- ¡Hey! - Abel ladeó la cabeza en tanto volvió a escuchar aquella voz. La chica pelirroja iba acercándose a paso acelerado hacia él. Lo que era sorprendente, considerando que llevaba en sus manos una enorme caja de materiales de entrenamiento. La sonrisa entusiasta de ella se tornó un poco incómoda al llegar a su altura, balbuceando un - No tuve la oportunidad de preguntar tu nombre antes…
Él frunció el ceño en desconcierto. Cuando ella se presentó en la clase no había prestado mucha atención, y si bien, no tenía muchos ánimos de socializar consideró que sería grosero no responder. - Abel - Atinó a decir, fijando su atención a lo que la chica cargaba. - ¿Necesitas ayuda?
-Oh… no es nada - Ella le restó importancia, acomodando mejor la caja entre sus brazos añadió - Pero, me puedes acompañar si quieres. Tengo que dejar esto en el almacén del gimnasio, sólo que… creí que era en este edificio. - Desvió la mirada con pena al admitirlo, recibiendo una risa de parte del rubio, quien le quitó la caja y la cargó por su cuenta.
-Es en el que está al lado. - Le explicó, echando a andar en esa dirección. Ella parecía ser amable, Abel reconocía que no estaba acostumbrado a eso, bueno, descartando a Josh y a las notas de I…
Una idea tonta pasó por su mente mientras caminaba con la chica a su lado. - No te pregunté tu nombre… - Comenzó, prestando atención a los gestos de su interlocutora.
Ella daba saltos al caminar, quizá con demasiada energía, al escucharlo no parecía haber más que amistosa extroversión en su aura - Roxanne Cath… no, Roxanne Cassidy - Se interrumpió, negando con la cabeza como si tuviera que recordarlo mejor. - Es una… larga historia.
- ¿Cassidy? - No pudo evitar ponerse alerta al escucharlo, y supo que tenía razón al ver su mirada incómoda. Ya habían salido al jardín.
-Mi hermanastro era uno de los idiotas de la mañana - Roxanne se frotó la nuca al reconocerlo. - No tenía idea que era tan imbécil. Pensé que su amigo sería diferente.
- ¿Axel? - Cuando ella asintió él soltó una risa sin gracia.
A lo que ella insistió con incredulidad. - ¡Nos presentaron ayer y parecía muy amable! Incluso jugaba con su hermano menor… quién diría que ambos…
- ¿Serían tan hijos de puta? - Abel desvió la mirada al decirlo, el desdén en sus palabras acalló todas las intenciones de Roxanne por abordar el tema. No era algo de lo que quisiera hablar con nadie, sólo lo hacía sentirse más... débil y vulnerable a los demás. Ingresar al almacén tampoco era algo que quisiera hacer en ese momento, le recordaba ese otro tema que le estaba llenando de ansiedad.
Roxanne lo siguió hasta su lugar de destino, pensando meticulosamente lo que quería decir. El cuarto donde tenía que dejar la caja era muy pequeño, repleto de más materiales, colchonetas y barras de entrenamiento. El chico rubio se había relajado un poco más al preguntarle donde debía dejar lo que traían. - Donde sea está bien, supongo - Espetó. - Y… sobre el otro tema, está bien si no quieres hablar de eso, ¿okay? La verdad es que… no tengo muchos amigos por aquí. Y pues… la unión hace la fuerza, ¿no crees?
En otro momento, en otra situación y otro contexto, quizá Abel habría sentido emoción o felicidad por escuchar tal propuesta. Lo sentía, claro que sí, o al menos… sentía algo de alivio por recibir algo que no fueran ofensas ni indiferencia. Sólo que ahora… su cabeza simplemente estaba ocupada con otras cosas. De cualquier forma, la observó, los grandes ojos aguamarina lucían tan dulces como la propia chica, y él no pudo más que sonreír de vuelta. - Por supuesto.
Las voces fuera del pasillo llamaron su atención. Seguramente quienes tenían clase en el gimnasio ya habían llegado. Ella puso una mano en su hombro - Será mejor que nos vayamos, tengo clase en el edificio D.
Asintió con torpeza. Salir cuando había un flujo de estudiantes no era algo que le entusiasmara. Pero suponía que el estruendo era más en el interior del gimnasio que afuera. Acomodando entonces su mochila, salió por la puerta junto con Roxanne.
En un día como ese Abel no tenía expectativas de nada. No quería encontrarse con nadie, no pretendía meterse en más problemas. Fue por ello que, ni bien dio un paso, y retrocedió al notar otra presencia conocida en ese pasillo. La pelirroja por suerte guardó silencio y se mantuvo en su lugar al notarlo tenso.
Efectivamente, el estruendo sucedía dentro del gimnasio. Una sola persona estaba en el pasillo, pero no le prestaba atención a él. En su lugar, veía con detenimiento el periódico mural frente al gimnasio. Donde su mensaje aún no había sido borrado.
…
Para ser su primera vez en la sala de detención, debía admitir que no era tan intimidante como había pensado. Era un salón como cualquier otro, con la singularidad que sus paredes e interior en general eran a prueba de magia. Siendo de esa manera, Axel pasó los 60 minutos más aburridos en su estadía en esa escuela dentro de dicho salón, con el único pasatiempo de compartir miradas con su “séquito” y cuestionarse si realmente se creía capaz de soportar el resto de sus días teniéndolos como compañía.
Sólo cuando pensaba en ello era que esa notificación volvía a su mente. Había completado una misión, ¿entonces por qué le quitaban puntos por otra? ¿Por qué no recibió ningún castigo de parte de ese sistema de puntos? ¿Y a qué se referían esas puntuaciones?
Otro tema que estaba tratando de evadir eran sus propias acciones. El sólo recuerdo de un Abel humillado frente a ese grupo de personas le hacía un nudo en la garganta, que no hizo más que acrecentarse con esa última conversación.
-Vaya día de mierda - Cameron decía al salir de detención, Ian había contestado algo, pero Axel no podía estar menos interesado en ello. Aprovechando que había salido para consultar a Eris.
< < Desbloqueaste dos misiones>> Eris respondió a su primera pregunta sin que siquiera la hubiese formulado. << Ganaste puntos al completar una, perdiste puntos al fallar la otra> >.
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parodia de cuentos de hadas, trasmigracion de almas, bl chicoxchico
Editado: 02.10.2025