Se Paciente Conmigo |terminada|

14

ELIZABETH AYDIN

Nuevamente mi familia ni siquiera me regresa a ver cuando salen de casa, siguen enojados por todo el asunto del libro, o eso quiero creer. Lo único que me alegra, es saber que George ya no lo está y todo gracias a mi comida y a la ayuda de esas dos personas que se están volviendo grandes amigos para mí.

— Eli, hoy no voy a venir a la hora del almuerzo, ayer me quedó claro que puedo dejarte con Baadir y Ahmed sin ningún problema, solo pórtate bien y ya sabes, cualquier cosa que pase me dices — me besa en la frente — ¿Si cariño?

— Claro que si herma… — frunce el ceño — claro George.

— Bueno, ahora me voy porque se me hace más tarde y papá ni siquiera quiso esperarme para poder justificarme en la fábrica.

— Si corre, que se te hace tarde — se da la vuelta — Por cierto, no olvides comer la comida de la lonchera, en la noche me cuentas si te gustó.

No me responde, pero lo veo asentir con la cabeza antes de dar media vuelta y marcharse.

Hoy va a ser un día un poco peculiar y tal vez problemático, porque debo llevar a Baadir y a Ahmed al voluntariado, lo cual generará nuevos chismes en el pueblo y eso me tienen un poco aterrada, aunque ayer les expliqué a mis padres eso y como era de esperarse, no me respondieron, pero creo que me comprendieron que si hay un nuevo chisme no será culpa mía.

Para no demorarme más, empiezo a hacer los quehaceres del hogar y no tardo tanto o así lo percibo yo, porque mientras lo hago, escucho mi nueva música en el walkman con los casetes que me regaló Ahmed, los cuales sin duda me sirvieron demasiado porque quería grabar más canciones y no tenía en dónde, pero ahora hasta me sobran casetes.

Como siempre, a eso de las 9 am me tomo mi primer descanso porque la mayoría de los quehaceres de la casa están completamente hechos, por lo que me siento un momento en el sofá y trato de relajarme. Pero a penas lo hago, mi relajación se ve interrumpida por unos golpes demasiado fuerte en la puerta principal.

«Que no sea Emir, que no sea Emir…» 

Para evitar otra posible escena como ayer «Y porque le tengo miedo a Emir», decido solo abrir una ventana de la sala para ver quien es. Cuando lo hago tanto él como yo nos quedamos mirando y noto que su mirada se encuentra como ayer, llena de furia.

— ¡Maldita sea Elizabeth, ábreme la puerta!

— N-no, estás enojado y no quiero que me hagas lo mismo que ayer, primero cálmate porf…

— No estoy para juegos — se acerca a la ventana — ¡Oh, ya sé! No me digas que estás con esos hombres ahí adentro. — no respondo por miedo— Lo sabía, sabía que eras una cualquiera, pensé que los chismes del pueblo eran mentira, pero ya veo que no, eres una maldita impura que… 

— ¡Qué te pasa! Yo no soy una cualquiera, y no estoy con alguien aquí, porque de estarlo…

— ¿Qué? ¿Los mandarías a golpearme como ayer? — ríe irónico — o mejor, ¿Por qué no le dices a tu amante que llame nuevamente a mi superior? — bufa — De seguro ambos gozaron con lo que hicieron, no sabes en el maldito problema en el que me metiste.

— Yo no hice nada, él me ayudó ayer y …

— ¡Y ni siquiera niegas que es tu amante! — se acerca a los barrotes de la ventana y trata de atrapar mi cabello, pero solo logra tomarme del brazo.

— Suéltame, me lastimas — trato de zafarme.

— Lo que tú y tu amante me hicieron es más de lo que estás sintiendo, así que abre la maldita puerta y déjame entrar, si no quieres que…

— ¡¿Si no qué?! Suéltala ahora mismo si no quieres que esto acabe muy mal. — Grita Ahmed y casi siento que el alma regresa a mi cuerpo.

Veo como Ahmed se acerca muy enojado a Emir y este al centrarse en la cercanía de su oponente me suelta al fin.

— ¡¿Y tú quién carajos eres?! — espeta enojado — Ah, no me digas, no me digas, eres el otro amante de esta pu…

— Terminas esa oración y créeme que lo que hizo ayer Baadir, no será nada en comparación a lo que haré yo, así que piensa muy bien antes de hablar.

Emir no es tonto, y aunque no sea verdad lo que dice Ahmed, él se aleja y lo noto calmarse, o bueno, finge que lo hace.

— Lo siento, estaba un poco ofuscado por lo que tu amigo hizo ayer, por lo que vine con la cabeza caliente, en verdad lo siento, entonces — respira profundo y dice con calma — ¿Qué haces aquí?

«Me preocupa sus cambios de humor.» 

— No te importa lo que haga o deje de hacer, ahora, ¿Puedes largarte de aquí? O necesitas un nuevo escarmiento para saber que a Sul …  — me mira y niego inmediatamente — a Elizabeth u otra mujer no le debes poner un dedo encima.

— Está bien, ya vendré a hablar con ella con más calma para la próxima … 

— No habrá próxima vez, si quieres hablar con ella tendrás que hacerlo frente a su hermano, o de ser necesario frente a Baadir y yo.

— No entiendo ¿Por qué habría de hacerlo? Yo soy su novio y … 

— Ya cállate, sé que eres su novio, pero tal vez no te han informado los padres de Elizabeth el trabajo que estamos haciendo y lo que ellos firmaron ¿Verdad?

— No, pero podrías explicarme, porque creo que te estás tomando atribuciones que no te corresponden.

— Bueno, no estoy de humor para explicarte, así que ve y pregúntales a tus futuros suegros — lo mira con arrogancia — ¡Pero ya! — chasquea los dedos.

Antes de irse, Emir me regresa a ver y entiendo lo que quiere decir solo con la mirada.

«Estoy muerta, ahora si estoy muerta.» 

Inmediatamente después de que Emir da la vuelta en una esquina, siento que mis pulmones se vuelven a llenar de aire y me dirijo a abrirle la puerta a mi salvador de hoy. Apenas lo hago, este entra y me toma del brazo para acercarme a él y de manera minuciosa lo noto inspeccionarme de pies a cabeza.

— ¿Estás bien? ¿No te hizo algo más? ¿Por qué abriste la ventana? Debiste … — Dice demasiado rápido.




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