Sé que es mejor para ti.

Capítulo 8. El descubrimiento. Elvira.

Tan pronto como se fue, me puse a trabajar o, mejor dicho, a investigar. Me di cuenta de que mi ahijado estaba jugando estúpidamente durante todo el tiempo en lugar de cuidar de su madre. "¡Qué monstruo de egoísta crio Olga!" – pensé.

 Por supuesto, no soy realmente una informática, ni hacker, pero mi trabajo requería una comunicación constante y cercana con una computadora. Leo cambió las contraseñas, o puso algo, que no pude entrar en su correo, ni en los archivos, pero dejo abierto el juego, y con la ayuda de su perfil, pude entrar en sus redes sociales.

  Resultó que Leo no era tan tonto, como pensé al principio. En todas las comunidades tenía bastantes suscriptores y seguidores, pero, parece, que no sabía cómo venderse o simplemente no quería. No había ni una sola foto de él por ningún lado, en las redes era más cuidadoso sobre su vida pública, que el presidente de Estados Unidos. De repente apareció un mensaje en el chat de juego. Por supuesto, que no fue bueno abrir las cartas de otras personas, pero estaba a favor de una buena causa. Necesitaba saber más de él, para saber cómo ayudarle.

“Hola, Astro, ¿conociste a tu tía?” - Leí un mensaje de una niña llamada “Princesa Leia”. ¡Oh, esos apodos tan románticos y cursis!

“¡Vaya, le habló de mí, así que tienen una relación cercana!” - pensé y abrí la página de esta extraña “Princesa”.

En su página me deslumbraron muchas fotos de calidad casera de ella con sus amigas y en solitario, unas viñetas de gatitos y perritos, frases románticas, llenas de lágrimas e impresionantes modelos de ropa, que me sorprendieron, por eso pensé, que las sacaba de alguna revista de moda, pero la chica era muy bonita. Mi ahijado tenía buen gusto.

"¡Astro! ¿Por qué no contestas?" - llegó otro mensaje de ella. Ahora entendí por qué leo no subió sus fotos. Su apodo romántico y algo misterioso "Astro" no encajaba de ninguna manera con su apariencia de patán. "Está bien, que él entienda eso, lo único que necesito, es empujarlo un poco," – pensé, cerrando las ventanas. - "Si es tan buen programador, entenderá enseguida que yo estuve investigando aquí y se enfadaría."

Salí de su habitación y fui a la cocina. Leo, como un rayo, entró en su habitación.

- ¿Ahora entiendes por qué estoy tan preocupada por él? – Susurró Olga.

- Sí, será muy difícil, pero no imposible. Yo los tuve aún más duros y salí ganando. Créeme, todo va a estar bien con él. No te preocupes por él, piensa en tu salud, querida prima. Por cierto, quería hablar con tu médico.

- ¿Para qué?

- Porque quería mandar tu informe a un buen medico en Los Ángeles, que encontré especial para ti.

- No hay nada que hacer. Tampoco voy a Estados Unidos. Por cierto, mi medico está de vacaciones. – negó ella.

- No te preocupes, yo te ayudaré, no estarás sola, te prometo, y juntos podemos con todo. - sonreí, la abracé y me fui a la cama, porque mis fuerzas me abandonaron. En casi sueño escuché al ahijado rogar a su madre, que enviara de vuelta a América esa espía de FBI, o sea a mí. Me sonreí y dormí plácidamente.

Me desperté justo, cuando todos dormían. ¡Malditos usos horarios! Eran dos de la madrugada. Era muy temprano, o muy tarde. No sabía qué hacer, deambulaba por la casa, mirando los arreglos que hizo Olga, después tomé un café, saqué el teléfono y hablé un poco con Megan, En la agencia estaba todo bien y comencé a buscar toda la información sobre el tema de la enfermedad de mi prima.

 Ella me pidió, que no le dijera nada a Leo, no quería preocuparle. Mamá también escondía su estado de la enfermedad hasta el final, para que mi papá y yo no nos preocupáramos, pero esta no era una opción. Ahora nosotros todos juntos debemos luchar contra esta dura enfermedad.

Resultó, que en nuestra pequeña ciudad no había especialista que necesitaba, pero un médico que trataba este tipo de enfermedades y, según las revisiones, era muy buen especialista, por razones incomprensibles, hacia las consultas en nuestro centro de salud un día a la semana, aunque su clínica privada estaba en Roma, a cien kilómetros de aquí.

Apunté todos los datos sobre él y decidí ir al centro de salud mañana temprano o, mejor dicho, hoy, porque era el día adecuado para hablar con él, tenía consulta en nuestra ciudad. Aunque no tenía informe de mi prima, pensaba conseguir una consulta para ella en su clínica.

Mientras esperaba la hora adecuada para salir de casa, empecé a buscar toda la información sobre ella. Entrando en la página oficial de su clínica, vi una foto de Davide Carmona, el cirujano más prometedor del país y un hombre tremendamente atractivo. Por eso fui a deshacer la maleta, pensando en que ropa sería mejor presentarme delante de este doctor muy serio. Tenía que atráelo a mis dominios. ¿Aun no sabía para qué? O por mí  o, por mi prima.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.