes como esos en los que a Axel le parecía más sencillo ver al personaje que tenía en frente más como un humano y no como un ser destinado a ser un séquito sin cerebro cuya única función era intimidar. Hizo por sonreírle al adolescente que simplemente tenía problemas para expresarse. - Es normal, no los conoces de toda la vida y ahora compartirán de tu tiempo con tu madre…
-Son demasiados cambios - Farfulló el contrario, llevándose las manos a la cara para frotarse las sienes, en un gesto de total frustración. - ¿Sabes por qué no dijo el apellido de ese hombre? Porque están arreglando papeles para convertirlo en un Cassidy. Su hija entrará a nuestra escuela el lunes.
Axel fingió sorpresa. Se aventuró - ¿Vivirán también aquí?
-Ya lo hacen - La voz de Ian se iba llenando de malestar con cada parte de su oración. - ¿Se puede ser más desvergonzado? Su hija ni siquiera tiene poderes, ¿qué se supone que haga? ¿Pretender que gente como esa es parte de mi familia?
No sabía qué tipo de expresión debería tener al escuchar dichas palabras. En cuando el más alto fue consciente de lo desafortunadas que eran algo en su cara cambió, viéndolo con tal incomodidad. - No quise decir… eso no es lo que me molesta…
Arqueó ambas cejas, el Axel original, ¿qué habría dicho al respecto? No sentía el malestar para querer callarlo de un golpe como había aprendido que solía reaccionar ante todo. Se limitó a asentir, desviando sus ojos hacia la puerta que daba a la mansión. - No los conoces y se supone que ahora serán Cassidy también, lo entiendo - Balbuceó. - El concepto que tiene uno de familia va más allá de eso, está bien si no te sientes cómodo con ello.
-Fue una estupidez aún así - Ian meneó la cabeza en negativa, sus cejas fruncidas con reproche hacia sí mismo. Pero Axel puso una de sus manos en el hombro de él, su semblante relajado.
- ¿Vas a empezar a llorar por una palabra desafortunada, Cassidy? - Bromeó, encogiéndose de hombros - Yo no necesito eso. - Ian no era de muchas palabras, tampoco de gesticulaciones. De cualquier forma, dejó de prestarle atención en tanto notó a la chica de cabello cobrizo, que se iba acercando apenada.
Roxanne cruzó sus manos detrás de su espalda con vergüenza, no conocía el carácter del otro muchacho, pero suponiendo que era amigo de su hermanastro lo mejor era llevar las cosas con calma. Asintió a modo de saludo antes de decir. - Tus padres te están llamando… parece ser que ya se van.
Él se levantó de su lugar con otro asentimiento, suspiró - Ni hablar, gracias por avisar.
Ian se incorporó también, siguiendo con la vista los movimientos de quien era su mejor amigo. Sus movimientos de un tiempo para acá eran distintos, su manera de actuar también, y cada vez se sentía más complicado al respecto.
…
Todo comenzaba a cobrar sentido. Cuando esa mañana la señorita Griffin presentó a Roxanne al grupo, justamente en una clase que compartía con Abel, y tuvo que evadir la sonrisa entusiasta de la otra pelirroja en tanto lo vio como una cara conocida.
Ella pareció comprender, Axel supuso que era también debido a que estaba con Ian. De cualquier manera, siguió los movimientos de ella. La observó sentarse a unos lugares de Abel, justo en el momento en que, en su cuaderno, una oración apareció.
“¿Qué tal tu fin de semana?”
Sacó entonces su bolígrafo. Era extraño, luego del ataque no habían tenido oportunidad de conversar. “Pudo haber sido mejor. ¿y el tuyo?... Por cierto, qué locura la del otro día”.
La verdad es que no sabía cómo actuar al respecto, luego del incidente de las sectas, él había estado muy ocupado, además que conocía la ubicación de Abel por lo que no estaba preocupado por ello. En cambio, Abel no sabía el estado de I, y no le había preguntado absolutamente nada. La contestación del rubio apareció:
“Jaja, el mío igual. Nada qué destacar. ¿Tú estás bien? De hecho… hay algo que quería preguntarte, pero no sé si te sientas cómoda”.
El profesor de turno había empezado a dar las indicaciones para un cuestionario que iba a notar en el pizarrón. Bajo el movimiento de la clase y el sonido de las indicaciones, él frunció el ceño. “Claro, ¿qué es?” Ni siquiera había considerado responder a la pregunta anterior.
Abel carraspeó en su lugar. El recuerdo de su propia caligrafía en el periódico mural aún rondando en su mente. Era esa la razón por la que no se había animado a hablar con I hasta que ella sacara algo… pero el fin de semana pasó, y ella no le habló. ¿Habría visto también su pregunta? ¿Se habrá asustado? Después de formular meticulosamente lo que pondría, escribió.
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Editado: 04.08.2025