Sé que es mejor para ti.

Capitulo 44. El “abogado”. Elvira.

Lo primero que hice, era llamar a la embajada, para conseguir la cita para Leo. Era imposible. La cita más próxima era para la semana que viene. No tenía nada que hacer, por eso llamé a Megan.

- Tengo un problema con la embajada. Recuerdas, que trabajamos con la mujer del embajador de Francia. ¿Se puede comunicarme con ella? – pregunté.

- Dame unas horas, aquí estamos de noche y no podré hacer nada, - exclamó ella, - pero no te preocupes, encontraré la manera de conseguir la cita para la tarde. – dijo ella.

- Gracias, cariño, - respondí, sintiéndome como una tonta.

Mientras estaba hablando con Megan, Leo ya preparó el café y tostas.

- Descargué un poco aquí de las escuchas. El micrófono lo dejaste en un sitio no muy frecuentado. – dijo, echando me el café en la taza.

-Perdón, lo dejé, donde pude. - comenté sarcásticamente.

-Bueno, vamos a escuchar, - sugirió.

- No, espera, primero, tomaremos el café y desayunamos, y luego no olvides que tienes que ir a entrenarse, - lo detuve.

- ¿Qué hay de Embajada? - preguntó.

- Por ahora nada. Tenemos que esperar las acciones de Megan. Pero no te preocupes, ella conseguirá la cita para la tarde. – le tranquilicé.

- Entonces tendremos tiempo para escuchar estos diez megas de grabación. Porque tengo muchas ganas de saber sobre que hablaron. – dijo él entusiasmado.

Yo al contrario no tenía ningún deseo particular de involucrarme con la mafia italiana, pero no quería discutir con mi ahijado. Se puede decir, que él por primera vez en su vida mostraba entusiasmo y no era parte de mis planes romper tales inclinaciones de raíz, así que después del desayuno, me senté con él frente a la computadora.

Al principio yo de nuevo miré la foto, que le dio su amigo policía. No había ninguna duda. Ese hombre era Jacobo Massini, al quien conocí ayer en la cena en casa de Victoria.

En ese momento recordé lo que Fabi me contó sobre su padre. Davide era el hijo ilegítimo de algún "Calabrés". Ahora miré con interés la fotografía de este mafioso, buscando algún parecido con el médico, pero no encontré nada. Eran completamente diferentes, y luego Leo encendió la grabación del micrófono, que deje en casa de Victoria.

"- ¡Fuera de aquí! ¡Rápido!" - Escuché la voz del abogado, solo que ahora era áspera y maleducada. Luego escuche el sonido de tacones por el suelo y el ruido de la puerta cerrándose de golpe. Después un sonido raro, como pitidos.

"- ¡La vi! Sí, seguro que es ella. Es muy parecida a Mariela. Haz lo que te dije. No quiero perderla de nuevo."- decía la voz del abogado muy serio. Parece, que estaba hablando con alguien por teléfono.

Mariela, era nombre de mi madre, a lo mejor por eso me miró con tanta atención durante la cena. Entonces, ¿Por qué no quiere perderme? ¿Por qué me necesita? Empecé a escuchar cada susurro del audio.

"- Jacobo, vamos al comedor, todos ya se han reunido allí, solo te estamos esperando", - escuché la voz dulce de Victoria.

“- ¿Sabes quién era tu invitada?” - Preguntó el abogado.

"- Sí, por supuesto, es Elvira Brown, una creadora de imágenes de Estados Unidos", - respondió mi madrastra.

"- Victoria, como eras una tonta, morirás tonta. Es tu hijastra, Elvira di Nizzo,” - se rio Massini.

"- No, no es ella, no se parece en nada a Pasquale.”- Sentí miedo en la voz de Victoria.

“- Sí, no se parece en nada a tu difunto marido, pero es una copia de su madre.”- Me costaba entender su entonación, - “ha llegado el momento de devolver lo que le debes.”

“- No, primero tengo que asegurarme de que esta mujer es ella, y no algún tipo de trampa,” - objetó Victoria, pero yo sentí que su miedo aumentaba.

“- No te preocupes por eso, lo comprobaré yo mismo. Ella bebió de este vaso.” - Escuché al abogado y el ruido de un plástico o, algo parecido.  - “Sabías que llegaría esta hora, viviste el tiempo suficiente como querías. Era nuestro acuerdo y no me enojes,” - siseó amenazadoramente Jacobo Massini.

- Eso es todo por ahora, madrina, - dijo Leo, y apagó el audio. - ¿Quién es Mariela?

- Mariela es mi madre y Elvira di Nizzo soy yo, - respondí.

- Entonces, ¿Qué quiere de ti “Calabrés”? Noté, que estaba muy interesado en ti.

- No lo sé, pero todo esto no me gusta para nada, - respondí.

- Después del gimnasio, iremos a la embajada, y si no conseguimos visado para mi pronto, creo, que sería mejor que tú vuelves a Los Ángeles sola, me temo, que estás en peligro, - dijo Leo con seriedad.

- No, tú vas conmigo, esto no es una cosa para discutir.

- No me entendiste, tu vas ahora y yo vengo después.

- No. Conozco a tu madre, cuando se entera, que te vas a Estados Unidos, inventará cualquier cosa para no dejarte ir. Así que tengo que impedirlo. – sonreí. – No te preocupes, yo creo plenamente en habilidades comunicativas de Megan. Todo saldrá bien.




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