Capitulo 1

—Maldito internet estúpido —maldijo una adolescente al levantarse de su cómodo lugar en el sillón y dirigirse hacia donde estaba conectado su internet— justo en el mejor momento de la película.

Maldijo la chica mientras desconectaba y volvía a conectar su internet, esperando que de esa forma se arreglara. Antes de comprobarlo, el teléfono fijo de su casa empezó a sonar. Con un gesto de fastidio, la chica contestó, creyendo que era uno de sus padres (después de todo, ellos eran los únicos que llamaban al teléfono fijo).

—¿Qué pasa? —preguntó de mala gana una vez que el teléfono estaba junto a su oído.

Al otro lado de la línea, una voz rió.

—¿Así es como saludan en este pueblo? —dijo burlona la voz, y la chica rápidamente se dio cuenta de que no se trataba de sus padres.

—Maldita sea, lo siento, pensé que eras alguien más. ¿Puedo ayudarte en algo? —preguntó la chica de manera "amable", volviendo la vista a su cómodo lugar.

La risa del interlocutor volvió a sonar antes de que hablara de nuevo.

—¿Puedo saber con quién hablo? —preguntó la voz al otro lado de la línea, y la chica, aunque rodó los ojos, no cuestionó la pregunta, pensando que era algún amigo de sus padres que no sabía que tenían una hija.

—Soy Sidney... —dijo sin mucho interés, acomodándose mejor. Ya se empezaba a cansar de estar de pie.

—Sidney... —fue lo único que dijo la voz antes de callar y soltar otra risa— como la protagonista de "Stab".

—Sí, como la protagonista de esa saga tan repetitiva —dijo divertida la chica— Justo estaba viendo la película antes de que se trabara en la mejor parte, ya sabes, cuando se descubre que el novio y el amigo de esa chica eran los asesinos.

—¿Te gustan las películas de terror? —preguntó el hombre con un tono burlón.

—Me encantan, aunque actualmente ya no hay buenas películas y las sagas de películas se quedaron sin ideas. Después de la serie de Chucky, creo que en verdad ya no saben qué más hacer —dijo la chica con un poco de enojo— ¿Y a ti? ¿Te gustan las películas de terror?

La chica preguntó, mirando a cualquier lado para distraerse visualmente mientras esperaba la respuesta al otro lado de la línea.

—Claro que me gustan. "Stab" fue la que me metió en este retorcido mundo —dijo la voz, y la chica se quedó confundida por su respuesta.

—¿Retorcido mundo? —preguntó confundida, y la voz rió una vez más.

—¡Sí! Este retorcido mundo de asesinar y esperar a que la policía investigue para no encontrar nada —dijo completamente divertido el interlocutor, y la chica sin pensarlo dos veces colgó, sin saber exactamente qué más hacer.

El teléfono volvió a sonar, pero la chica no se atrevió a contestarlo. Solo pudo correr a la puerta principal de su casa y ponerle seguro. El teléfono sonó una vez más, y la chica, con miedo, contestó.

—¿Quién rayos eres? —dijo nerviosa, pero no dejó que el hombre hablara— No, no me digas. ¿Eres alguna copia barata de Ghostface?

La chica dijo completamente segura, y la voz, antes burlona, del hombre cambió completamente a seriedad.

—¿Copia barata? Sí, supongo que me pueden llamar así. Pero para tu información, querida, yo soy el único Ghostface que no fue atrapado —dijo molesta la voz, pero de repente volvió al tono juguetón y burlón— ¿Crees que cerrando la puerta de tu casa me negarías la entrada? Cariño, ¿quién te dijo que no estaba adentro ya?

El hombre rió, y la chica empezó a ver a su alrededor nerviosa, murmurando que esa llamada era solo una mala broma. Pero rápidamente ese pensamiento se fue cuando escuchó ruidos en su segunda planta.

—¿Todavía crees que es una broma, Sidney? —preguntó burlón, y la chica solo cerró los ojos, sin poder evitar soltar unas lágrimas.

—¿Y qué? ¿Vas a hacerme preguntas sobre películas de terror para luego equivocarme y matarme? —preguntó la chica, sabiendo que normalmente Ghostface hace eso.

El hombre se quedó callado y rió tan fuerte que Sidney juraría haberlo escuchado en la segunda planta.

—¿En serio crees que soy como los otros Ghostface? Querida, yo soy un nuevo y renovado Ghostface. Yo no busco fama, venganza o cualquier motivo que se te ocurra... Yo mato por diversión —murmuró juguetón, y la chica no pudo evitar llorar más fuerte— ¡No te preocupes! Haré que la foto que tome sea increíblemente espectacular. ¿Crees que cortarte la cabeza o destriparte le gustaría a la gente?

Después de decir eso, la llamada se cortó, y la chica solo se quedó quieta, sin saber qué más hacer. Rápidamente agarró un cuchillo y miró a su alrededor esperando que apareciera el asesino... Pero no pasó nada.

La chica bajó el cuchillo y respiró profundamente. ¿Todo había sido una broma?

—Maldición, en serio me la creí —la chica rió mientras dejaba el cuchillo en un mueble, pero su risa no duró mucho cuando escuchó el sonido de una cámara tomando una foto. La chica, con miedo, volteó y ahí lo vio... Ghostface, con su típica máscara y una cámara en mano, junto con su arma.

Ella solo pudo gritar e intentar tomar de nuevo el cuchillo para correr, pero el hombre fue más rápido y la tiró al suelo. La chica golpeó y trató de liberarse de su atacante, pero lo único que consiguió fue cansarse y hacer que Ghostface la inmovilizara. Sin esperar mucho, el asesino la apuñaló repetidas veces, dejando que la sangre brotara y la salpicara. La chica solo intentaba liberarse, pero le era inútil, y con su último esfuerzo, tocó la máscara del asesino antes de caer muerta.

Ghostface solo guardó silencio antes de volver a agarrar la cámara que había lanzado al sillón más cercano y tomarla entre sus manos para revisar si no había sufrido algún daño por su repentino lanzamiento y caída. Para su suerte, no estaba dañada. Sin esperar mucho, se acercó al cadáver de la chica y se puso al lado de él para después tomarse una foto. Era una cámara Polaroid, así que sacaba la foto una vez tomada. La agitó un poco y, cuando vio que la imagen estaba bien, la dejó al lado del cadáver para caminar tranquilamente hacia la salida de la vieja casa. Ese había sido un asesinato bastante fácil... Tal parece que en ese pueblo no peleaban por su vida.