(Narrado por Dante)
Abril no dijo nada cuando subimos las escaleras después de la discusión con mi madre.
Ni una palabra.
Ni un reproche.
Ni un “te lo dije”.
Solo caminó.
Y eso…
eso fue peor que cualquier reclamo.
Porque la conocía lo suficiente para saber que su silencio no era vacío.
Era contención.
Era guerra interna.
Era ella luchando contra algo que no quería admitir.
Al llegar al pasillo, extendí la mano para detenerla.
—Abril —dije, apenas rozando su brazo.
Ella se giró despacio.
Sus ojos no estaban fríos…
estaban heridos.
Y esa era una versión de ella que nunca pensé que vería.
—¿Qué? —preguntó en voz baja.
No supe cómo empezar.
—Lo que pasó abajo… —tragué saliva—. No debió afectarte así.
Sus labios temblaron un segundo.
Mínimo.
Invisible para cualquiera… menos para mí.
—No me afectó —mintió.
—Abril, por favor. No estamos actuando ahora.
Ella cerró los ojos un instante, respirando hondo.
—Dante, no puedo pelear contra tu familia. No es mi trabajo. No es mi vida. No es… —su voz se quebró—… no es mi lugar.
Ese “no es mi lugar” me atravesó como una bala.
—No vuelvas a decir eso —solté, más brusco de lo que quería.
Ella frunció el ceño.
—Pero es la verdad.
—No —negué, avanzando un paso—. La verdad es que te estás metiendo demasiado bajo mi piel y no sé cómo manejarlo.
Ahí lo dije.
El problema.
La raíz.
La confesión que llevaba días evitando.
Abril retrocedió un poco, como si mis palabras fueran una amenaza.
—Dante… no —susurró—. No mezcles las cosas.
—¿Crees que puedo separarlas? —mi voz salió áspera—. ¿Crees que puedo verte defenderme, protegerme, enfrentar a Arianna… y fingir que no siento nada?
Ella tragó saliva, apretando las manos a los costados.
—Eso no estaba en el contrato —dijo, casi en un susurro.
—Pues qué mal —respondí, acortando la distancia entre nosotros—. Porque ya pasó.
Su respiración se agitó.
La mía también.
Estábamos demasiado cerca.
Demasiado a punto de cruzar un límite que no tenía vuelta atrás.
—Dante… —dijo ella—. No hagas esto. No soy tu novia. No soy tu pareja. Solo estoy… temporalmente en tu vida.
—¿Temporal? —repetí, con una risa amarga—. Entonces explícame por qué no puedo dejar de pensar en ti.
Ella miró al piso.
No por vergüenza.
Por miedo.
—Porque estás vulnerable —respondió, tratando de convencerse—. Porque Arianna te revuelve. Porque tu familia te exige demasiado. Porque estás proyectando cosas en mí.
—¿Eso crees? —pregunté suavemente.
Ella no respondió.
—Mírame, Abril.
Lentamente, levantó la vista.
Y lo que encontré ahí…
fue la verdad que ambos intentábamos negar.
Deseo contenido.
Miedo.
Curiosidad.
Atracción peligrosa.
—Si esto fuera solo proyección —murmuré—, no te afectaría tanto.
Sus ojos brillaron.
Apenas.
—Dante… —susurró—. Por favor…
Cuando dijo “por favor”, algo dentro de mí cedió.
No era un rechazo.
Era un pedido.
Era ella tratando de salvarnos a los dos.
Yo di un paso atrás.
Forzándome.
Obligándome.
Como si cada músculo de mi cuerpo protestara por alejarme.
—Está bien —dije en voz ronca—. No voy a cruzar una línea que tú no quieras.
Abril asintió.
Despacio.
Como si cada movimiento le doliera.
Se giró hacia su habitación.
Pero antes de entrar, dijo:
—Dante… lo que pasó hoy… no fue culpa tuya.
Mentira.
Pero se lo permití.
—Descansa —murmuró ella.
Cerró la puerta.
Con cuidado.
Con suavidad.
Y yo me quedé en el pasillo…
tratando de recuperar el aire que ella acababa de quitarme.
Esa noche no dormí.
No pude.
Las palabras de Arianna.
La mirada de mi madre.
La contención de Abril.
Su respiración cerca.
Su voz quebrada.
Su cuerpo temblando cuando me acerqué demasiado.
Todo eso me mantuvo despierto.
Y cuando por fin amaneció, entendí algo:
A partir de ahora, no solo iba a tener que luchar contra Arianna.
También iba a tener que luchar contra mí mismo.
Porque mi mayor amenaza…
no era mi familia.
Ni las expectativas.
Ni el contrato.
Era el riesgo real, brutal y devastador…
de enamorarme de Abril sin permiso.
Y perderla cuando todo terminara.
#3196 en Novela romántica
#1008 en Chick lit
#147 en Joven Adulto
romance contemporaneo, novia falsa/ contrato, drama y tensión emocional
Editado: 27.11.2025