Sé Bien Lo Que Hice Este Verano

Capítulo VI: Sin Celos No Hay Paraíso

Aparentemente hay estudios que indican que el sexo lésbico es superior al sexo heterosexual; puede ser verdad, después de todo, quiénes los sustentan parecen ser investigadores serios en instituciones de renombre.

Por otro lado, me es casi imposible no pensar que hubo uno que otro fetichista haciendo que una universidad pague por sus gustos y al final lo justificaba todo como un asunto academico. De ser así, claro, es deplorable, pero como alguien miembro de una familia en la que el fraude es un segundo idioma, es casi, CASI admirable en algún tipo de nivel.

Pero, en todo caso, si eso era verdad... no lo fue aquella noche.

Ninguna de los dos deseaba mencionarlo, pero algo cambió; nos encontramos de espaldas, poniendo de vuelta en su lugar las prendas de ropa que en un instante de pasión botamos como basura. Y por el modo en que nos estabamos vistiendo, casi se sentía que estabamos buscando algo que no debimos tirar en un contenedor de desperdicios.

—¿Así que... nos vemos mañana? —Jo me preguntó, al tiempo que noté como se colocaba de vuelta la blusa con la que llegó a mi hogar.

—Sí, sí, p-por supuesto...

Aquello no podía ser más incómodo... hasta que lo fue.

—Vamos a intentar esa nueva posición que vimos en internet y... —dijo mi primo abriendo la puerta de mi cuarto—. ¿Eh, Harry?

—¡Jake! —grité, asustada, apresurándome a subirme los pantalones que pocos segundos antes todavía se encontraban a la altura de mis tobillos—. ¿¡Q-qué haces aquí!?

—Aquí vivo —contestó—. ¿Y... trajiste a tu amiguita?

—¡Hola señor Sabroso! —mi Jo exclamó, extendiendo su mano.

—Zabrocki.

—¡Zabrocki! ¡Sí, eso!

—¿Qué haces tan temprano de todas maneras por aquí? —pregunté—. ¿No dijiste que estarías con tu novia?

—¿Jake, todo bien? —Y Allyson se posó a lado de Jake, en la puerta del cuarto—. Oh... oh, ¿estaban ocupadas?

—¡No, no! —la rubia y yo exclamamos —. ¡Sólo estabamos...!

—¿Haciendo la tarea? —mi maestra (santo cielo, MI MAESTRA ME VIO DESPUÉS DE FOLLAR) preguntó—. Porque sé que el pasar a un nuevo año puede ser difícil pero... no creo que sea suficiente como para hacer sudar a nadie.

Toqué mi frente; en efecto, estaba empapada. Eché un vistazo, y el rostro de Josephine también. Aunque francamente, no sabía distinguir si era a causa de la calentura previa, o de la presión de los ojos ajenos. 

—Mira, Harry, realmente no es lo mío —Jake comenzó a hablar—, o bueno... no fuera de ciertos sitios web, pero no es algo que critique, vea como algo malo o me importe siquiera; sólo, para la próxima, no olvides cerrar la puerta con llave.

—Creo que mejor me voy —Jo me dijo—. F-fue... un placer verlos y... ¡me voy!

No era bonito estar ahí. ¿Qué tiene de raro que tu primo y tu profe estuvieran a punto de verte a tu novia y a ti en el tango horizontal?

Ugh, ¿no odian cuándo algunas preguntas se contestan solas?

Ni siquiera me dio un beso de despedida; sólo tomó su mochila al hombre, y salió de mi hogar, para jamás verla otra vez...

...nah, eso hubiera sido demasiado, pero, SÍ fue extraño. ¿Por qué? Miren, ella y yo nos compenetramos muy buen cuando se trata de rozar nuestras curvas las unas con las otras porque, pss, ese estudio debe tener algo de cierto. Esa tarde-noche, por otro lado, no fue así.

¿La mecánica? En forma. ¿Las jugadoras? Listas. ¿Las analogías mal pensadas? Preparadas como pajaritos a punto de volar por primera vez.

Pero hubo un nombre que no pude sacar de mi cabeza, excepto que lo hice, y salió de parte de mis labios.

—Levi... —dije, o más bien, murmuré, entre el constante intercambio de brillo labial entre Josephine y yo.

Hubiera puesto en la mesa de apuestas mi alma a cambio de que la rubia no hiciera un gran escándalo al respecto.

Pero, ahí me di cuenta que mi alma no alcanzaba para la oferta miníma.

—Espera —dijo, tras separar su boca de la mía—. ¿Dijiste algo?

—¿Eh? ¿Lo hice?

—Me sonó como... "¿Lety?"

—¿Lety? —no lo fue, pero vaya que se acercó—. ¡No, para nada!

—Pues... no conozco a nadie con ese nombre, ¿pero... tú sí?

Genial: ahora no sólo sospechaba que le era infiel, sino que lo hacía con la persona equivocada; podré ser de actitudes retorcidas, ¡pero al menos si me llega a despreciar que me desprecie por quién sí soy!

—Lo que dije en realidad —intenté encontrarme con una salida de ese atolladero a base de alguna mentira ingeniosa —, fue Ljubav.

—¿Perdón?

—Sí, eso es... la palabra serbia para "amor"; ya sabes, eres mi amor, moja ljubav.

—¿Eso... es verdad?

—¿Quieres revisar Google? ¡Yo misma revisaré por ti incluso! —me levanté y busqué mi celular, a lado de la cama.



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En el texto hay: humor, lesbianismo, romance

Editado: 01.09.2018

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