La hoja con la descripción de Moressly decía que el tiempo se había parado exactamente a la hora en que se puso la maldición. Afuera en el campo de Westbrook, Axel empezaba a notar lo en serio que iba. Una vez afuera, realmente no parecía haber pasado más de un minuto de haber entrado a la Mansión.
Suspiró, sólo esperaba que el estatus de la misión lo tomara en cuenta, seguía sin saber en qué consistía, dudaba que Ian estuviera relacionado con ella, pero al comprobar que este no se iba a quedar en Moressly sin él, ¿qué más podía hacer?
¿Desde cuándo desconfiaba tanto de él? Suponía qué era mera preocupación, no se le podía ocurrir nada más.
< < ¿Sólo va a ir a ayudar? > > Abel seguía al otro de cerca. Era extraño, pero no podía asegurar que las sospechas de Roxanne eran infundadas o no sólo juzgando el comportamiento errático de Axel Ivanov. Las clases de pactos y protección en los grados superiores podían ser en las aulas, en primer y segundo grado, en cambio, eran al aire libre. Abel nunca había estado en esas clases por obvias razones, por lo que se dejaba guiar por Axel, quien llegó sin problema al área abierta donde la profesora y el grupo reducido de estudiantes.
- ¿Recibiste mi mensaje? - La mujer rubia decía con evidente alivio, lo vio entonces asentir. - ¿Interrumpimos algo? Me dijeron que los chicos de quinto estarían preparando sus stands a esta hora…
Axel hizo una seña para restarle importancia, uno de los niños tropezó a su lado por lo que se apresuró a ayudarlo - Mi equipo y yo ya casi terminamos, traje a un amigo, espero no le moleste - Y en tanto la mujer lo miró, el muchacho más alto asintió a modo de saludo - ¿qué era lo que necesitaba?
Abel desvió la mirada, realmente no parecía haber nada del otro mundo en “lo que Axel tenía que hacer”, a su alrededor, niños de 12 y 13 años usaban artefactos similares a las flechas negras de Axel, en diferentes tamaños y estilos, cada uno de un color opaco distinto. Y se habría puesto a divagar al respecto, de no ser por lo que sucedió a continuación.
La señorita Groff era una de las hechiceras más jóvenes dando clases en Westbrook, por no decir que también una de las maestras más atractivas, no era raro escuchar entonces comentarios de estudiantes varones que “aceptaban” sus peticiones de ayuda a cambio de algo más. Aún con esas, no parecía ser el caso. Cuando ella le hizo un gesto de complicidad al pelirrojo, éste no se veía particularmente interesado de esa manera. Del suelo salió una mesa hecha de sombras color ocre, donde la profesora dejó caer una carpeta, buscando con entusiasmo entre los papeles. - Ya conseguí el pase que necesitabas… ahora es un poco más difícil. Las secretarias me dijeron que por el momento no estarán autorizando a nadie más que a los maestros tomar libros, pero, cuando empiece el festival habrá seguridad en todos lados, y será más seguro que los estudiantes tomen libros con supervisión. - Sonrió victoriosa al encontrar lo que necesitaba: un pase para ir al área prohibida de la biblioteca. - ¿Te importa si te lo doy después que me ayudes a corregir a mis chicos hoy?
-Se lo agradecería mucho… - Axel suspiró aliviado, entonces de eso se trataba la misión. Ladeó la cabeza para dirigirse a Ian - No tardaremos mucho… ¿me ayudas? - Ya después podría explicarle la situación, no era algo que le preocupara. Aún con esas, no pudo evitar tensarse en el momento en que el apartado de reputación frente al protagonista empezó a descender. Volteó a todas partes, pero no veía por ninguna parte a Abel.
- ¿Lo estoy haciendo bien? - Abel dudó, una niña sostenía una espada violeta. A su lado, el muchacho que se suponía debía estar espiando se inclinó para ver mejor la posición de la chica. - Cambia un poco más el ángulo de tus hombros… - Le decía, haciendo la pose correcta - Algo así…
- ¿Y yo?
- ¿Yo estoy bien?
Otro grupo de niños se acercaron, al aglomerarse por la atención del pelirrojo, un par de ellos se acercaron al muchacho alto, con la esperanza de recibir consejos también. Abel carraspeó, ¿qué era lo que el entrenador Walton y ese ente le recomendaban al entrenar combates? Escuchando los consejos de Axel, le dijo al niño que sostenía una lanza y lo miraba expectante - ponte aquí, e… inclínate así para mayor precisión… y tú… - El otro niño sostenía un arco y flechas, haciendo el mejor esfuerzo en su memoria añadió - ¿Puedes invocar señuelos en movimiento? - Se sentía totalmente perdido porque no eran armas reales, pero eso los menores no podrían saberlo. Que supiera, la edad promedio para hacer un contrato eran los 12 años, era en la misma escuela donde se hacían las orientaciones para los pactos. Las únicas personas que conocía que lo habían hecho antes y que podrían corregirlo en ese lugar eran la señorita Groff (que se rumoraba, hizo su pacto a los 6 años), quien estaba ocupada con su propio grupo de estudiantes y su papeleo, y Axel, que hasta donde sabía, lo hizo a los 8 años.
-Tómalas así – Trató de aconsejar, recordando la forma en que Axel había invocado más de una flecha sobre su arco y las había sostenido. Cuando de las cinco flechas, dos atravesaron al menos un señuelo el niño saltó de emoción. - ¡¿Lo viste?! – Decía, y cuando Abel iba a responder, notó que no estaba hablando con él.
De su sombra, emergió una silueta azul oscuro con forma de ave, que revoloteó a su alrededor mientras el niño hablaba. Era extraño, pero el otro chico de la lanza pareció hacer lo mismo.
< < ¿Sigues creyendo que esto es igual a lo que hacen ellos? > > Desvió la mirada al escuchar esa voz. A un par de metros, el pelirrojo veía sonriente a sus “alumnos”. No podía decir la razón, pero era la primera vez que veía a Axel así de… relajado. Cuando sus miradas chocaron, tomó el valor de acercarse.
-Oye, eres buen maestro. – Axel sintió curiosidad al no ver molestia en el otro, dicha curiosidad creció más al escucharlo preguntar.
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parodia de cuentos de hadas, trasmigracion de almas, bl chicoxchico
Editado: 24.10.2025