XIV. La mansión

Josh dejó escapar una queja luego de ser arrastrado por esa loca pelirroja hasta un aula vacía, más lo dejó estar en tanto notó la presencia de Abel ahí mismo. - ¿Qué se supone que estamos haciendo? - Fue lo primero que dijo. A ese punto, Roxanne cerraba la puerta del salón, su expresión de enigma fue la misma que cuando sospechaba que el entrenador Walton era un vampiro.

-Eso es lo que también me gustaría saber - Abel rio por lo bajo ante la cara de la chica, añadió - Roxanne piensa que Axel Ivanov está metido en algo turbio.

Josh se burló - En realidad, me sorprendería si no fuera así. — Y no era mentira, ¿qué rumores no se decían del mayor bully de Westbrook? Comenzando por su anormal obsesión hacia Abel, por no hablar del hecho que la familia Ivanov y la familia Cassidy siempre estuvieron relacionadas a rumores muy… cuestionables. Josh no mencionó nada de ello, por respeto a los otros dos presentes. Se acomodó sobre el escritorio. —¿Hay pruebas?

-Sí — Abel y Josh fruncieron el ceño en incredulidad ante la afirmación, Roxanne se cohibió —Bueno… no, ¡pero eso no quita lo sospechoso! Desde la semana pasada lo he estado siguiendo hasta la biblioteca, sólo para verlo ir y venir, y ha estado actuando de forma muy errática. Además, ¿estuvo cerca de la biblioteca la vez del ataque?

-Él estaba en… — El ceño fruncido de Abel se acentuó mientras lo decía. Josh pareció comprender.

—Él no estaba en el gimnasio ese día - Balbuceó Josh entonces. — Pero estaba ahí cuando salimos.

Abel razonó —El gimnasio no está muy lejos de la biblioteca — ¿Cómo no lo había notado antes? — Llegó justo cuando estaban ahí los profesores, debió haberse mezclado con la multitud para que no lo vincularan con el ataque… — Esa posibilidad parecía darle más sentido a las suposiciones de Roxanne, quien sonreía victoriosa.

-¡Está tramando algo, ¿ven?! ¡Lo sabía! - Por toda contestación, Josh cortó ese hilo de pensamientos, al no haber escuchado todo lo que Roxanne sabía, se sentía todavía perdido.

-Pero… suponiendo que es así, ¿cómo sabremos qué está buscando? ¿Qué pretendes hacer entonces?

Roxanne mostró una sonrisa de suficiencia —Ivanov no es el único que puede tener conexiones con los profesores — Sólo Abel entendió de qué hablaba, pero la interrogación en su mente no desapareció hasta que la chica sacó de su mochila un artefacto. Dos collares mimetizadores, y un líquido extraño en un frasco — Tengo un plan, pero vamos a necesitar juntar a dos idiotas.

…

La casa encantada de turno era la mansión Moressly. Una casa de dos pisos. Que desde hacía muchos años fue asediada por una maldición leve, y que gracias a la magia de la escuela, los estudiantes de Westbrook solían transportarla al campus para sus festivales. Eso era, claro estaba, generaciones atrás de la suya, era la primera vez en años que la volvían a utilizar. Axel leía en voz alta la descripción que les dieron en una hoja de papel mientras caminaban hacia la zona. Naturalmente, estaría más apartado del resto de estudiantes que escogían su espacio para los stands.

- ¿Por qué la dejaron de usar? - Mark ladeó la cabeza, cargando la caja con armatostes para la decoración de la Moressly Manor.

Axel silbó mientras seguía leyendo. - Aquí dice que la mansión comenzó a comerse a los estudiantes. El último año que la instalaron, dos chicos de segundo año atravesaron uno de los pasillos… y nadie nunca los volvió a ver.

-Ojalá esta vez sea yo - Se burló Gabe. - ¿Creen que podremos esparcir esa historia y asustar idiotas con eso? Podemos inventarnos un ritual de sacrificio…

-Pues, creo que Cameron e Ian se nos adelantaron - Opinó Tyler, viendo al grupo de adolescentes - ¿Dónde carajos están?

- ¡Lo siento! - El grito del muchacho a metros de ellos se hizo escuchar. Cameron se acercó corriendo, Ian en cambio, simplemente caminó hasta su encuentro. - El entrenador nos pidió meter unas cajas. ¿Dónde está la mansión?

Gabe rio por lo bajo - Se perdieron la valiosa introducción de Axel acerca de eso. - Se apartó antes que el pelirrojo lo empujara. Por toda contestación, el mencionado sacó una llave. - Aquí está - Les explicó.

Leyendo detenidamente la hoja, tomó de su mochila el grueso tapete con la leyenda de “Welcome”. - ¿Aquí está bien? - Tyler y Mark asintieron, por lo que acomodó el tapete en el suelo, bajo la mirada atenta de los presentes, hizo el amago de insertar la llave en el aire. Las risas se acallaron cuando, realmente, Axel sintió que el objeto era presionado por un cerrojo, que giró.

Bajo los pies de todos, un suelo de madera emergió, antes que Axel fuera consciente de ello, frente a él estaba ya la puerta y el porche de la mansión.

Tyler silbó - ¿Habrá que pedirle permiso para entrar? - Las risas de Mark y de Gabe cohibieron su pregunta. Axel en cambio, revisó con detenimiento la hoja. - Pues, aquí no dice nada. - Y la abrió. - Si la mansión decide que no somos merecedores de entrar nos lo hará saber.

Afuera en el campus, la luz del día aún iluminaba todo a su alrededor. En el interior, en cambio, el ambiente era más bien fúnebre. Una oscuridad apabullante los envolvió ni bien pusieron un pie dentro, así como el aire frío de una casa deshabitada por años.

- ¿Y si nos come? - La puerta se cerró tras de Tyler al hacer esa pregunta. Gabe se burló - ¿Por qué una mansión querría comerte, para empezar? Le daría indigestión.

-Dirá “este ya se echó a perder” - Tyler empujó a Mark luego de escuchar su comentario, cuatro risas se escucharon en la oscuridad.

Axel suspiró, así no podía ver nada de lo que estaba en la hoja, tanteó dónde estaba Ian antes de murmurar - ¿Tienes tu celular a la mano? Creo que el mío está en la mochila, pero no veo nada.

Abel titubeó. El collar podía imitar sólo el físico y lo que estaba a la vista, ¿cómo iba a pensar siquiera en tomar el celular de ese idiota cuando aceptó el plan de Roxanne. - Creo que lo dejé en el gimnasio - Mintió. Le pareció escuchar un quejido de parte del pelirrojo, pero entonces la luz de una vela los iluminó.