Sé que es mejor para ti.

Capitulo 48. Peligro real. Leonardo.

Eran las nueve de la mañana y Elvira aún no había regresado. Yo estaba bastante nervioso, por eso decidí llamar al mismísimo Dr. Carmona, para preguntar por mi madrina, pero en ese momento giró la llave en la cerradura.

- ¡Por fin! ¿Dónde estabas? - le pregunté desde la puerta.

- En el cielo, - sonrió con tristeza, que apareció en su rostro.

Yo decidí no tocar este tema, porque ayer me llegó con mis padres y aparte podría ver, que algo pasó entre Elvira y Davide, porque ella nunca dormía fuera de casa. No era asunto mío, pero tuve que advertirle y decirle lo que me aconsejó Franco. Empecé de lejos, para no asustarla.

- Elvira, no desaparezcas más así, porque el médico me recetó estar tranquilo, pero tu no respondiste mis llamadas, - sonreí, sirviéndole un café.

- Lo siento, olvidé encender mi teléfono, que apagué en el ambulatorio. ¿Qué tal la cabeza? ¿No tienes mareos, vómitos?

- No. Estoy bien. Hablé con Franco y me aconsejó, que no abandonaras la casa, si no fuera necesario, - dije, con la mayor tranquilidad posible.

- ¿Entonces, crees que no fue un accidente? - preguntó.

- No lo sé, pero es mejor tener cuidado. Después de todo, solo nos quedan unos cinco o seis días. – Respondí, escondiendo como pude mi preocupación.

En este momento entró mi madre con una cara de no dormir bien.

- Perdóname, hijo. – dijo. - No quería hacerte daño.

- ¿Qué pasó? – preguntó Elvira. – ¿Hablaste con tu padre?

- ¿Por qué preguntas? ¿Sabías que este tipo estaba aquí? – pregunté también, porque no podría creer, que ella estaba en este complot.

- Escucha, no quería hacer nada malo, solo quería que hablaras con tus padres, reflexionaras y podías perdonarlos. Si, que hicieron cosas terribles para ti, pero todo el mundo tiene derecho de equivocarse. – dijo Elvira.

- ¿Tus sabias que mi madre estaba con mi padre otra vez?

- ¿En qué plan? - preguntó ella y miró a mi madre.

- Si, lo perdoné, él esta solo ya hace muchos años y no se como pasó, pero nos juntamos, - dijo mi madre, tratando de exculparse.  

- ¡Olga! ¿Por qué no me dijiste antes?

- Ni a mí, - exclamé, - imaginas, que sorpresa me dieron.

- ¡Por que tenía que avisar a todo el mundo sobre mis sentimientos! – agitó las manos mi madre.

- ¡Porque no quería pillaros en la cama! – grité.

- Cálmate, Leo. – Elvira me cogió por los hombros. – Si tus padres decidieron así, entonces, tu tienes que respetarlos. Tampoco es asunto tuyo, dedica a tu vida y deja a vivir a ellos.

- A mi me da igual, que hacen, solo pido, que este tipo no aparece por aquí en estos cinco días. – espeté y marché a mi habitación.

- ¿No cargaste nada más de las escuchas? -  preguntó Elvira de repente, entrando.

Entendí, que quería cambiar del tema y poner mi atención en otro campo.

- Si, algo entró por la noche, no era mucho, pero no quería escucharlo sin ti. – respondí molesto, no me gustaba para nada, que ella sabía que mi padre venía, aunque no estaba al tanto en su relación.

- Vamos, enséñame, - dijo mi madrina.

Yo encendí la computadora y acerqué una silla para ella.

"- ¡Idiota! ¿Cómo pudiste perder una oportunidad así?" - gritaba Victoria.

"- La seguí desde casa, pero el tipo, que estaba con ella interfirió y la salvó. ¡No pensaba que reaccionaría tan rápido! No pude hacer nada," - respondió una voz desconocida de hombre.

- ¡Entonces no era accidental! ¡Te querían matar! ¡Ya me lo imaginaba! - Exclamé. - ¡Vas a volar hoy! Luego, en una semana, cuando obtenga mi visado, iré yo. ¡Vamos, cambiaré tu pasaje!

- No, espera.  ¿Eso es todo? - Preguntó sobre la grabación de audio.

- Sí, es todo, porque no dejaste el micrófono en el despacho, sino en una habitación. Victoria no está allí a menudo, - respondí.

De repente se escuchó el sonido de cristales rotos.

 - Espera, ¡parece que ahora hay una grabación en directo! - dije y encendí el sonido.

"- ¡Líbrame de ella como sea!” - escuché la voz histérica de Victoria, - “¿no entiendes nada en absoluto? ¡Si Calabrés ordena, entonces tú y yo nos encontraremos en la calle, en mejor caso!" - Luego hubo un largo silencio y ella volvió a hablar. - “No puedes contar con eso, te matará, si fuera necesario. ¡Ni lo dudes! Debemos hacer algo rápido, hasta que él reciba los resultados de la prueba de ADN. Y si Elvira, resultara ser su hija, entonces nuestras vidas no costarán nada ". - No podía creer lo que oían mis oídos.

- ¿Entonces, puedes ser la hija de Calabrés? - Exclamé sin querer.

- No, no puedo, ¡porque soy la hija de mi padre! - Respondió con irritación Elvira.

- Ahora entiendo por qué necesitaba un vaso del que bebiste. – dije, recordando el último audio. – Pienso, que sería mejor, que vayas a Estados Unidos con el primer vuelo, que haya. Yo mismo te llevaré al aeropuerto.

 - No digas nada, necesito pensar. No voy a convertirme en un cazador cazado, porque así huiré del pasado toda mi vida, tengo que saber la verdad, - dijo mi madrina con seguridad.

Pero vi, que algo cambió en ella, se quedó pálida, como la nieve, se levantó y se encerró en su habitación. Me di cuenta de que a ella no le gustaba en absoluto la idea de convertirse en hija de un mafioso, a pesar de que estaba “jubilado”.




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