Sé que es mejor para ti.

Capitulo 71. La ilusión. Fabiola.

Salí corriendo de la clínica, lágrimas de resentimiento por mi padre y mi impotencia corrían por mis mejillas. Todos estos días estuve esperando que papá le diría todo en la cara a esta mujer sin alma y nos iríamos de aquí. Mi enfado con Elvira era tan grande, que ni siquiera a su hijo, lo podía reconocer como hermano, simplemente me molestaba ver a mi padre tan baboso con él. Si ella se lo ocultó a su padre, entonces tenía un plan. No sabía cuál, pero no era un buen augurio para nosotros, además, su sobrino resultó ser Astro, en quien yo confiaba y él podía contarle mucho sobre nuestra vida. De eso estaba casi seguro, sumando todos los hechos.

Caminé hasta el piso que alquiló mi padre, secándome las lágrimas, sin entender qué hacer ahora y cómo convencerle de no caer en las sucias jugadas de Elvira. De repente, en la acera, una pesada Harley paró frente a mí. Fue leonardo.

- Lo siento, no quise ofenderte. Sube a la moto, - me dijo como si nada, entregándome el casco que colgaba de su brazo.

Me miró tan abiertamente que de repente comencé a dudar: "¿Tal vez me equivoqué? A lo mejor él no es Astro, bueno, cuántas personas tienen tías en Estados Unidos y puedes encontrar cualquier foto en Internet. ¿Tal vez lo ataqué en vano?" - Pensé mientras me limpiaba las lágrimas.

- ¿Para qué? - le pregunté con duda.

- Vamos a dar un paseo.

- ¿Para qué?

- ¿Siempre preguntas lo mismo? "Para qué, para qué". Solo pensé que no habías visto nada aquí todavía. Te mostraré lugares bonitos, - sonrió.

- No estoy a la altura de las vistas guiadas.

- Entonces vayamos a la naturaleza, - el guapo no se quedó atrás. Por cierto, encima de un Harley, se veía muy orgánico.

- ¿No me dejaras en paz?

- No. Ven a sentarte. No te arrepentirás. - dijo.

- Ya me arrepiento de haber venido a esta ciudad. - respondí.

- No te preocupes, ya verás, todo encajará en su lugar, - volvió a sonreír Leo.

El increíble encanto de este joven simplemente me fascinaba, porque no encontraba otra explicación para el hecho de que aún enfadada me sentara en su Harley. Pero después de unos minutos, realmente no me arrepentí. Resulta que me trajo a Hollywood al estudio de cine Universal, porque trabajaba aquí.

"Sin embargo, estos estadounidenses pueden hacerlo, ¡maldita sea! Saben que se están tirando polvo a los ojos, que todo esto es solo una apariencia, una ilusión óptica, pero aún cautiva", - pensé, caminando por el estudio más grande en la industria cinematográfica estadounidense, olvidándome por completo de los tristes pensamientos sobre mi padre y Elvira.

Leo resultó ser un narrador muy interesante, y con su pase, nos permitieron ir a todas partes sin ningún problema.

- Eres terriblemente afortunado de trabajar aquí, - no oculté mi admiración.

- Sí, es como un cuento de hadas. No podía creer mi suerte durante dos meses. – sonrió él y me empezó a gustar su sonrisa.

- ¿Qué haces exactamente aquí?  -Pregunté con interés.

- Vamos, te mostraré mi último desarrollo, - respondió y, tomando mi mano, me llevó a un pabellón separado.

Terminamos en un lugar extraño, que parecía una estación de metro, pero sin túnel y con las paredes pintadas de verde. Sobre los rieles había un destrozado coche, parecía un jeep militar, junto a él en un soporte había un gran mando, como tienen los asistentes del sonido.

- Será una película de desastres donde, como puedes suponer, los extraterrestres se invadirán la Tierra. – dijo Leo alegremente. - Déjame ayudarte a subir al jeep.

- ¿Para qué?

- ¿No estás cansada de repetir tantas veces esta pregunta? Querías saber qué estoy haciendo aquí. Así que entra en el coche.

Mientras aún estaba pensando, si cumplir con su pedido, me recogió en los brazos y me llevó al jeep. Grité de sorpresa.

-Espera, todavía es temprano, - susurro en mi oído.

Su aliento pareció quemarme la mejilla y en ese momento, yo misma no entendí por qué, pero sentí su cuerpo y manos calientes, no era para nada como lo había planeado. Incluso el primer día, decidí por mí misma, que un tipo así, como mi ex, es demasiado guapo para pertenecerme solo a mí, así que traté de no crear ilusiones y reducir nuestra comunicación al mínimo. Pero en ese momento me sentí tan bien en sus brazos, que quise más, como un beso. Aunque siempre pensé que podía controlar mis deseos. Mientras resolvía mis extrañas sensaciones, me puso en el auto.

-Sujétate a la barandilla, ya estoy aquí, - ordenó y saltó hacia abajo.

Leo fue al mando, conjuró algo allí y la luz se apagó. Un segundo después, me encontré en un campo de batalla, todo estaba destrozado y ardiendo, los drones volaban por el cielo, había partes de automóviles y cadáveres por todas partes, y el jeep comenzó a temblar con una fuerza terrible. Si no me hubiera agarrado a la barandilla, probablemente me habría caído. De repente, un monstruo mecánico con tentáculos en lugar de brazos apareció en el lado izquierdo y se acercó a mí. Todo era tan real, que di un paso atrás. De repente, alguien o algo tocó mi hombro. Grité como una loca.

-Veo que te gusta, - escuché reír a Leo.

Automáticamente corrí hacia él y terminé en sus brazos. Truenos, explosiones, gritos, estruendo de hierros, un jeep temblando y él, tan cálido, tranquilo, confiable y fuerte. Todo esto me sacó de la realidad por un tiempo. Leo me presionó contra él y sentí que él también quería besarme, pero de repente se retorció, disipando una droga por dos. Recuperé el sentido y me alejé, dije:

- En realidad, deberías advertirme.

- Entonces no es interesante. ¿Te gusta? - preguntó alegremente, como si nada hubiera pasado entre nosotros hace apenas un segundo.

- Sí mucho. Es como estar dentro de la película.

- Así es. Es lo que hago aquí. Las películas. -se rio Leo. - Hago efectos especiales gráficos. Todo esto, se me ocurrió a mí, es mi idea.




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