Se Abre y cierra el Telón: El Ultimo Escrito

El Delirante Escritor

Se encontró en un bar de la ciudad de Londres, bebiendo un whisky en las rocas, tratando de encontrar el valor necesario para declararse a una mujer, al amor de su vida según él. Soltó un suspiro profundo y pesado, se bebió su trago de golpe y solicito al cantinero que le diera otro, este lo miro como si ya hubiese bebido demasiado, pero sin oponerse le entrego su trago. 

Era tan solo el siglo XIX, con solo 23 años, el joven Malcolm, un joven escritor londinense estaba listo para cortejar al amor de su vida, la musa dueña de cada uno de sus poemas. Una hermosa pelirroja de piel blanca que le movía el mundo, te entregaba la sonrisa de las estrellas y le daba la ilusión de estar vivo, pero nunca había tenido tal valor, esperando que el alcohol se lo diera, y en ese momento apareció un hombre de larga cabellera negra y piel blanca como la de un cadáver y ojos brillantes de color amarillo, le recordaron a los ojos de los búhos, en su cuello se notaba un collar con un dije de una pequeña pluma, parecía ser de plata, pero él no estaba seguro de eso.  

Se quedó extrañado y por su espalda un escalofrió se hizo presente, esa sensación que hace años no tenia, la sensación del abrazo de la muerte. Tenía la sensación de conocer al sujeto, pero no recordaba a nadie como él.  

Su mejor amiga, Runo Cortez, también conocida como el Conejo mágico, título que se ganó en los teatros de toda Europa por sus asombrosas presentaciones de magia. Entro en el bar en ese justo momento de incomodidad, para nuestro joven escritor. No le tomo mucho tiempo divisar a su amigo, camino hasta el quitándose su sombrero de copa, lo dejo a un lado y a su lado, pidió una copa de vino y sonrió. 

Este no es lugar para usar un sombrero- Dijo Runo mientras tomaba un sorbo de su vino.  

Observo a su amigo incomodo y luego vio al extraño sujeto, empezó a sudar frio y sus nervios empezaron a hacerse notar, pareciera que ella lo conocía, pero no hacía mención de eso. 

El hombre empezó a cortejar a la hermosa pelirroja, el escritor celoso se levantó y camino hasta donde estaba este, antes de que pudiese decir o hacer algo, Runo lo tomo del brazo y lo jalo hasta él.  

Runo preocupada por lo que este planeaba hacer, dijo: 
No hagas una estupidez, ese hombre me da mala espina-Se notaba la seriedad en su voz y lo preocupante de la situación. 

El escritor suspiro, tomando en cuenta lo que su amiga dijo, decidió no hacer nada y regresarse a la barra para de esta manera hundirse en su trago, se quedó hablando con su amiga, hasta que el hombre se acercó a ellos, Runo se congelo por un segundo, estaba muy nerviosa y sus ojos cafés se tornaron de un hermoso color celeste, para continuar llevándose a su amigo fuera de este lugar. Caminando por la calle Runo menciono: 

-No quiero que vayas a intentar hacer algo contra ese hombre, no es una persona a la que te vayas a querer enfrentar – menciono con seriedad mientras se alejaban del bar – Es una persona que puede ser más peligrosa de lo que aparente, el trae la muerte encima – menciono cuando sus ojos se tornaron de un azul grisáceo.  

Esta no era la primera vez que observaba a su fiel amiga tan asustada por alguna persona, pero no dijo nada, solamente guardo silencio y se quedó con la intriga en su cabeza. Pasaron algunas horas caminando hasta que estos se separaron, Runo se fue a su casa mientras, pero él se quedó en las calles de Londres, pensando en la mujer que cautivaba sus pensamientos, el ambiente se tornaba cada vez más frio, normal en esas épocas del año, pero en ese justo momento en el que se percató del inclemente frio, por su espalda recorrido un escalofría que lo dejo paralizado, no podía moverse y el temor empezó a hacerse presente. Una extraña figura humana había aparecido a la distancia, no podía distinguir quien era, solamente se veía su silueta, pero de repente el brillo de sus ojos lo hizo recordar su infancia, esos ojos amarillentos, los mismos del asesino de sus familiares y todos sus amigos. En su rostro se observaba el miedo de verlo, pero a su vez sus puños se prensaron demostrando su ira. 

¿Qué quieres de mí? - dijo en voz tenue, tenía miedo de lo que podía pasar, pero no obtuvo ninguna respuesta.  

Un destello azul golpeo a la figura la cual se desvaneció, Malcolm cayó al suelo, su cuerpo se sentia tan pesado como una tonelada e acero, observando a su buena amiga segundos antes de perder la conciencia. 



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En el texto hay: misterio, odio, misterio y amistad

Editado: 25.08.2019

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