Se Paciente Conmigo |terminada|

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ELIZABETH AYDIN

"... Y cuando al fin estemos juntos los dos

Qué importa qué dirán tu padre y tu mamá

Aquí sólo importa nuestro amor, te quiero.

Amor prohibido murmuran por las calles

Porque somos de distintas sociedades

Amor prohibido nos dice todo el mundo

El dinero no importa en ti y en mí, ni en el corazón

Oh, oh baby..."

Voy cantando casi en un susurro mi canción favorita en español, pues no quiero que me tachen de loca. Cantar me ayuda a olvidar un poco la situación con Emir, aunque casi todo me recuerda a él. Aunque no lo ame, él ha sido una de las pocas personas que me ha demostrado algo de cariño.

«Tal vez eso es lo que más extraño»

Han pasado 4 días desde que nos tomamos un tiempo y como dijo, no me ha buscado ni ha llamado directamente. Sin embargo, si se ha comunicado con mis padres porque el mismo día que pasó todo, llegaron a casa y me castigaron, lo peor de todo es que aún no se curan las heridas de los azotes que me dieron en la espalda.

Ese día fue horrible, todos en casa me trataron tan mal que los golpes no se comparan en nada a las palabras que estos me dijeron, ni siquiera me dejaron explicarme bien cuando los primeros azotes llegaron junto con frases como "Eres una cualquiera", "¿Acaso estás engañando al pobre Emir?". y muchas más que se enfocaron solo en Emir, nunca me preguntaron el porqué de mi decisión.

Intentaron hacerme llamarlo para retractarme, pero por increíble que parezca, mi hermana Isadora les dijo que no era necesario que yo regrese en este momento con Emir y que por algo debí haber tomado esa decisión. Después de eso me dejaron en paz, pero por los azotes que recibí no pude levantarme al día siguiente por lo que falté al voluntariado, pero hoy no pensaba seguir en casa, aún cuando las heridas no han sanado completamente.

Cuando voy llegando al voluntariado veo el cartel que dice "Honeycomb", por lo que empiezo a guardar mi walkman en la maleta porque sería el colmo que lo pierda. Mientras entro a una de las aulas donde recibimos las diferentes charlas que el voluntariado nos proporciona, siento que la mirada de todos está sobre mí y no me gusta. Odio ser el centro de atención, porque cuando lo soy siempre me ruborizo y empiezo a trabarme al hablar

«Solo sigue tu camino y no regreses a ver»

Espero que solo sean ideas mías y no sea por una razón específica por la que me están mirando, bueno, en especial espero que no se hayan enterado de lo que pasó con Emir, porque eso me traería serios problemas, incluso me podrían desterrar del pueblo por esa idea absurda de la cual en este mismo momento me estoy arrepintiendo.

Cuando me siento en el lugar más alejado del aula, de inmediato entra una de las coordinadoras haciendo que la atención de todos se dirija hacia ella, lo cual agradezco. Apenas nos dan las indicaciones de las actividades que realizaremos hoy salgo de inmediato del aula pues necesito encontrar mis herramientas para ir a plantar árboles junto con mi grupo.

Cuando ya estoy lista, me formo junto con otros compañeros en la salida de Honeycomb pues nos deben decir donde debemos plantar estos árboles.

—Hoy los 5 grupos irán a diferentes partes del pueblo, empezamos con el grupo 1 que al ser el más numeroso se encargará de la franja divisoria de la carretera principal en la entrada del pueblo Les pido que tengan mucho cuidado porque estos días hemos tenido muchos autos desconocidos que quieren entrar al pueblo y puede ser muy peligroso sobre todo para las mujeres, así que, por favor chicos, cuiden mucho de las chicas, ya pueden irse.

Apenas nos manda la coordinadora sigo a los chicos y como siempre todos arman sus grupos y van hablando o jugando mientras nos dirigimos a nuestro destino, yo en cambio, solo me limito a sacar mi walkman para ir escuchando música porque incluso si quisiera integrarme a la conversación de cualquiera de estos grupos, se que me harán de lado, ya lo he intentado varias veces y siempre me rechazan.

«¿Será por mi torpeza? ¿Qué hice mal para que nadie me hable?»

Cuando ya íbamos casi por la mitad del camino, siento que alguien toca mi hombro y me exalto pues estaba muy concentrada en la música. Apenas me doy la vuelta a ver de quién se trata. veo que es Max y de inmediato me quito los audífonos pues hoy lo han designado como encargado de nuestro grupo y tal vez quiere decirme algo importante.

— Lo siento ¿Me dijiste algo? No te escuché por los audífonos. —Trato de explicarme y no sonar nerviosa.

— Oh no, solo quería hablar contigo en lo que llegamos a nuestro destino, ¿Cómo estás?.

«Ok, esto es muy raro, ¿Acaso está entablando una conversación conmigo?»

— B-bien Mmmm, ¿Necesitas algo? ¿Hice algo malo? — Digo preocupada.

— No, claro que no, como te dije solo quiero hablar en lo que llegamos. — Lo veo dudar antes de seguir hablando, pero al final lo hace. — ¿Y bien?... ¿Lo que dicen en el pueblo es verdad? — Me mira expectante.

«Oh no, por favor que no sea lo que pienso.»

— ¿Qué dicen en el pueblo? Es que no salgo mucho de casa y no suelo enterarme de nada.

— Que el jefe Emir y tú se tomaron un tiempo en su relación o algo así, yo preferí preguntarte, porque no suelo creer mucho en los rumores del pueblo.

« Vaya, así que solo me habló por eso, me siento algo decepcionada. »

— No quiero sonar grosera, pero eso es algo que solo nos compete a Emir y a mí, incluso si es o no verdad, así que si no te molesta quisiera que no hablemos de ese tema. — Intento ponerme los audífonos nuevamente, pero me detiene.

— No claro que no eres grosera, solo pensaba que al ser reales los rumores, yo podría ser tu amigo porque no habría problemas con el jefe Emir, pero si no lo son no te preocupes y espero no le digas nada de esto al jefe. — Suena nervioso.




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