Se Paciente Conmigo |terminada|

10

ELIZABETH AYDIN

"...Todas las promesas de mi amor se irán contigo

Me olvidarás

Me olvidarás

Junto a la estación hoy lloraré igual que un niño

Porque te vas

Porque te..."

— ¡Elizabeth! — Siento unos brazos rodear mi cintura.

— ¡Ah! — intento zafarme desesperada.

— Tranquila, tranquila, soy yo, George — me suelta.

— ¡¿Por qué haces eso?! Casi muero del susto. — Suelto el tejido que estaba haciendo.

Mi hermano empieza a reír a carcajadas y después de un momento también lo acompaño.

— Ya, ya, déjate de burlar, por cierto, ¿No deberías estar en la fábrica con papá?

— Debería, pero papá me mandó temprano, según él, le llegaron rumores de que te habían visto esta tarde con dos tipos en la casa, y me mandó para vigilarte, pero no le creí — abro los ojos — espera... ¿Es verdad?

— Si y no, pero déjame explicarte por favor — asiente.

Empiezo a contarle cada cosa que me dijeron sobre el trabajo, sin embargo, omito un poco la explicación que me dieron sobre las tradiciones en la ciudad, porque pienso que no es el momento para sacarle información sobre eso. Él me escucha atentamente y solo espero que no piense mal de mí, porque odiaría que él dude de mí y empiece a tratarme como mis padres.

— Entonces ¿Qué piensas? ¿Hice mal verdad? — golpeo mi cabeza —, soy una tonta.

— Detente, no hiciste mal, pero debiste haber tenido más cuidado. — acuna mi cara en sus manos — Tu no los conoces y pudieron haberte hecho algo... Malo. — Asiento.

— ¿Y con respecto a...?

— Lo del trabajo que te ofrecieron me parece muy raro, es algo que no tiene mucho sentido. Y tal vez sea mentira, lo siento Eli, tal vez solo estaban bromeando.

— Pero dijeron que vendrían a hablar con nuestros padres ¿No crees que eso estaría de más si fuera una broma?

— No lo sé Eli, pero si vienen a hablar ¿Vas a aceptar el trabajo?

— ¿Por qué no? Total, paso siempre aburrida en casa todos los días y eso sería una distracción para mí.

— Tienes razón, pero...

Escuchamos que abren la puerta y de inmediato escuchamos a todos entrar mientras hablan y ríen a carcajadas. Cuando nos ven en la sala, su actitud cambia drásticamente.

— Tienes que contarles, porque si vienen en verdad esos tipos, mis padres podrían castigarte— susurra George en mi oído — y no podría ayudarte esta vez.

— Madre, ¿Escuchaste los nuevos rumores sobre Elizabeth? — dice Issadora mientras se acerca — ¿No crees que ahora sí te pasaste? Mira que traer dos hombres a casa...

— Cállate Issadora, no sabes nada y Elizabeth ya me contó que hacían esos tipos aquí.

— ¡Así que es verdad que esta cualquiera trajo a dos hombres a mi casa! — Grita mi madre.

— ¡Se calman! ahora mismo se sientan y escuchan lo que Elizabeth tiene que decir, de seguro después de eso dejarán de creer en esos malditos chismes de pueblo. — Interfiere George y todos obedecen.

Nuevamente empiezo a relatar todo lo que Baadir y Ahmed me ofrecieron. Mientras lo hago, veo a mis dos hermanas y madre rodar los ojos y reír entre ellas. Mi padre en cambio se limita a escuchar junto con mi sobrino, cuñado y hermano. No demoro mucho en contarles todo, incluido el hecho de que vendrán a hablar con todos en las próximas horas.

— ¿Y piensas que inventando esta estúpida historia te vamos a creer? — bufa mi madre —, pensé que eras más inteligente y podrías inventarte una buena historia que justifique tus actos impuros, pero ya veo que no. — Se levanta.

— No me estoy inventando nada, ellos vinieron a ofrecerme ese trabajo en realidad y cuando vengan a hablar con ...

— Si claro, de seguro vinieron exactamente a nuestra casa para ofrecerte un trabajo especialmente a ti — ríe Issadora y Charlotte le sigue — qué coincidencia ¿No, hermanita?

— En realidad... no es coincidencia, ellos ya conocían la casa.

— ¿Cómo que ya conocían la casa? — se acerca mi padre — ¿Cuántas veces has traído a esos hombres a la casa? — Me toma de los hombros, haciéndome daño.

— Abuelito, no le hagas daño a Eli — lo empuja mi sobrino, haciendo que me suelte — así no se trata a las mujeres.

— ¡Esteban! sube a tu habitación y no bajes hasta que te lo ordene — Charlotte mira a Doruk— cariño ¿Puedes llevarlo y quedarte con él? — él asiente y de inmediato toda la atención vuelve a centrarse en mí.

— Yo no hice nada malo y si no me creen, ellos vendrán más tarde y ...

— Si, si, ya nos lo dijiste, y en caso de que sea verdad la maravillosa propuesta de trabajo que te ofrecieron, no lo aceptarás. — sentencia mi madre.

— ¿P-pero por qué? Ellos quieren que yo sea parte del libro, es algo que quiero hacer.

— Es algo que quieres, pero no puedes hacer, ¿Acaso no te das cuenta? —no respondo — todos en esta casa tienen una vida más interesante que la tuya ¿Por qué habrías de contar la tuya? eres tan insignificante y buena para nada, que de seguro arruinas el libro apenas comience.

«No llores, no llores.»

— Y-yo les dije lo mismo, aun así, dijeron que me querían para plasmar mi historia en el libro, podría intentarlo y ...

— Ni lo pienses, — abraza a mi hermana — tu hermana Issadora será la que obtenga ese trabajo, ella si tiene una vida interesante que podría hacer ese libro interesante ¿No es así cariño? — besa su cabeza.

— Si mamá, quién sabe y me vuelva famosa — se levanta emocionada — podría incluso ir a la ciudad ¿Se imaginan?

— Claro que si hermanita — la abraza Charlotte — serás tan famosa que incluso podrás salir de este pequeño infierno.

— Está decidido — se levanta mi madre para unirse a mis hermanas en el abrazo — Issadora será nuestra futura estrella, mi pequeña nos sacará de este infierno.

De inmediato salen las tres de la sala, mientras hablan de las cosas que podría contar en el libro Issadora. Mi padre y hermano se quedan aún en la sala mirándome y comprendo que no harán nada para ayudarme.




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