Si algo aprendí en mis veintiséis años es que el amor no paga las cuentas…
pero fingirlo sí.
—Abril, tu cliente de las siete canceló —avisó Mafe desde la recepción, masticando el chicle como si fuera un deporte de alto rendimiento—. Dice que su ex volvió con la esposa.
—Qué sorpresa —respondí sin levantar la vista del computador—. Otro que prefiere seguir mintiéndose.
Ella rió y dejó caer una carpeta sobre mi escritorio.
Tenía la portada negra y discreta, sin nombres, sin logos.
Nada delataba que dentro guardábamos la información más peculiar de la ciudad:
clientes desesperados por aparentar tener pareja.
Bienvenidos a Corazones Rentados, la agencia que salvaba apariencias desde 2015 y que jamás admitiría su existencia en voz alta.
Suspiré y abrí la carpeta del día. Unos cuantos clientes nuevos, otros recurrentes. Cenas familiares, eventos empresariales, bodas donde la tía soltera no quería verse “tan soltera”. Lo de siempre.
—¿Alguno urgente? —pregunté.
—Uno. Dejó esto para ti —dijo Mafe entregándome un sobre blanco, sin remitente.
Lo abrí.
Adentro había una tarjeta, escrita a mano con una letra impecablemente recta:
> Necesito una novia para este viernes.
Pago el doble.
Cero preguntas.
—D.M.
Fruncí el ceño.
—¿D.M.? —pregunté.
—No dejó más datos. Solo dijo que quería a la mejor de las acompañantes y que te eligió a ti.
Genial.
Un cliente misterioso, exigente y con dinero.
Exactamente lo que necesitaba para pagar las medicinas de mamá este mes.
Pero había un detalle:
los clientes misteriosos suelen pedir más de lo que pagan.
—¿Y qué sabe de él? —pregunté cruzando los brazos.
—Alto, elegante, trajeado… parecía sacado de una revista.
—¿Una revista de abogados o de villanos millonarios?
—De ambas.
Mafe hizo un gesto dramático y se recostó en la pared.
—En serio, Abril, este tipo daba vibras de “no me mires, que te compro”.
Rodé los ojos, pero una pequeña alarma se encendió dentro de mí. Me dedico a acompañar extraños desde hace tres años; sé leer gente con solo ver sus zapatos. Y la descripción sonaba a problemas envueltos en perfume caro.
—¿Dejó número?
—Sí, pero dijo que solo aceptaba mensaje. Que no contestaría llamadas.
Tomé aire.
La agencia tenía reglas claras:
no relaciones reales, no involucrarse emocionalmente, no repetir clientes problemáticos.
Pero también tenía otra regla no escrita:
cuando la situación en casa aprieta, no puedes darte el lujo de decir “no”.
Le envié un mensaje corto:
> Buenas noches. Soy Abril, su acompañante asignada. Necesito detalles del evento del viernes.
No pasaron ni cinco segundos cuando apareció el doble cheque azul.
Y luego, el mensaje:
> No es un evento. Es una presentación familiar.
Te necesito desde el viernes hasta el domingo.
Pago el triple.
Reglas estrictas.
Si aceptas, nos reunimos mañana.
—D.M.
¿Qué clase de persona necesitaba a una novia falsa durante tres días?
Antes de responder, Mafe soltó un chillido.
—¡Apri! ¡Dice “pago el triple”! ¿Sabes cuánto es eso?
Sí.
Lo sabía.
Era suficiente para cubrir el tratamiento de mamá por dos meses.
Tragué saliva.
Esto no era un trabajo más.
Este hombre no quería compañía.
Quería una actuación completa. Una novia convincente.
Una mentira con nombre propio.
Y lo peor es que, sin conocerlo, ya podía oler el problema que era.
Aun así, escribí:
> Acepto. Mañana nos vemos. Dígame la hora y el lugar.
La respuesta llegó casi al instante:
> 8:00 a.m. Hotel Morelli. Salón privado del piso 14.
No llegues tarde.
Morelli.
Ese apellido no era cualquiera.
—¿Apri? —dijo Mafe con los ojos como platos—. ¿Tú sabes quiénes son los Morelli?
Sí.
Lo sabía.
Una familia poderosa.
Rica.
Temida.
Y, según decían…
incapaz de amar sinceramente.
Cerré el teléfono. Mi corazón latía más rápido de lo normal.
Mafe me miró como si fuera a desmayarse.
—¿Vas a ir?
—Claro —respondí con una sonrisa falsa—. Al fin y al cabo… el corazón también se alquila.
Pero una parte de mí ya lo sabía:
Éste no sería un contrato como los demás.
Este cliente no sería uno más en la lista.
Y yo…
yo estaba a punto de cruzar una línea de la que no se regresa.
#4963 en Novela romántica
#1441 en Chick lit
#337 en Joven Adulto
romance contemporaneo, novia falsa/ contrato, drama y tensión emocional
Editado: 21.11.2025