BAADIR GIRAY
«Tranquilo, ella no es tu problema, ella no es tu problema, ella no es…, si, si lo es.»
Trato de tranquilizarme, pero no puedo, cada vez que cierro los ojos veo lo que ese imbécil le hizo y lo comparo con lo que me hizo. Estoy seguro de que ese animal sería capaz de hacerle lo mismo que a mí, hoy me lo demostró y aun así no hice nada, como un maldito cobarde.
«Solo espero que el otro incompetente llegue pronto.»
Mandé a Kiral a traer mi paquete, pero ya se ha demorado demasiado y estoy tentado a salir a buscarlo yo mismo. La cocaína sería lo único que puede hacerme olvidar un poco este mal momento. Kiral sabe muy bien cómo conseguirlo, siempre me lo conseguía cuando trabajaba para mí y nunca tuve problemas y espero no tenerlos ahora.
Apenas escucho la puerta de la entrada ser abierta, mi corazón empieza a latir más rápido y siento algo de alivio al saber que pronto me olvidaré de todo lo que ha estado rondando en mi cabeza desde que llegué.
—Señor, lamento la demora el proveedor no pudo… —le arrebato el paquete de las manos desesperado.
—No me interesa nada, ahora puedes marcharte, déjame solo y ya sabes —lo amenazo con el dedo—, no me molestes para nada.
«Debo preguntarle, debo saber qué más pasó»
—¡Espera! —digo antes de que se vaya—, cuéntame ¿Qué pasó en la fiesta de compromiso?
—Oh, todo fue muy bonito, la pareja se comprometió y todos estábamos muy felices por ellos, aunque… —lo veo debatirse internamente.
—¿Qué pasó? Cuéntame todo. —digo desesperado por recibir información.
—La verdad no quiero ser indiscreto, pero parecía que Eli no quería comprometerse —sacude la cabeza—, pero debí malinterpretar las cosas, de seguro solo estaba en shock por la sorpresa.
—Si…, seguro, pero después de que desaparecieron por un momento ¿Qué pasó cuando regresaron?
—¿Usted cómo sabe que desaparecieron? ¡¿Estaba ahí y no me dijo?! —esboza una sonrisa.
—¡No estaba ahí, solo responde! —se encoge.
—E-está bien —levanta las manos en son de paz—, cuando regresaron, Emir dijo que Eli estaba muy cansada y la mandó a dormir. Nosotros nos quedamos más tiempo festejando con él, pero como usted me dijo que regresara rápido, me salí de la fiesta antes de que terminaran. De seguro siguen festejando.
«Maldito, Emir es un maldito y yo soy un imbécil.»
—Está bien, ahora vete, ya sabes cómo funciona esto, así que espero no me molestes.
—Pero, si llama su padre…
—¡No me interesa! Le inventas una excusa, pero no quiero saber nada de nadie ¡Lárgate!
No dice más y se va. Conoce las consecuencias si sigue insistiendo.
Saco de su envoltorio la sustancia que me ayudará a olvidarme de todo y la empiezo a acomodar para poder inhalarla. Me demoro un poco porque he perdido algo de práctica, pero al final termino haciendo unas líneas perfectas.
«Inhala Baadir, sólo así podrás calmarte»
Después de un tiempo empieza a hacer efecto y todo a mi alrededor se empieza a tornar más ligero, desde el ambiente hasta mis pensamientos. Lastimosamente el efecto no dura tanto tiempo, por lo que sigo inhalando unas cuantas líneas más cada vez que siento que el efecto disminuye.
Durante todo ese tiempo me siento feliz, nada me importa, incluso la estúpida venganza deja de importarme.
No llevo la cuenta exacta de cuántas veces he inhalado la cocaína, pero después de un tiempo, me doy cuenta de que debo parar si no quiero llegar a una sobredosis. Y es en este punto, cuando dejo de drogarme, que nuevamente los recuerdos y esa voz de mi conciencia empieza a tomar más poder, como si en verdad fuera otra persona la que vive juzgando todas mis acciones en mi mente, me atormenta, pero no puedo hacer nada para callarla.
«Eres un cobarde Baadir, deberías morir de una buena vez por una intoxicación, morirías feliz.»
—Si… deberías morir ahora, ¡Deberías hacerlo Baadir! —empiezo a reír—, Ya nada importa, has perdido el respeto de tu padre y la chica que quieres ahora sufre por tu culpa.
«¡Yo no dije eso! Ella no puede gustarme…, no puede.»
En ese trance en el que no se si mi conciencia es la que articula las palabras o es algún ente que me desea la muerte en voz alta, empiezo a recordar lo que hablé con el papá de “Mi abejita”.
«Debiste hacerle caso…»
“—Dígame señor ¿En qué puedo ayudarle?
—Yo-yo, sé que quieres a mi hija, te escuché decírselo claramente ese día… —habla muy rápido en turco—, llévatela, te ayudaré a escapar con ella.
—No entiendo ¿Qué pasa señor? ¿Por qué me pide eso? —respondo en turco.
—Emir le propondrá matrimonio a mi hija hoy mismo, así que no me hagas perder más tiempo ¿Te la llevarás o no? —suena desesperado— Ya te dije que te ayudaré a escapar con ella, no tendrás problema alguno.
Ya lo sabía, Emir ya me lo había dicho. Y a pesar de que no quisiera que Eli se comprometa con él, debe hacerlo, sino todos mis planes se irán a la basura y no pienso permitirlo. Primero está mi venganza y luego ella.
—Lo entiendo señor —trato de sonar afligido—, pero…
—¿Pero? ¿¡Quieres o no a mi hija!? —Se acerca amenazante.
—¡Claro que la quiero! Y por eso debo dejar que ella decida si quiere irse conmigo o quedarse con Emir, no pienso obligarla a irse conmigo si no es su deseo.
Editado: 21.05.2022